Diez cajas con miles de negativos clasificados fueron entregadas en forma anónima al estudio de la abogada María Elba Martínez, querellante ante la Justicia federal en causas por violaciones a los derechos humanos que se cometieron en la última dictadura militar. El material, perteneciente a los años 1976 y 1977, fue facilitado a la jueza Cristina Garzón de Lascano y forma parte de una documentación que en julio del año pasado la magistrada había intentado secuestrar en dependencias de la policía cordobesa y que “sorpresivamente” desapareció cuando se realizó el allanamiento. El hallazgo es importante, porque las fotos de algunos negativos coinciden con los nombres de un libro policial sobre movimientos de presos políticos denominado Libro de Extremistas, que Hijos y Abuelas de Plaza de Mayo habían proporcionado al juzgado tiempo atrás.

Si bien los miles de negativos aparecidos sorpresivamente el martes a última hora corresponden tanto a presos políticos como a presos comunes, la documentación es importantísima porque completa el material secuestrado en julio pasado por la Justicia en dependencias policiales, al cual le faltaban los registros de los años ’76 y ’77, los más duros y crueles en cuanto a secuestros y asesinatos en el área del Tercer Cuerpo del Ejército que manejaba el represor Luciano Benjamín Menéndez.

Además, muchos de los números con que se identifican a los negativos aparecidos coinciden con nombres de personas registrados en el Libro de Extremistas, un documento que el Departamento de Información de la policía cordobesa, la temible D2, elaboraba para saber el movimiento de presos políticos detenidos en ese tenebroso lugar.

“El libro tiene nombres de presos políticos y números de negativos, algunos de los cuales coinciden con las fotos aparecidas en estas diez cajas, que misteriosamente no estaban cuando hicimos el allanamiento en julio del año pasado en oficinas de la policía cordobesa y que contienen los peores años de la dictadura”, explicaron a este diario en el juzgado de Garzón de Lascano, quien entiende en las causas por violaciones a los derechos humanos cometidos en la órbita del Tercer Cuerpo. “En aquel libro entregado anónimamente a los abogados de Hijos y Abuelas de Plaza de Mayo hace unos meses, también había fotos de personas con vendas en el cuello y con señales de haber sido torturadas”, agregó la fuente.

La aparición de aquellas fotos con personas posiblemente tabicadas –así se denominaba en la jerga militar el vendaje en los ojos– guarda relación con lo que la abogada Martínez pudo observar en algunos de los negativos aparecidos misteriosamente en su estudio el martes a la noche. “Al no tener un aparato especial para analizar el material, sólo vimos unos cuantos y en algunos de ellos aparecían mujeres embarazadas y otras personas con vendas en el cuello. Por razones de seguridad, al día siguiente entregamos a la Justicia federal las diez cajas para que sean analizadas. Cuando llegamos, nos enteramos de que este material era la parte que les faltaba a ellos de un allanamiento que habían efectuado el año pasado”, contó Martínez.

Aunque nadie pudo confirmar el origen de estas diez cajas, ni dónde estaban guardadas, Página/12 averiguó que dos bolsas de nylon conteniendo importante documentación sobre los años ’70, que el año pasado alguien intentó negociar en la Justicia federal, aparecieron en el estudio jurídico de un abogado muy relacionado con la policía provincial y que, desde ahí, una persona las llevó –también en forma anónima– a las oficinas de la abogada Martínez.

“Ahora el juzgado debe investigar cómo apareció esta información, y si hay más sobre el tema”, explicó la abogada. Por lo pronto, y no es un dato menor, el juzgado de Garzón de Lascano deberá proveerse de un aparato que permita ver los miles de negativos hallados, que hasta el momento, pese al tiempo transcurrido, no pudieron ser analizados por carecer de tecnología apropiada.