Sólo les faltó ponerse el guardapolvo. Los socios de PRO, Mauricio Macri y Ricardo López Murphy, eligieron una escuela de Avellaneda para dar cátedra a los 300 dirigentes que participaron del primer encuentro nacional de PRO. Esta vez, los líderes abandonaron los hoteles paquetísimos a los que son habitués y sentaron en pupitres a sus seguidores para que debatiesen la estrategia electoral. La jornada concluyó en el salón de actos, decorado con banderitas argentinas de papel crepé, donde a Macri y a López Murphy les tocó la mesa del maestro. “Los que estamos aquí no nos rendimos, no nos quebramos y no nos van a comprar”, dictó el Bulldog.

Los dirigentes, que cambiaron los trajes por las ropas informales de sábado, hicieron el encuentro en territorio bonaerense, para el que buscan como candidato a gobernador a Juan Carlos Blumberg. “Respecto de Blumberg, lo hemos invitado a participar en política, como a toda la gente valiosa del tercer sector. Si Blumberg decide meterse en política, sería un aporte importante”, se esperanzó Macri. Más discreto, López Murphy recordó que el padre de Axel “tiene que asegurarse de que no haya impunidad para los secuestradores”. El Bulldog remarcó que “el Gobierno ha guardado su proyecto (de reforma del Código Penal), pero tiene un funcionario que asalta comisarías”, disparó en dirección al subsecretario de Tierras y Hábitat, Luis D’Elía.

Luego de debatir la estrategia electoral en talleres divididos por aula –llevaban rótulos como “Aula 4. Tercera sección electoral”– los más de 300 dirigentes resolvieron aceptar a “todos aquellos que se acerquen” a PRO en las provincias y comenzar a analizar en encuentros por distrito las futuras alianzas. Sin embargo, descartaron una coalición con el ex ministro de Economía Roberto Lavagna. “Nosotros no nos tenemos que maquillar ni explicar por qué lo que hace seis meses estaba bien ahora está mal”, disparó el fugaz ministro de Economía de Fernando de la Rúa. Al gobernador neuquino Jorge Sobisch, Macri pareció dedicarle una frase: pidió “tener la grandeza de saber cuáles son nuestros límites y saber sumarse, si hay alguien que tiene mayor capacidad de liderazgo”.

El encuentro sirvió para contener a la tropa mientras continúa la indecisión de Macri frente a una candidatura presidencial que “se discutirá internamente a fin de año”. Al cierre de la jornada, Macri y López Murphy se mostraron distendidos ante sus seguidores. El diputado part-time explicó que casi no había podido asistir por una infección en el dedo y exhibió su mano vendada. Incluso bromearon en sus discursos. “Tengo una tendencia a hablar mucho. Soy como Fidel Castro”, dijo el ex ministro de Defensa de la Alianza y una carcajada brotó de la multitud. Es conocida su aversión por el presidente cubano. “Para compensar los genes de Fidel Castro que tengo a mi lado, te pido Ricardo que cuando lleguemos al poder veamos cómo hacemos para que hables menos”, se sumó Macri.

López Murphy también lanzó una alusión bíblica: le prometió a Macri ayudarlo a “levantar los brazos, cada vez que tu fuerza decaiga en esta lucha” como “Aarón ayudó a Moisés, cuando encabezó la liberación de los judíos de Egipto”.

Luego, el empresario volvió sobre su tema preferido de campaña: “Por primera vez en tres años el Presidente habló de la inseguridad. La gente tiene miedo y se queda en su casa”. “Tenemos una explosión del consumo de drogas y no es cierto que haya bajado con el índice de pobreza”, indicó López Murphy. El líder de Recrear, ex dirigente radical al fin, no pudo evitar referirse a los radicales K, que ayer celebraron un acto en Vicente López (ver página 4). “En otro punto de la provincia hay un acto que, en el fondo, es ver cómo se pintan los labios para entregarse”, ironizó.