EL PAíS
› RECLAMO DE LA DAIA A BRINZONI
“Rectificación pública”
La DAIA, que había boicoteado los actos del Día del Ejército, exigió una retractación pública de Brinzoni por sus afirmaciones antisemitas en la carta a Timerman. ara Fraga, Brinzoni se equivocó.
› Por Horacio Verbitsky
El organismo central de la comunidad judía argentina, DAIA, pidió una retractación pública al jefe del Ejército, general Ricardo Brinzoni, por el contenido antisemita de la carta que envió al periodista Héctor Timerman. La Delegación de Asociaciones Israelitas, que ya había boicoteado por ello los actos del Día del Ejército, envió ayer una dura nota a Brinzoni, firmada por su presidente José Hercman y su secretario general, Julio Toker, en la que le reclama una “rectificación pública, que permita superar la situación planteada”. En el discurso pronunciado ante el senador Eduardo Duhalde, a cargo del Poder Ejecutivo, Brinzoni pidió a la sociedad que tenga plena seguridad del respeto del Ejército por “la pluralidad de ideas y de credos por sobre las diferencias entre hermanos”. Remitida 48 horas después de aquella ceremonia, a la que Brinzoni invitó al ex dictador Leopoldo Galtieri, la carta de la DAIA indica que ese párrafo no fue suficiente para dejar atrás el incidente.
Hasta ayer, el ministro de Defensa Horacio Jaunarena no había respondido la carta que le envió el rabino Daniel Goldman, sobre el carácter confesional católico del Ejército que se desprende de los términos usados por Brinzoni. Corresponsales extranjeros que inquirieron por la posición oficial al respecto recibieron la insólita respuesta de que se trataba de una cuestión personal de Timerman, sin otra consecuencia. Jaunarena es un especialista en permitir la maduración de crisis por no actuar a tiempo. Sus voceros también dijeron que el tema sólo le importaba a este diario. Si se referían al resto de la prensa, no se equivocan. Ninguno de los otros diarios nacionales se dieron por enterados del episodio, lo cual implica una leve mejoría respecto de su conducta hace veinticinco años, cuando apoyaron sin pudor el atropello que el Ejército cometió contra Jacobo Timerman, el padre de Héctor, secuestrado, torturado y despojado de la propiedad de su diario La Opinión e interrogado acerca de su condición de judío. Tal vez dentro de otro cuarto de siglo Clarín y La Nación hayan madurado lo suficiente como para informar sobre un acto de antisemitismo.
“Malestar y preocupación”
La carta de las autoridades comunitarias judías, que tiene sello de recepción en la sede del Ejército a las 15.30 de ayer, expresa “el malestar y la preocupación de la comunidad que representamos por el contenido de la nota que usted le hiciera llegar al señor Héctor Timerman, de público conocimiento. El haber citado y recomendado la lectura de la obra El mercader de Venecia, ejemplo paradigmático de literatura antisemita, utilizada durante generaciones para difamar e incitar al odio y a la persecución, ofende y lastima nuestra sensibilidad”, afirma la DAIA. Añade que en el seno de la institución que conduce Brinzoni hay “resabios de prejuicio y discriminación” que “han dificultado y muchas veces enturbiado la relación entre la misma y nuestra comunidad. A partir del retorno a la democracia hemos comenzado un camino creciente de diálogo, cuyos avances valoramos significativamente, pues contribuyen a eliminar aquellos aspectos negativos que señalamos y a fortalecer el tejido social en nuestro país”.
Brinzoni había invitado a Timerman a participar en un ciclo de comunicaciones para oficiales del Ejército, en el que también debían exponer el subdirector del diario La Nación, José Claudio Escribano; el director del Centro de Estudios Unión para una Nueva Mayoría, Rosendo Fraga; la consultora Graciela Römer y el publicitario Rodolfo Diez. Timerman respondió que sólo podría aceptar la invitación si antes Brinzoni solicitaba perdón en nombre del Ejército frente a la tumba de sus padres, para lo que se ofreció a acompañarlo. Brinzoni desdeñó la propuesta con una segunda carta en la que como jefe del Ejército aludió a lascaracterísticas del perdón para los cristianos, con términos ostensiblemente contradictorios con la doctrina católica al respecto. También recomendó a su interlocutor la lectura de la obra El mercader de Venecia, de la que citó una frase tomada del resumen “Shakespeare para generales”. Escrita en los últimos años del siglo XVI, la obra describe la extorsión a un judío, quien debe convertirse al cristianismo si quiere evitar la confiscación de todos sus bienes, situación de obvia similitud con la que enfrentó cuatro siglos después Jacobo Timerman.
“Los errores de Brinzoni”
Consultado por este diario, otro de los invitados al ciclo de Comunicaciones del Ejército, Rosendo Fraga, dijo que no creía que Brinzoni fuera antisemita, pero consideró su conducta equivocada. Hijo y nieto de generales de su mismo nombre, Fraga entiende que los errores de Brinzoni consistieron en no comprender “que las experiencias personales están presentes en las conductas de hoy” y en acudir a “citas literarias que no resultaron oportunas”. Según Fraga, “el episodio del abogado del año pasado, genera un antecedente, con lo cual lo del Mercader de Venecia se potencia”. El episodio del abogado del año pasado es la designación como letrado de confianza de Brinzoni y de otros 662 oficiales del Ejército para la presentación de recursos de hábeas data ante organismos de derechos humanos del apoderado del partido neonazi “Nuevo Triunfo”, Juan Enrique Torres Bande, quien fue fotografiado con el brazo en alto. En su informe anual sobre antisemitismo en la Argentina, la DAIA sostuvo que se trató de un episodio de “gravedad institucional”, por la “desobediencia a las órdenes del Ministerio de Defensa y la falta a la verdad”.