EL PAíS
› PRECIOS, CGT Y CONFLICTOS EN EL DEBUT DEL NUEVO GABINETE
Una muestra de lo que vendrá
La tarea de Nilda Garré con las Fuerzas Armadas y la de Felisa Miceli. Los desafíos de la inflación y los enfrentamientos sociales. El papel de Hugo Moyano en una semana de conflicto con los aeronáuticos.
› Por Sergio Moreno
“El Presidente nos dijo que nos olvidemos de las internas hasta fines del 2006. No quiere hablar de candidaturas a cargos legislativos, ni a gobernador, ni a Presidente, ni a nada de eso. Nuestra tarea es, ahora, gestionar, gobernar. Hemos ratificado el rumbo, y en algunos casos lo profundizamos, con los cambios de gabinete. La gente nos dio su confianza el 23 de octubre, no la podemos dejar pagando.” La parrafada anterior pertenece a un integrante del gabinete, pingüino él, de extrema confianza de Néstor Kirchner. El hombre y otros pares suyos del staff presidencial se avinieron a analizar con Página/12 las movidas de la semana que termina, que al paladar del Gobierno han dejado un sabor placentero, así como también el tono muscular de lo que deberá enfrentar la administración K estos dos años que restan hasta 2007: conflictividad social, en algunos casos desbocada, como con la huelga de los aeroportuarios, y pelea cuerpo a cuerpo con los formadores de precios para domeñar la inflación, que ha pasado a ser la madre de todas las batallas.
Los cambios en el gabinete han dejado una sensación, intramuros del Gobierno, de satisfacción. En algunos casos, de reivindicación. Tomemos un ejemplo: Agustín Colombo Sierra ha sido designado jefe de gabinete del canciller Jorge Taiana. Antiguo militante de la JP, exiliado entre 1977 y 1983, Colombo Sierra es un profesional de larga experticia, que habla cuatro idiomas, y ya había acompañado a Taiana cuando éste fue vicecanciller. “Qué suerte que no nos mataron, que estamos vivos, qué suerte que estamos acá y podemos formar parte de esto”, decía Colombo Sierra el jueves, tras el acto de asunción de los nuevos ministros, visiblemente emocionado, acompañado de su hija de veinte años y pico. Esa suerte de revancha militante, esa especie de triunfo sobre la muerte, campea entre los –muchos– funcionarios que, igual que Kirchner, en los ’70 trasegaron la Plaza de Mayo.
En la Casa Rosada explican la lógica de las movidas. “En algunos ministerios había que mantener la continuidad, esto es, en Cancillería y Desarrollo Social. En Defensa la labor de (José) Pampuro fue buena: había que contener a las Fuerzas Armadas cuando cambiamos el rumbo en 2003. Nos ayudaron mucho (el jefe del Ejército Roberto) Bendini y (el de la Armada, Jorge) Godoy, con los gestos del descuelgue de los cuadros y la histórica autocrítica de la Marina. Ahora, con Nilda Garré estamos haciendo una reafirmación con identidad propia. Y el desafío se trata ya no de contener a las Fuerzas Armadas, sino de sumarlas, comprometerlas, que se involucren con el cambio profundo. Nilda es reconocida por su defensa de los derechos humanos y, a la vez, es una institucionalista”, reflexionaba uno de los principales trujimanes del Presidente.
Otro de los intérpretes de Kirchner, sintetizó ante Página/12 la movida en el Ministerio de Economía de la siguiente manera: “El malestar creciente con ese ministerio-isla se dio en paralelo con los cambios en el gabinete. El desplazamiento de (Roberto) Lavagna y su reemplazo por Felisa (Miceli) en nada afectará los cuatro pilares de nuestro programa económico, que son alto superávit fiscal, tipo de cambio competitivo, cuentas externas ordenadas después del default y aumento de las reservas. A eso podría sumarse como una política a permanecer las tasas a niveles bajos y razonables para favorecer la producción”.
–¿Entonces qué ha cambiado? –preguntó este reportero al funcionario.
–Se ha modificado cierta percepción que mejora la chance de distribuir más el ingreso con más justicia. No obstante, esta cuestión tendrá su tiempo, que no es en lo inmediato. Lo inmediato es combatir la inflación.
Causas
En el Gobierno explican que, habida cuenta de que la inflación responde a una diversidad de causas, el ataque a la misma será por varios flancos. En los causales del incremento de precios, los funcionarios mencionan:
La construcción del precio: desglosar la cadena de formación del precio requerirá precisión de entomólogo. El Gobierno está dispuesto a poner la lupa en cada componente de la cadena de producción y aislar el sector. Ponen como ejemplo cuánto influye en el precio final de la leche el incremento del aluminio que se utiliza en el tetra-brik que la contiene. “La designación de Carlos Salas en el cargo que tenía Leonardo Madcur (la Secretaría de Coordinación Económica) es clave. Salas es un experto en costos y en estrategia de cadenas de producción. El se encargará de hacer estos seguimientos”, confiaron las fuentes oficiales.
Atacar las expectativas inflacionarias: “Hemos dado señales a los empresarios de que no será fácil pelear contra el Gobierno, y estamos dispuestos a dar toda la pelea que sea necesaria. Los empresarios que han hablado con Kirchner, Felisa Miceli y Alberto Fernández esta semana (que terminó) lo entendieron. (Jorge) Brito (del Banco Macro) ya salió a decir que la expectativa inflacionaria para 2006 es de 7 por ciento”, sostuvo un confidente oficial de este diario.
Necesidad de inversión: varios sectores industriales han agotado su capacidad productiva. Ante la falta de inversión y el aumento de la demanda, uno de cada tres de ellos aumenta precios. Los dos sectores que más sigue el Gobierno, por ahora, son el petroquímico –que producen plásticos– y los textiles.
“Vamos por todas, no dejaremos sueltas ninguna de estas variantes”, confía un integrante crucial del gabinete, para quien la flamante ministra está llamada a hacer un papel que rápidamente generará confianza. “Felisa es muy abierta, se puede discutir, escucha. A la vez es muy sólida y tiene convicciones firmes, a la hora de confrontar ideas hay que hamacarse. Pero así y todo, este ministerio está mucho más integrado al Gobierno”, compara el funcionario la actual gestión con la de Lavagna, sin nombrarlo.
Gordos y gorditos
En medio de esta confrontación, y con el telón de fondo de la durísima huelga de dos gremios de Aerolíneas Argentinas y Austral, la CGT, encabezada por Hugo Moyano, se reunió a mediados de la semana que termina con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. La sorpresa del funcionario fue mayúscula cuando vio que con la delegación sindical ingresó a su despacho, en primera fila, el subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli, que además es secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), uno de los dos sindicatos que mantuvieron la huelga por nueve días. “Yo no entendía: un colega del Gobierno venía a hacerme un planteo gremial; fue de locos”, confesó Fernández a sus allegados después de la reunión.
Según cuentan en la Casa Rosada, la reunión con los gremialistas fue mejor de lo que se esperaba. Los planteos hechos por Moyano y sus muchachos fueron catalogados como “racionales”. “No plantearon ningún disparate”, dijo un testigo oficial del encuentro de marras a Página/12. La CGT pidió subir el piso para el impuesto al mínimo no imponible, subir la base para bienes personales, sacar el impuesto al cheque para las obras sociales y revisar los valores de las cápitas para los jubilados del PAMI.
Fernández respondió que la administración Kirchner no estaba en condiciones de acceder, por ahora, a las dos primeras demandas, habida cuenta de que las modificaciones solicitadas implicarían un déficit de caja de unos 2500 millones de pesos anuales, con lo que tirarían por la borda una parte sustancial del superávit fiscal, uno de los bastiones de la política económica oficial. “Moyano es un dandy. Si llegase a actuar siempre como lo hizo esta semana, me saco el sombrero”, dijo anteayer el jefe de Gabinete a sus colaboradores. Fernández se refirió a la actitud que el líder camionero tomó en la reunión que mantuvo con él (“fue racional y contemporizador, entendió el problema fiscal que acarrearía hacer esas correcciones sobre los dos impuestos, y nunca fue impertinente”, comentaban testigos del encuentro) respecto de las reuniones con empresarios para bajar los precios y, finalmente, en relación al conflicto aeronáutico. “La CGT estuvo cauta con la huelga, no fue ninguno de sus dirigentes al acto que los gremios en paro hicieron en la Federación de Box y Moyano no hizo ninguna declaración pública al respecto”, se congratulaban en Balcarce 50.
El camionero es, a esta hora, un aliado muy cercano del Gobierno. El técnico aeronáutico Cirielli, que es funcionario del Gobierno, no (ver páginas 12 y 13) tramuros de la Casa Rosada.
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