EL PAíS
› IDENTIFICAN EL CUERPO DE GLADIS NOEMI GARCIA
“Por fin cerca de nosotros”
Desaparecida en 1976, Gladis tenía 24 años. Sus restos habían sido desenterrados en 1992, en el cementerio de Avellaneda. El Equipo Argentino de Antropología Forense reconstruyó su historia y su identidad.
Gladis Noemí García tenía 24 años cuando se la llevó un grupo comando el 19 de junio de 1976. Acababa de llegar de la facultad, donde estaba estudiando ingeniería química. Sus padres nunca volvieron a saber de ella. Recién 29 años después recibieron la primera certeza sobre su destino, cuando un llamado del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) le informó que habían identificado el cuerpo de la joven, que durante casi diez años permaneció enterrado como NN en el cementerio de Avellaneda. El hallazgo fue dado a conocer ayer, luego de que los estudios genéticos confirmaron que los restos encontrados hace trece años pertenecían a la muchacha.
“Le di un beso. Ella me despidió con la mano. Estábamos tranquilos, era todo tan reciente. Nunca imaginé que íbamos a pasar años sin saber de ella”, comentó a este diario su madre, Blanca Niemman de García, al enterarse de la noticia. “Pasó tiempo. Fue una sensación muy rara cuando me confirmaron que la encontraron”, agregó. Los restos de Gladis habían sido desenterrados en 1992, cuando el EAAF comenzó los trabajos en el cementerio de Avellaneda. En ese mismo lugar encontraron alrededor de 300 cuerpos. Junto con el cementerio de San Vicente, se trató de una de las fosas comunes más grandes que el equipo logró descubrir en el país.
De acuerdo con lo que pudo confirmarse en las investigaciones posteriores, la mayoría de quienes fueron hallados en Avellaneda provenían del centro clandestino conocido como el Pozo de Banfield, donde también habría permanecido detenida Gladis. La joven fue secuestrada la noche del 19 de junio de 1976, en la casa donde vivía con sus padres y su hermano menor.
El grupo de tareas, entre los que la mamá identificó a oficiales del Ejército y agentes de la Bonaerense, le aseguró que iba a ser trasladada al Grupo Argentino de Defensa Antiaérea (GADA). Sin embargo, cuando la familia fue a buscarla les aseguraron que nunca había pasado por el lugar. “Se habrá ido con algún negrito”, recuerda Blanca que le dijo el oficial en ese entonces. Más tarde, un sobreviviente del Pozo de Banfield le confirmó que se la cruzó en ese centro clandestino. Fue la última vez que la vieron con vida. Según la reconstrucción posterior, habría sido trasladada a Buenos Aires junto con otros presos secuestrados en la ciudad balnearia. Entre ellos se encontraban Nora Ester Román de Guerrero, Gregorio Nachman, Raúl Alfredo Guido, Silvia Noemí Giménez de Guido y Antonio Luis Conti.
Después de varios años de espera, Blanca recibió el primer llamado en marzo. Allí un integrante del equipo antropológico le comunicó que gracias a un análisis de ADN habían podido identificar a su hija, aunque le aclararon que hacían falta algunas investigaciones para tener mayor certeza al respecto. Blanca supo luego que, cuando la desenterraron, los antropólogos descubrieron junto al cuerpo unas balas cuyo origen se desconoce todavía. La información contrasta con la versión oficial que Blanca recibió hasta el momento, según la cual la muchacha murió en un enfrentamiento armado el 21 de julio junto a otra detenida de nombre Liliana Molteni. Sin embargo, se sospecha que se trató de un caso armado por la dictadura y que en realidad la joven fue fusilada.
Finalmente, ayer se confirmó el dato. “Todo esto es muy doloroso, pero al mismo tiempo saber que es ella nos alivia mucho”, señaló Blanca. El anuncio del hallazgo será dado a conocer el lunes en una conferencia de prensa convocada por la Comisión de Juicio por la Verdad de Mar del Plata. Su mamá informó que los restos de la joven serán enterrados el martes en el cementerio Parque de Mar del Plata. “Por fin estará más cerca de nosotros”, suspiró con la voz quebrada por el llanto.
Informe: Carolina Keve.
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