La llamaron “marcha de la resistencia”. La caravana de unos 500 vehículos ocupó dos kilómetros de largo y todo lo ancho de la ruta 136. Recorrió el trayecto que va desde Gualeguaychú hasta el puente Internacional que la une con la ciudad uruguaya de Fray Bentos y trabó durante largas horas el tránsito del recambio turístico en las playas uruguayas. Apenas un día después que decidieron abandonar momentáneamente los cortes de rutas, los ambientalistas volvieron a manifestarse en contra de la construcción de las plantas de celulosa que se levantan en la costa oriental del río Uruguay. Hoy los integrantes de la Asamblea Ambiental de Galeguaychú se reunirán con el gobernador Jorge Busti, que ya tiene listo el proyecto de ley que enviará al Congreso entrerriano para pedirle al gobierno nacional que demande a Uruguay ante la Corte de la Haya.

Los asambleístas de Gualeguaychú volvieron a ocupar la ruta que va al puente internacional General San Martín para protestar contra la construcción de las papeleras en territorio uruguayo, aunque esta vez el bloqueo fue con una nutrida caravana de vehículos. “Fue multitudinaria”, dijo Osvaldo Muoso, uno de los miembros de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú. “Es impresionante”, insistió Pedro Pavón a Página/12, cuando a las 21 la caravana todavía no había llegado al puente internacional para dar la vuelta y regresar a la ciudad entrerriana.

Los 500 vehículos ocuparon las dos manos de la ruta en una marcha lenta. Cada 15 kilómetros, la caravana se detenía para improvisar actos contra las papeleras que las empresas finlandesa Botnia y la española Ence levantan en Fray Bentos. En tanto, la Gendarmería se encargaba de detener en las banquinas a los turistas que transitaban la ruta –hacia y desde Uruguay– para evitar no sólo cualquier posible inconveniente con los manifestantes sino para que el congestionamiento no fuera aún mayor.

Sin embargo, la protesta también se ganó la adhesión de gran parte de los turistas que transitaban la ruta 136. “Aplaudían y saludaban al lado de la ruta”, sostuvo Pavón. Los que iban hacia el Uruguay se plegaron a la caravana cuando los vehículos marchaban hacia el paso internacional y se los podía identificar claramente “porque llevaban sus portaequipajes cargados”. Los que regresaban, esperaron en calma el paso de los manifestantes. Las demoras en el tránsito se extendieron hasta últimas horas de la noche en una jornada que alcanzó casi 40 grados de temperatura.

“Estamos expectantes, pero cautelosos”, sintetizó ayer Marta Gorrostarazu, otra de las asambleístas, sobre el resultado que arrojarán dos reuniones consideradas clave por los ambientalistas. Una será la que hoy al mediodía reunirá en Montevideo a la Comisión Binacional Argentino-Uruguaya que debe rendir un informe de impacto ambiental sobre la producción de pasta de celulosa, para la fabricación de papel, de las dos fábricas que se instalan sobre la costa uruguaya. Aunque es muy probable que haya dos dictámenes y no una resolución única.

La otra es la que los miembros de la Asamblea de Gualeguaychú mantendrán con el gobernador entrerriano. Aunque los ambientalistas quieren mantener su “independencia”, también consensuarán con las autoridades provinciales las medidas que llevarán adelante para no afectar la estrategia que se propone la provincia para torcer la pulseada a su favor. Por su parte, Busti –que calificó a la Asamblea como “la vanguardia de la lucha para impedir la instalación de las papeleras”– les informará a los asambleístas sobre el proyecto de Ley, con sólo tres puntos, que elevará esta semana a la Legislatura provincial y a través del cual le pedirá al gobierno nacional que demande a Uruguay ante el tribunal internacional de la Haya. Una situación que tensaría aún más la delicada relación diplomática con el vecino país.