La jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay recibió ayer el premio de Derechos Humanos de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas en una reunión bianual que se celebró en Sydney, Australia, bajo el lema “La independencia judicial centrada en cuestiones de género, religión, cultura y políticas”. La red de mujeres juezas se estableció para intercambiar experiencias acerca de la actividad judicial en distintos países, entre ellos, Irlanda, Inglaterra, Noruega, Suecia, China, Corea del Sur, Líbano, Indonesia y Siria. En la conferencia, Argibay destacó la participación de la mujer en las estructuras judiciales de Asia y Europa oriental.