Sáb 03.12.2005

EL PAíS  › SE LEVANTO EL PARO EN AEROLINEAS ARGENTINAS TRAS LA INTERVENCION DE KIRCHNER

Vuelo demorado listo para la salida

Se llegó a un acuerdo transitorio por 90 días a cambio de un aumento de sueldo no remunerativo y de la promesa de mantener conversaciones sobre cuestiones pendientes. El conflicto se destrabó por la mediación oficial y la participación directa de los empresarios.

› Por Laura Vales

“Espero que no tengamos que volver a vivir estos nueve días”, dijo en el hall del aeroparque Juan Papalardo, dirigente de uno de los gremios en conflicto, al anunciar que habían llegado a un entendimiento con Aerolíneas. En el amplio salón del preembarque se veían aún las huellas del paro: colas de pasajeros varados frente a los mostradores, avisos de la cancelación de vuelos en las pantallas de televisión y, en las caras de los pilotos y técnicos, el desgaste de haber pasado por una semana de huelga sin saber si estaban a un paso de conseguir el aumento o de quedar en la calle con un telegrama de despido. Después de la pulseada salarial más fuerte que se haya visto en años, el acuerdo de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la de Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y el grupo español Marsans permitió descomprimir la situación. A cambio de una mejora en los sueldos, los sindicatos garantizarán un período de paz social de 90 días, con el compromiso de que se abrirá una mesa de diálogo para resolver las cuestiones pendientes.
El levantamiento de la medida de fuerza se concretó luego de que la empresa firmara un acta-acuerdo con la reincorporación de los 373 trabajadores que habían sido despedidos por el paro. Las cláusulas restantes establecieron:
- Que otorgará aumentos no remunerativos de 400 y 450 pesos para los técnicos, de 600 pesos para los copilotos y de mil pesos para los comandantes. “No remunerativo” implica que esos montos no se sumarán al sueldo básico, sobre el que se calculan el presentismo, la jubilación y los premios.
- Que pagará las jornadas que había descontado a los que se sumaron a la huelga.
- Que por tres meses no habrá nuevas demandas gremiales.
- Que en ese lapso los gremios y la empleadora (tanto Aerolíneas como Austral) acordarán una agenda para discutir los temas no resueltos en este acuerdo. Entre ellos “la recuperación de la flota”, con la compra de nuevos aviones para Aerolíneas.
El entendimiento se logró en una mesa de diálogo que armó en la noche del jueves el gobierno nacional, que intermedió para que uno de los dueños de Aerolíneas, el español Gerardo Díaz, directivo del grupo Marsans, viajara a Buenos Aires a negociar. En los ocho días de paro había habido sólo interlocutores empresariales de segunda línea. El presidente de Aerolíneas, Antonio Mata, se fue del país en medio del conflicto, señalaban ayer fuentes del Gobierno.
Los consultados sostuvieron que la intervención principal fue un llamado de Néstor Kirchner a su par español, José Luis Rodríguez Zapatero, para destrabar las cosas. Díaz, uno de los tres socios de Aerolíneas, vino especialmente por el problema y estuvo solo, sin asesores, en la negociación que se extendió durante ocho horas en la Casa Rosada.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, tuvieron el rol de acercar posiciones. Los trabajadores fueron representados por Jorge Pérez Tamayo, dirigente de los pilotos, y Juan Papalardo, secretario adjunto de los técnicos de APTA. Como se sabe, el titular de ese gremio, Ricardo Cirielli, es funcionario del Gobierno, con el cargo de subsecretario de Transporte Aerocomercial. Cirielli no estuvo presente; luego del prolongado conflicto su continuidad en el cargo era una incógnita abierta. Sobre todo si se tiene en cuenta que el Ejecutivo hizo una fuerte presión sobre los sindicatos para desarmar el paro: les dictó la conciliación obligatoria, los amenazó con multas millonarias, puso a disposición de Aerolíneas un Boeing 707 de la Fuerza Aérea con pilotos militares, no frenó el envío de los telegramas de despido a los huelguistas. Y finalmente, en el octavo día de inactividad, centró sus esfuerzos en lograr un ámbito de negociación. Tras la firma del acuerdo, los gremialistas destacaron la “intervención directa” de los funcionarios, que posibilitó “el recambio del interlocutor de la empresa y esta propuesta por la que se suspende el conflicto”.
“El gobierno nacional se movió en sus más altos niveles; se pusieron en contacto con el gobierno español, lograron que venga un empresario con real poder de decisión. El convenio está muy lejos de lo que pedíamos, porque es una recomposición en los sueldos atrasados de un conflicto que fue muy largo y desgastante, pero nos esperanza que ahora haya un canal de comunicación, nos parece que con real voluntad de diálogo”, resumió Pablo Biró, de la Asociación de Pilotos.
La empresa, en tanto, dijo que procurará restablecer “completamente” su servicio de vuelos durante el fin de semana y aclaró que la salida del conflicto “no traerá aparejado un aumento en las tarifas”.
“Estimamos que llegar a la normalidad completa del servicio demandará unos 4 o 5 días, pero se hará un esfuerzo para que esto quede resuelto el fin de semana”, indicó el vocero de Aerolíneas, Julio Scaramella, quien desmintió por otra parte el alejamiento de Antonio Matta como presidente de la compañía. Su figura fue la más criticada de la jornada: por los funcionarios, por los sindicalistas y –dicen los que participaron en la reunión– por el propio Díaz, que alegó que no había sido informado de muchas de las cosas que sucedían en Buenos Aires. Es que el reclamo de los pilotos y técnicos había acumulado un año y medio de gestiones sin resultado hasta que estalló. La solución de ayer es, en realidad, transitoria. Pero todas las expectativas están puestas en que hay un escenario nuevo para la negociación.

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