El oficialismo está convencido de contar con los votos para impedir el ingreso del represor Luis Patti a la Cámara de Diputados en la sesión especial que se realizará el 23 de mayo. En la cuenta, suma a los 118 diputados del oficialismo el apoyo de las fuerzas de centroizquierda como el ARI, el socialismo y legisladores sueltos como Claudio Lozano o los impugnadores de Patti, Miguel Bona-

sso y Héctor Tinnirello. Sin embargo, los números podrían no ser tan generosos como imaginan. La Unión Cívica Radical aún no resolvió su postura. Mañana, esa bancada decidirá si está dispuesta a pagar el costo político de pronunciarse en contra de la impugnación de Patti. “No puedo adelantar una posición, pero es cierto que, hasta ahora, la percepción va en contra de la impugnación”, aseguró el presidente del bloque UCR, Fernando Chironi a Página/12. Para que Patti no asuma, la impugnación necesita reunir los dos tercios de los votos. Los radicales podrían poner en duda esa cifra.

En realidad, los radicales no tienen una posición unificada. Hay un grupo que actúa en sintonía con la Casa Rosada que podría pronunciarse en contra de Patti. Pero el grueso de la UCR, la segunda fuerza de la Cámara, evalúa oponerse al bloqueo de la asunción del represor, en consonancia con la derecha macrista y provincial, los ex duhaldistas duros, menemistas y sus flamantes aliados del partido de Patti. En la reunión del martes definirán si se sientan en sus bancas y votan en contra del dictamen que, seguramente, inhabilitará a Patti por falta de idoneidad moral. Otras posibilidades es que elijan abstenerse o ausentarse el día de la sesión.

Treinta serían los diputados radicales embarcados en esta posición, y si todos deciden presentarse será más difícil conseguir los dos tercios de los votos que requiere la aprobación de la impugnación. Aunque podría haber alguna interpretación distinta, la Constitución habla de “dos tercios de los votos”, y el reglamento de la Cámara dice “de los votos emitidos”, de lo cual se deduce que se trata de los “presentes”.

“A dos días del acto del 25 en Plaza de Mayo (la sesión será el 23), los hombres de Kirchner quieren darle la cabeza de Patti en bandeja y no podemos ser parte de eso”, se escuchó decir entre los radicales. Sin embargo, el jefe del bloque aseguró a este diario que la decisión se tomará por “convicciones, sin importar quién impulse la medida”. Otro aspecto que les preocupa es la eventual vulneración de la voluntad popular. Días atrás, la diputada Alicia Tate, miembro de la comisión que está por emitir el dictamen, se manifestó preocupada porque “no permitirle ingresar sería un antecedente grave”. La legisladora consideró que, más allá de que no les resulte agradable avalar al represor, no se puede obviar que obtuvo casi medio millón de votos en la última elección. “Legalmente no se le puede impedir que asuma, y si nos quejamos de que el Gobierno vulnera la Constitución no podemos hacer lo mismo, no podemos habilitar una caza de brujas”, es el razonamiento de algunos en el centenario partido.

Los cuatro radicales que integran la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento en la que se sustancia el proceso contra Patti esperan convencer al resto de sus correligionarios el martes. El radical Pedro Azcoiti, a la sazón vicepresidente de la comisión, prepararía un dictamen con la pluma del jurista Ricardo Gil Lavedra, y será el diputado informante en el recinto. En el bloque del macrismo, PRO, la voz cantante será la del diputado Jorge Vanossi.

En el 2000, cuando la Cámara impidió el ingreso de otro represor, Domingo Antonio Bussi, lo hizo con una amplia mayoría de adhesiones. Los radicales sostienen que en aquel caso pesó en gran medida la acusación contra Bussi por la sustracción de menores –que es un delito imprescriptible– y el ocultamiento de su cuenta en el exterior. Aducen que en el caso de Patti no hay ninguna condena firme, pero en realidad tampoco la tenía Bussi. Ambos están procesados, y los delitos por los que Patti llegó a estar preso tampoco prescriben.