Jue 06.06.2002

EL PAíS

La consigna para el bloque del PJ es “que nos quedemos todos”

Los diputados peronistas discutieron el proyecto de acortar los mandatos. Hubo insultos y conatos de pugilato. La mayoría no quiere renunciar a sus bancas. Peligra la sesión de hoy.

Por Felipe Yapur y Eduardo Tagliaferro

Ninguno de los muchos sapos que el Fondo puso en el banquete de los diputados peronistas molestó tanto como el proyecto de “caducidad de todos los mandatos electivos” presentado por el Grupo Talcahuano, como se denomina a los autores del proyecto. Aunque la conducción del bloque se empecina en negar cualquier posibilidad de fractura, la caliente reunión de ayer de los justicialistas de la Cámara baja prenuncia nuevos enfrentamientos. Por el momento la mayoría de los oficialistas se alinearon contra los 15 legisladores que impulsan la iniciativa. Al rechazo del peronismo se sumó el del radicalismo. Por ello, la sesión especial de hoy difícilmente tenga el quórum reglamentario. A ella concurrirán, además, legisladores de los bloques provinciales, del ARI, de Autodeterminación y Libertad, del Frente para el Cambio y de Izquierda Unida.
El encuentro de los justicialistas comenzó poco después del mediodía. Aunque duró dos horas, sólo los últimos 40 minutos lo utilizaron para debatir el polémico espinoso proyecto. Los “talcahuanos” habían acordado dejar la explicación a Ricardo Falú, el autor del proyecto y evitar responder a posibles agresiones. Curiosamente, el pedido de tratamiento del tema lo realizó la riojana y menemista, Griselda Herrera. Así fue que tomó la posta Gerardo Conte Grand, quien explicó a grandes rasgos la iniciativa. A renglón seguido habló el tucumano Falú. Desde un principio fue azuzado con interrupciones y chicanas. Falú es, como se autodefinió el presidente uruguayo Jorge Batlle, “de fácil combustión” y tuvo que hacer un esfuerzo para no responder lo que él y sus colegas consideraron como “fuertes agresiones”.
Las más duras provinieron desde el menemismo. Herrera, Oscar González y Ricardo Quintela fueron los que más lo interrumpieron. La santafesina María del Carmen Alarcón, una reutemista de pura sangre, lo chicaneó: “si no te gusta la posición del bloque, si sentís que no somos representativos, entonces andate del bloque”. Falú le clavó la mirada y le espetó: “Echame vos”. La furibunda reacción de Alarcón se contradice con la posición de su comprovinciano Julio Gutiérrez, quien además de ser reutemista es uno de los impulsores del proyecto que puso nervioso al resto del bloque oficialista.
La temperatura subía rápidamente y la conducción del bloque, en manos de Humberto Roggero, no movió un dedo para evitarlo. El momento más fuerte fue cuando Quintela lo cortó de muy mala manera a Falú. “Sos un atrevido, no me interrumpas más con actitudes patoteriles”, le gritó Falú y trascartón lo insultó. El menemista se puso de pie, el tucumano y ex rugbier también. El riojano se encaminó hasta Falú a los gritos y levantando los brazos de manera amenazadora. Sin embargo, Quintela se detuvo a medio metro del tucumano. Desde allí sólo continuó quejándose. A unos pocos metros de allí, el puntano Oraldo Britos y el “talcahuano” Alberto Coto observaban. Britos, sin inmutarse, le dijo al oído del bonaerense: “Es un empate por abandono”.
Falú terminó su accidentada exposición diciendo que “en una discusión cuando se recurre a la agresión es porque no se tiene la razón” y dio por finalizado su discurso. Roggero tomó la posta. Recordó que ya no había más tiempo porque en el recinto estaba el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, para dar su informe mensual. Antes, el cordobés los invitó a “meditar” la posibilidad de retirar el pedido de sesión especial. Los “talcahuanos” le retrucaron con una invitación a participar de la sesión para que él explique cuál es la razón por la que el PJ no quiere debatir y condena a la iniciativa al rutinario y escabroso camino de las comisiones. Senda que muchas veces termina en una vía muerta. Las chicanas que anteayer habían tenido el formato de declaraciones de prensa, luego del encuentro del bloque tomaron cuerpo a través de proyectos parlamentarios. El menemista tucumano Roque Alvarez, acompañado por Irma Roy y otros dos legisladores reclamó en una iniciativa que quienes renunciaran a sus bancas por acogerse al pedido de caducidad voluntaria de los mandatos se vean “imposibilitados” de ejercer cualquier cargo público.
Quintela, mediante un proyecto de declaración, exhortó a los firmantes del proyecto de caducidad de los mandatos a que “pongan su renuncia a disposición del cuerpo en forma fehaciente e inmediata”. Todo con el silencioso regocijo de las autoridades del bloque oficialista.
“De ninguna manera”, fue la respuesta del diputado mendocino Arturo Lafalla, cuando este diario le preguntó si tal como indicaban las insistentes versiones provenientes desde su bancada tenía en estudio retirar su firma del proyecto. “Un mandato no es un derecho de propiedad, es un deber cívico”, afirmó para ratificar el proyecto de “los talcahuanos”. Ante las críticas que sus propios compañeros realizaron a la inconstitucionalidad de su propuesta, Lafalla fue contundente. “Usted se imagina algún ciudadano presentado algún recurso de inconstitucionalidad para que alguno de nosotros nos quedemos”, concluyó. Pero no sólo los legisladores oficialistas presionaron a sus colegas rebeldes para abandonen el proyecto. El sábado, el bonaerense Coto fue citado a Olivos. Allí recibió una serie de quejas que provinieron del presidente Eduardo Duhalde como de José María Díaz Bancalari, entre otros. “Está bien, protesten todo lo que ustedes quieran, pero les digo que se están perdiendo el tren”, fue la respuesta de Coto antes de repetir que no abandonará la iniciativa.

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