EL PAíS
› CARRIO FIRME, REUTEMANN EN PICADA, EL PERONISMO AUSENTE
Cifras que preocupan al Gobierno
Una encuesta encargada por la Rosada pinta un panorama deprimente para el peronismo y en especial para los bonaerenses.
› Por Sergio Moreno
Lilita Carrió no sólo no se cae sino que crece en intención de voto. Luis Zamora se mantiene. El primer peronista ranqueado es Adolfo Rodríguez Saá, que así y todo está lejos de la jefa del ARI. Carlos Reutemann descendió de ocho a cuatro puntos. Todos estos guarismos preocuparon aún más al Gobierno. Surgen de una encuesta pedida por la administración de Eduardo Duhalde a uno de sus consultores de confianza e indican que el escenario electoral, si ocurriese al corto plazo, sería catastrófico para el peronismo, en general, y para los deseos de los bonaerenses, en particular. El único dato que puede darle una módica satisfacción es que el “fenómeno Menem”, zamarreado por algunos medios durante la semana que pasó, está lejos de existir: el ex presidente apenas recoge una intención de voto del dos por ciento y la repulsa de la sociedad sobre su persona asciende a un 85 por ciento de imagen negativa.
Uno de los principales operadores del Presidente que, además, ocupa un despacho en sus cercanías, tiene sobre su escritorio el sondeo de opinión mencionado, realizado la semana pasada en la Capital Federal y el Conurbano y cuya base es una muestra de 600 casos. Los números no han sido aún analizados con el resto del gabinete –estuvieron listos anteayer–, pero esperan sobre la mesa de trabajo de Duhalde a que el Presidente regrese de su descanso finsemanal en Pinamar. No son buenas noticias para él.
En primer lugar, el trabajo muestra la buena performance de Elisa Carrió. La fundadora del ARI consiguió escalar cuatro puntos porcentuales en relación al sondeo que la misma empresa realizó el mes pasado. Por entonces, Carrió alcanzaba un 14 por ciento en la intención de voto; el nuevo trabajo la ubica cuatro puntos por encima de aquel guarismo, es decir 18 por ciento.
Detrás de ella, estable, se estaciona Luis Zamora, de Autodeterminación y Libertad. El rutilante fiscal de las conductas políticas mantiene los 14 puntos de la última medición que, es cierto, abarca la zona donde más influye su palabra: Capital y GBA.
Duhalde deberá bajar un renglón más para ver aparecer a algún peronista en el trabajo al que se hace referencia. Aunque no será de su agrado. El lugar –según la encuesta– lo ocupa Adolfo Rodríguez Saá, efímero presidente y duro rival en la interna peronista. “El Adolfo” consigue siete puntos en intención de voto en un territorio que le es adverso, como es la zona metropolitana del país. Este número, a pesar de ser once puntos menor del que consigue Carrió, inquieta al Gobierno, habida cuenta de que el ex gobernador de San Luis recoge muchas más adhesiones en el interior de la Argentina.
La desazón llega de la mano del candidato elegido en la Casa Rosada para volcar sus apuestas. Carlos Reutemann obtiene apenas un cuatro por ciento, cuatro menos que en la medición que la consultora realizara hace apenas un mes. Detrás del Lole siguen los otros candidatos del peronismo, Duhalde inclusive, con indicadores casi despreciables en términos matemáticos. Los ejemplos más patéticos son los de José Manuel de la Sota, que apenas consigue el 0,5 por ciento de las adhesiones, y el de Carlos Ruckauf, que reúne el 80 por ciento de imagen negativa.
Sólo con los números que cosecha Carlos Menem podrá el Presidente obtener una módica alegría: el riojano apenas araña el dos por ciento de los votos, con un repudio de 85 por ciento de los encuestados. Datos que hablan a las claras de la inexistencia del “boom Menem”.
Un último dato descorazonador para los bonaerenses que habitan la Rosada lo consigue la primera dama, Hilda “Chiche” Duhalde: su imagen negativa en Capital y el Conurbano –este último lugar otrora su bastión– trepa al 60 por ciento.
–¿Por qué sube Carrió y se cae Reutemann? –preguntaron en Balcarce 50 al sociólogo que realizó el trabajo.
El sociólogo respondió: –Porque la gente necesita dirigentes que se involucren, que se jueguen para salir de la crisis. Eso creen ver a Carrió, Zamora e, incluso, en Rodríguez Saá. Por el contrario, la distancia de Reutemann con las cuestiones de la crisis lo aleja del elector, y lo está pagando.
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