¿Es cierto que se va Redrado? Esa fue la pregunta que ayer se propagó a toda velocidad por la city. La versión de la salida del presidente del Banco Central fue muy fuerte y tuvo impacto en los mercados financieros. Desde Reconquista 266, sede de la autoridad monetaria, desmintieron la especie luego de que el mismísimo Redrado se comunicara con la Casa Rosada para averiguar por el origen de las versiones. En este contexto, las acciones cayeron 2,2 por ciento y el Central se vio obligado a intervenir vendiendo divisas para evitar una trepada del dólar.
Redrado estuvo en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno al momento de los juramentos de los nuevos ministros. Participó incluso de una reunión que se realizó en el despacho de Néstor Kirchner. Pero cuando al mediodía regresó a sus oficinas se enteró de que en la city lo daban por renunciado. Las agencias de noticias internacionales especializadas en finanzas se hicieron eco de la cuestión, lo que potenció las especulaciones de los operadores. El nombre de Luis Corsiglia era el mencionado como eventual sucesor de Redrado. El rumor tenía cierta lógica: Corsiglia fue recientemente designado por Kirchner para ocupar un lugar en el directorio del BCRA.
En la city trabajan con la hipótesis de que la cuestión de fondo tiene que ver con la supuesta intención del Gobierno de modificar la Carta Orgánica del Central. La razón: utilizar las reservas para fomentar obras públicas. Esta versión obligó a una desmentida de Economía. Desde el entorno de Felisa Miceli dejaron trascender que “no estuvo bajo análisis ninguna iniciativa que involucrara al Banco Central”.
Cerca de Redrado contaron que el jefe del BCRA se mostró muy enojado con la ola de versiones. En la intimidad habría manifestado sus sospechas de una operación política por quedarse con su puesto más que una maniobra financiera, destinada a hacer un buen negocio en medio de los rumores. Desde el Central y la Casa Rosada admiten cierta “tirantez” en la relación entre Kirchner y Redrado. Sin embargo las mismas fuentes aclaran que las diferencias no son insalvables.
Los rumores de ayer golpearon al mercado. Hasta el mediodía, el Central se había mostrado como comprador neto de divisas (en total fueron 44 millones de dólares), pero desde ese momento se dio vuelta la tendencia y el BCRA tuvo que vender para enfriar la situación. Los bancos y empresas salieron presurosos a cubrirse ante un recambio abrupto en la cúpula del Central. En el segmento mayorista, el tipo de cambio había saltado de 2,963 a 2,98 en pocos minutos. La venta de 40 millones de dólares en el mercado de futuros llevó calma a los operadores. Para fin de mes, la paridad se elevó de 2,986 a 2,998 pesos. En las casas de cambio, el dólar se vendió a 2,99.