EL PAíS
El canciller volvió de su primer viaje con el apoyo de Brasil
En una visita de menos de 24 horas en Brasil, Carlos Ruckauf se reunió con el presidente Fernando Henrique Cardoso. “Ellos vieron con mucha seriedad el plan argentino y lo van a seguir.”
› Por Martín Piqué
Se volvió de Brasil con una sonrisa, pero en las valijas se trajo algo mucho más urgente para las necesidades del país: el apoyo del presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso a la política económica de emergencia que impulsa el gobierno nacional. En su primer viaje al exterior como canciller, Carlos Ruckauf tuvo un gesto político al socio mayoritario del Mercosur, y a cambio obtuvo un respaldo vital para el Ejecutivo, que atraviesa un momento delicado por las presiones conjuntas de empresas y gobiernos europeos. “Ellos vieron con mucha seriedad el plan argentino y lo van a seguir, aunque están esperando los detalles”, contó Ruckauf ayer a la tarde, luego de regresar al país junto al flamante embajador de Brasil, José Botafogo Goncalves.
Apenas llegó al aeroparque Jorge Newbery, la delegación que encabezaba Ruckauf se fue a la Casa Rosada, donde los esperaba, impaciente, el Presidente. El canciller y parte de su comitiva –conformada por el vicecanciller Jorge Faurie, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, y los subsecretarios Jorge Herrera Vargas y Alfredo Chiaradía– le presentaron un resumen a Duhalde, que preguntó si ya se había confirmado la visita de Cardoso a Buenos Aires. “A fines de enero o principios de febrero”, le informaron rápidamente. Era un dato importante para el primer mandatario, que necesita fortalecer su situación ante la Unión Europea, Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito.
La reunión duró menos de una hora, y luego se prolongó con la recepción formal del nuevo embajador brasileño. Unas horas antes, cuando la delegación argentina aún estaba en Brasil, Duhalde había hablado por teléfono con Cardoso, mientras que el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se había comunicado con su par brasileño, Pedro Malan. Consultados por Página/12, tres miembros de la comitiva de Ruckauf coincidieron en que la excursión por Brasilia había sido exitosa. Lo mismo aseguraba el canciller, quien consideró que el viaje había sido “sumamente satisfactorio para los intereses de Argentina”.
Para Duhalde, el éxito de la gestión implicaba que los socios mayoritarios del Mercosur aceptaran interceder ante el FMI, el Banco Mundial y el Grupo de los 7. Ese fue uno de los temas que conversaron ayer los negociadores argentinos con Cardoso y otros funcionarios del gobierno brasileño en dos reuniones consecutivas, realizadas en Itamaraty y en el Palacio de la Alborada, la residencia oficial del presidente de Brasil.
La primera reunión fue un desayuno de trabajo en el que estuvieron Malan, el canciller Celso Lafer, el ministro de Desarrollo e Industria Sergio Amaral y el ministro de Agricultura, Patrini de Moraes. El ministro de Economía brasileño comparó el proceso argentino con la situación que se vivió en su país en enero y febrero de 1999, cuando Brasil devaluó el real y lo dejó flotar en una banda cambiaria. En ese punto, precisamente, Malan les aconsejó a sus invitados que –una vez que se acuerde con el FMI– se presenten en las capitales europeas junto con los bancos centrales de cada país, para tratar de reabrir las líneas de crédito para Argentina. La idea entusiasmó a Redrado, que se la transmitió a Remes Lenicov apenas regresó a Buenos Aires.
El esperado encuentro con Cardoso comenzó cerca de las 10 con buenas señales para la delegación encabezada por Ruckauf:
–Yo soy un hincha de la Argentina –dijo el presidente brasileño para romper el clima.
Entonces, el canciller Ruckauf aprovechó la recepción para explicar el plan de emergencia que impulsa Duhalde, y destacó más de una vez que “el Presidente es el que toma las decisiones”. La cuestión tenía su importancia, porque en Brasilia aún recuerdan las contradicciones entre Domingo Cavallo y Adalberto Rodríguez Giavarini durante el mandato de Fernando de la Rúa. Cardoso, a su turno, comparó la salida de la Convertibilidad con la devaluación del real y prometió que a su regreso deuna gira por Rusia que comenzará el viernes se comunicará con George Bush y con los líderes del G7 para pedirles ayuda para Argentina.