Lun 08.05.2006

EL PAíS  › KIRCHNER VIAJA A VIENA PARA LA CUMBRE UE-AMERICA LATINA

En el vals de los conflictos

Con el trasfondo de los problemas que atraviesa el Mercosur, el Presidente participará en Austria de una megacumbre. Se reunirá con la alemana Angela Merkel. También irá el uruguayo Tabaré Vázquez.

› Por Fernando Cibeira

Con las cuestiones comerciales trabadas, la cumbre de la Unión Europea y América latina que llevará al presidente Néstor Kirchner esta semana a Viena tendrá un carácter más que nada político. El lema de la cumbre será “Reforzar la asociación estratégica”, obviamente dirigido a la relación entre los dos continentes, pero que hoy podría extenderse a la explosiva situación interna de los bloques regionales latinoamericanos, que habrá que ver cómo canalizan sus problemas en los pagos de Freud. La visita de Kirchner cobrará trascendencia gracias al armado de encuentros bilaterales con algunos de los líderes del Viejo Continente. A la confirmada entrevista con la alemana Angela Merkel se le agregaría otra con el español José Luis Rodríguez Zapatero y alguna otra que se negociaba a nivel Cancillería. En cambio, con quienes no querrá toparse, pero por ahí no le queda más remedio, será con el uruguayo Tabaré Vázquez y la finlandesa Tarja Halonen, en la orilla de enfrente en el conflicto por las papeleras. A ellos muy posiblemente Kirchner les dedique un párrafo cuando exponga en un panel sobre medio ambiente.

Serán 58 los países participantes –33 latinoamericanos y 25 europeos– y, de acuerdo con la información oficial, habrá pocos jefes de Estado ausentes. Kirchner, poco afecto a las megacumbres, esta vez no tuvo opción dado su carácter de presidente pro tempore del Mercosur. Los encuentros Unión Europea-América latina y el Caribe arrancaron en 1999 en Río de Janeiro y están pautados cada dos años. En el 2002 se hizo en Madrid y en el 2004 en Guadalajara, México. Allí, Kirchner no viajó por culpa de una gripe, y la comitiva argentina quedó encabezada por los entonces ministros Rafael Bielsa y Roberto Lavagna. Kirchner saldrá hacia Viena mañana a la tarde y está prevista su vuelta para el próximo domingo.

El jueves arrancará el programa oficial de la cumbre con las reuniones de los cancilleres, preparatorias de la de los presidentes que se encontrarán el viernes. En la apertura, a los jefes de Estado les toca hablar cinco minutos a cada uno. La brevedad los obliga a una apretadísima síntesis de su ideario en materia internacional, algo que a algunos les cuesta más que a otros. El cubano Fidel Castro, por ejemplo, faltó a la cumbre de Guadalajara argumentando que en tan poco tiempo no podría expresar nada interesante. Fidel tampoco viajaría esta vez.

El sábado está reservado para los encuentros subregionales, con la Unión Europea y el Mercosur como reunión estelar. Sin embargo, dado que las reuniones previas terminaron en fracaso, el encuentro se suspendería. Es que el Mercosur no quiere saber nada de levantar las barreras aduaneras hasta tanto los europeos no eliminen sus subsidios agrícolas. La cuestión se debate en la OMC, donde la Argentina y Brasil integran el G-20 junto a países en vías de desarrollo como India y China. La última ronda fue en diciembre pasado, en Hong Kong, y al respecto se avanzó poco y nada. En Europa piden que, dado que los funcionarios técnicos no pueden, los presidentes reunidos en Viena se encarguen de destrabar la cuestión. Desde aquí responden que no.

Fuera de agenda, la cartelera se presenta más interesante. La única bilateral confirmada de Kirchner es con la premier alemana, Angela Merkel, el viernes. Luego de la buena experiencia con el socialdemócrata Gerhard Schroeder, es de imaginar que Kirchner no consiga una sintonía tan fina con su sucesora conservadora. Pero el contacto de la semana pasada en Buenos Aires durante la visita del ministro de Relaciones Exteriores, Frank Steinmeir, apuntaló el optimismo de la Casa Rosada.

Sin confirmar, pero muy probable: que el viernes Kirchner haga un aparte con el español Rodríguez Zapatero. Según explicaba un diplomático argentino que sigue de cerca la relación bilateral, el principal problema pasa hoy por Aerolíneas Argentinas, en manos de la española Marsans, a la que el Gobierno le reprocha su desprolijidad en el manejo de las cuentas.

A Zapatero, seguramente, le gustará conocer de primera mano la situación de las papeleras en Uruguay, dado que una de ellas, Ence, es de capital ibérico. Pero el encuentro, si es que se concreta, seguramente terminará, como sucede cada vez que se ven, con una enérgica puesta en escena de la buena relación entre ambos, a la que esta vez se le agregará un anuncio: que, el 20 de junio, Kirchner irá a Madrid a firmar el tan anunciado acuerdo de asociación estratégica entre la Argentina y España.

Por otro lado, ya estaban avanzadas las tratativas para una entrevista con el italiano Romano Prodi, pero se frustró dado que la renuncia de Carlo Ciampi a renovar su mandato como presidente retrasó su asunción como primer ministro, por lo que no aparecería por Viena.

Cobró trascendencia en las últimas horas la entrevista que Kirchner mantendrá con el titular de la ONU, Kofi Annan, quien también verá a Tabaré Vázquez. Con todo, en Cancillería descreían de una mediación, aunque sospechaban que el conflicto por las papeleras será tocado.

Dado que la reunión de la UE con el Mercosur fue levantada, en Cancillería consideraban posible que, entre tantos presidentes, Kirchner y Tabaré transcurran su estadía en Viena sin cruzarse, si se descuentan las fotos grupales o las inmensas mesas redondas. De parte de Kirchner, aseguraban, no habrá gestos de acercamiento. “A no ser que a través de otros presidentes se abra una instancia de negociación, hoy no se ve un acuerdo posible. El Presidente está muy enojado con Tabaré y eso no se va a modificar”, explicaba ayer un funcionario de Cancillería.

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