EL PAíS
› “LA DISCIPLINA FISCAL ESTA EN EL CENTRO DE LA POLITICA ANTIINFLACIONARIA”, ADVIRTIO LAVAGNA
“Hasta abril no se hará ningún gasto extra”
El ministro de Economía dio una entrevista para dar a conocer la posición del Gobierno en aspectos centrales de la política económica. Por seis meses no se gastará nada más allá de lo presupuestado y se guardarán los excedentes en una cuenta intocable. Al FMI le advirtió que no se negociará hasta que cambie en sus exigencias.
› Por David Cufré
Cinco días después de las elecciones, Roberto Lavagna reapareció en escena con una serie de definiciones de fuerte peso político sobre los principales temas económicos. Lo primero que dijo fue que el Gobierno tendrá “un respeto absoluto, estricto, de los niveles de gasto previstos” hasta abril de 2006. De ese compromiso se desprende que no habrá aumentos de jubilaciones, salarios ni planes sociales. De hecho, el ministro sostuvo que “no hace falta” una nueva Navidad Feliz, como la de 2004, porque “el consumo crece con fuerza”. La ratificación de la disciplina fiscal llegó acompañada de otro anuncio: el Ejecutivo creará un “fondo anticíclico” al que destinará cada peso del excedente presupuestario. El dinero se mantendrá en reserva para cubrir vencimientos de deuda, entre otros usos. Todo el paquete constituye una contundente señal de perfil ortodoxo para combatir la inflación.
El ministro de Economía abordó otras dos cuestiones centrales: la relación con el FMI y la política de financiamiento público. En estos casos, el Gobierno ratificó que no aceptará los planteos extremos del Fondo y que seguirá con un plan heterodoxo de captación de divisas para repagar la deuda. “Argentina está lista para negociar ya mismo” un nuevo acuerdo con el FMI, aseguró, pero enfatizó que es “a condición de que se respete lo esencial de la política económica”. Hasta el momento, el organismo “no ofrece una base de negociación aceptable”, sentenció, en una entrevista conjunta que concedió ayer por la tarde a Página/12, Clarín y La Nación.
Lavagna se reunió dos veces el último martes con Néstor Kirchner en Casa Rosada. Ayer reveló cuáles habían sido los temas tratados, en lo que marcó su vuelta al primer plano de la acción de gobierno. Las últimas semanas había bajado su perfil para no involucrarse en la campaña electoral. La recuperación de protagonismo del titular de Economía intenta demostrar que para el Poder Ejecutivo quedó atrás la etapa de los comicios y que de ahora en más pondrá todas sus energías en resolver los problemas más urgentes. El principal es el de la inflación y el gesto de “estamos tomando el toro por las astas” es el primer movimiento para enfrentarlo.
Lavagna se reservó la tarde de ayer para una visita al dentista. Al regresar al Palacio de Hacienda, recibió en el Salón de Cuadros a tres diarios nacionales. De entrada aclaró que no iba a formular anuncios, sino a explicar la posición del Poder Ejecutivo en tres cuestiones sensibles, que requieren “entendimiento, sutileza y prolijidad”. Para evitar confusiones, se tomó la molestia de redactar un ayudamemoria de dos carillas que entregó a los periodistas. Le puso como título “Tres temas de importancia” y debajo de él enumeró: “Fondo Monetario Internacional, política fiscal y financiamiento”.
Política fiscal
Una de las incógnitas tras el triunfo del oficialismo en las urnas era si el Gobierno reforzaría su perfil progresista. La respuesta en el plano fiscal fue justamente la opuesta: el Gobierno remarcó que seguirá privilegiando el superávit antes que dar respuesta a los reclamos de aumentos de planes sociales, jubilaciones y salarios.
¿Por qué hacer esa declaración en este momento? Lavagna lo respondió: “La política fiscal está en el centro de la política antiinflacionaria”. Es decir, el Gobierno utilizará como principal arma frente al aumento de precios la contención del gasto público. El objetivo es dejar de cebar la bomba del crecimiento, en una economía que va a toda marcha, y más bien tender a una moderada desaceleración. Esto debería tener impacto sobre los formadores de precios y desalentar las expectativas de escalada del costo de vida. “La actual política fiscal seguirá estando en el centro del programa económico, ahora con un énfasis especial relacionado con la inflación”, insistió. Los instrumentos que enumeró Lavagna son el “respeto absoluto del gasto presupuestado” hasta abril próximo y la constitución de un fondo anticíclico. El plazo de seis meses –entre noviembre y abril– limita el impacto político del anuncio, puesto que pasado ese plazo y una vez resueltas las mayores complicaciones con la inflación, podría volver una política expansiva. Ante la consulta de si se descartan aumentos de sueldos generalizados como a fines de 2004, dijo que “no hace falta” porque la demanda “está creciendo muy fuerte”, igual que “la inversión y el comercio exterior”.
Respecto del fondo anticíclico, será “una cuenta indisponible” a la que irá “la totalidad del ingreso adicional que pudiera producirse en este período”, sin necesidad de dictar ninguna norma específica. “Será como ya hicimos en 2004, cuando llegamos a separar 1200 millones de dólares del superávit que después utilizamos para cubrir necesidades de financiamiento en momentos difíciles”, describió. “Es un instrumento para mantener alineadas las variables macroeconómicas centrales, como el tipo de cambio y la acumulación de reservas”, agregó Lavagna.
Fondo Monetario
“Estamos listos para negociar un nuevo acuerdo y el único requisito para comenzar es recibir alguna indicación del FMI de que respetará lo esencial del programa económico en curso”, explicó el ministro. En este momento, no lo hace. “La última vez que el staff del Fondo se refirió a la Argentina, el 8 de julio pasado, hizo consideraciones que interfieren con nuestra política impositiva, de contratos en servicios públicos, de deuda, en las tasas de interés y en el tipo de cambio”, recordó. Todo ello “entra en colisión con aspectos centrales de la política económica y, por ende, no es una base de negociación aceptable”.
Lavagna recordó que hace dos meses había hecho la misma declaración y que hasta el momento el organismo no modificó su posición. Todo ello fue transmitido a las autoridades del Fondo esta semana por el representante argentino ante el organismo, reveló el ministro. Finalmente, dijo que la actitud de Washington “refleja criterios de política económica más parecidos a los de los años de especulación financiera, los noventa, que al modelo de producción, empleo e integración comercial al mundo que ha sido y es la base del programa actual”.
Financiamiento
Lavagna atribuyó “las críticas que arreciaron” durante las últimas semanas a la política de financiamiento del Gobierno a que “se opone al negocio de algunos bancos y agentes financieros que se dedican a colocar deuda y cobrar comisiones”. “Nuestro negocio es pagar las menores tasas de interés posibles”, desafió. De allí, dijo, el mes pasado se declaró desierta una licitación de títulos públicos y el último miércoles se echó mano a recursos acumulados en fondos fiduciarios. “Tenemos la obligación de usar todos los márgenes de maniobra a nuestro alcance y lo vamos a hacer”, enfatizó. También dijo que “algunos ortodoxos se olvidan de que la regla número uno de la ortodoxia es la unidad de caja”. De todos modos, aseguró que los fondos fiduciarios están a cubierto y en ningún momento dejaron de tener el equivalente a 1000 millones de dólares.
“Hay una clara incomodidad de los operadores del mercado” con la estrategia de financiamiento, insistió. Por último, afirmó que “tenemos fuentes de financiamiento alternativas y las vamos a usar”. Ante la pregunta de si el Gobierno podría quedarse sin financiamiento, lo negó y sostuvo que “hace meses que algunos vienen anunciando que nos estamos por quedar sin recursos y que vamos a pasar por alguna catástrofe que nunca se produce”.
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