El Presidente de la Nación y la entrante ministra de Economía, Felisa Miceli, mantuvieron ayer una reunión donde empezaron a delinear distintas alternativas para combatir la inflación, sosteniendo al mismo tiempo los puntos nodales de la política económica desarrollada hasta ahora. Ambos definieron que en algunos casos, seguirán amenazando con aumentar las retenciones a los productos que se exportan y registren aumentos de precios. Pero, además, el Gobierno hará estudios de costos en todo lo que signifique envases de alimentos, abrirá expedientes de denuncia de cartelización y realizará un estudio pormenorizado de los precios de venta al público de los supermercados. En todos los casos, convocarán a los empresarios a la responsabilidad social y discutir con ellos, mano a mano, los precios. Tal estrategia comenzó anoche, cuando el Presidente y la inminente ministra recibieron al empresario lechero Oscar Mastellone, dueño de “la Serenísima” para avanzar en un acuerdo que permita mantener el precio de los lácteos, que han subido 14 por ciento en lo que va del año.
En el diálogo de ayer por la mañana, Kirchner y Miceli repasaron las estrategias para mantener lo que ellos consideran son los cuatro pilares de la política económica:
-Superávit fiscal. Ambos mantienen la decisión de no revisar los mínimos no imponibles del impuesto a las ganancias hasta el año que viene. Aunque el Presidente y la ministra saben que el piso es muy bajo (2.200 pesos, equivalentes a 700 dólares), todo estudio de cambios en el impuesto a las ganancias quedó para el año próximo. Lo mismo ocurre con Bienes Personales: en la Casa Rosada saben que una persona que tiene 102.000 pesos apenas posee un departamento modesto y que no corresponde aplicarle un impuesto a la riqueza. Sin embargo, el criterio es no tocar la estructura impositiva por ahora. Respecto de los gastos del Estado, resolvieron que se seguirá adelante con todo lo que signifique obra pública, ya que consideran que se trata de una inversión y que para seguir creciendo a un ritmo sostenido, la obra pública es decisiva.
- Moneda competitiva para mantener las exportaciones: el Gobierno seguirá adelante con esa estrategia y el valor del dólar oscilará entre 2.90 y tres pesos.
- Frente externo ordenado: Asegurar el cumplimiento de las obligaciones, incluyendo los Boden que se emitieron por el corralito. El reaseguro son los bonos que compra el venezolano Hugo Chávez e incluso hay una posibilidad cierta de que China adquiera 500 millones de dólares en bonos argentinos. Felisa Miceli iniciará la negociación con el FMI, pero siempre sobre la base del parámetro fijado por el Presidente: no hay acuerdo sobre la base de imposiciones en materia de política económica.
- Acumulación de reservas: La idea es llegar a fin de año con 28.000 millones de dólares. Kirchner-Miceli evalúan que las reservas poderosas dan aire y tranquilidad al funcionamiento de la economía.
Sobre la base de esos fundamentos se asentará la política antiinflacionaria. En la Casa Rosada sostienen que Roberto Lavagna cometió errores en ese terreno, aunque admiten que todo lo que hizo el ministro contó con el visto bueno del Presidente.

La peor de todas
Kirchner-Miceli coincidieron en que la inflación tiene múltiples orígenes y por lo tanto habrá distintas iniciativas en ese terreno. Una de ellas es negociar tête-à-tête con los grandes empresarios, dueños de las factorías formadoras de precios. Tal faena comenzó anoche con Mastellone, titular de “La Serenísima”. el empresario fue recibido por Kirchner, Miceli y el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández. En el sector lechero, que exporta poco, harán una revisión, por ejemplo, de los precios de los envases, que son parte fundamental del costo. Si en materia de sachets,tetrabrik u otros elementos se perciben aumentos inexplicados, se abrirán expedientes contra esas empresas fabricantes de envases. “Lavagna actuó muy bien cuando denunció y aplicó multas a las cementeras porque acordaron precios. Esa conducta de cartelización debe ser penada en otros sectores”, decía anoche un alto funcionario del Ejecutivo.
- En lo referente a la carne, el aumento en las retenciones fue adecuado porque es una forma de presionar al sector empresario para que ante el hecho evidente de que no hay grandes aumentos en los costos, no le apliquen al público argentino los precios que consiguen exportando. Más ahora que, ante el brote de aftosa en Brasil, Chile está comprando en la Argentina el 70 por ciento de la carne que consume. Habrá una nueva negociación con el sector de la carne, se les insistirá con la responsabilidad social, pero la amenaza de aumentar todavía más las retenciones es una carta que está sobre la mesa.
- Habrá una mirada muy detallada sobre la actuación de los supermercados. El discurso fuerte de Kirchner sobre Coto y Jumbo no quedará como un hecho aislado. “Los supermercados en la Capital Federal acumulan el 80 por ciento de la venta de alimentos. No seamos inocentes, son formadores de precios. De manera que tendremos una política de apertura y análisis de los costos”, insistió la fuente del Ejecutivo.
- El sector textil es tomado como ejemplo negativo. “Cuando el dólar no era competitivo, la gente compraba camisas importadas. Ahora, con la política del dólar alto, compran camisas argentinas. Pero el sector textil no aumenta su producción, sino que ante la mayor demanda, aumenta el precio. Vamos a afrontar esa situación y los llamaremos a la mesa de negociaciones. Ahí también hay un problema de responsabilidad social del empresariado”, completó el vocero de la Casa Rosada.
Más allá de las especulaciones, Kirchner-Miceli ratificaron que la prioridad es mantener el crecimiento. “Con esa estrategia, la distribución de la riqueza se ha ido modificando. Hace unos meses, la diferencia entre el que más gana y el que menos gana era de 28.8 a 1. El último dato que manejamos es el del Indec que habla de 25.9 a 1. Es una evolución favorable y eso es lo que vamos a mantener”, sostuvo un encumbrado funcionario del Gobierno.
–De todas maneras, se nota poco ¿En diciembre no habrá aumento para jubilados o empleados públicos o algún adicional para los planes sociales? ¿No habrá ningún gesto que se parezca a la llamada Navidad Feliz del año pasado?–, preguntó este diario.
–No, las cuentas están al límite. Este año no–, concluyó en tono lapidario el hombre de la Casa Rosada.