“Hay mucho panqueque dando vuelta” en el Gobierno, expresó ayer el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, refiriéndose a la conversión política de algunos dirigentes provenientes del duhaldismo y evitó nuevamente hablar de su eventual candidatura presidencial aunque sostuvo que está “trabajando” para conformar una “alternativa superadora” centroprogresista que pueda competir con el “setentismo y el noventismo”, analogía que, según entiende Lavagna, se ajusta a la tradicional polaridad entre izquierda y derecha.

El ex funcionario de Raúl Alfonsín, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner afirmó, en una entrevista al diario La Capital, de Rosario, que lamenta, respecto de las próximas elecciones presidenciales, “que los pingüinos, el ARI, PRO, Menem, hayan lanzado su candidatura antes de tiempo” y recordó, a propósito de la campaña electoral de 2005, que “si alguien cree que un país resiste desde esa fecha hasta octubre de 2007 en campaña permanente se equivoca, eso tiene costos económicos y sociales”. Ante la inminente Convención Nacional de la UCR, que sesionará en Rosario a fin de mes, Lavagna instó a los radicales para que acompañen el espacio “no con nombre y apellido sino en términos de avanzar y fijar los límites del proyecto” y aclaró: “Esto no es una candidatura estrictamente radical, es un grupo muy grande, mi origen es justicialista”.

El economista sostuvo que está dialogando con “sectores peronistas del interior, el MID, el Frepaso y grupos independientes, fundamentalmente jóvenes” y rechazó las versiones que sugieren que, de candidatearse, contaría con el acompañamiento del ex presidente Eduardo Duhalde. Lavagna expresó su preocupación por el binarismo político, del que él, como otros tantos, se ve como “superación”. Al ser consultado sobre los ejes de su proyecto, apuntó que el objetivo central es “evitar que la próxima elección sea entre el populismo y la derecha dura”.

En estos términos, el precandidato a presidente criticó a la actual gestión a la que atribuye, en materia económica, “tener la idea de que todo se puede hacer, de que todo es gratis” y en política internacional “mucha verborragia, chavismo diluido”. Lavagna también cuestionó a la “derecha dura” porque su propuesta económica es que “no se puede hacer nada salvo el ajuste, jorobar a la gente en la distribución del ingreso y en lo laboral”. Consciente de la agenda política, el ex ministro también opinó sobre el tema de la inseguridad, definiendo a los setentistas como “garantistas” que “introducen reformas donde uno tiene la sensación que se hacen para que los delincuentes entren por una puerta y salgan por otra”; mientras los noventistas piden “gatillo fácil y mano dura”. Para Lavagna la prioridad “y esto lo dije antes que Kirchner”, aclaró, “es hacer funcionar las leyes, no cambiarlas”.

Sin dar ejemplos puntuales y expresando su temor a que estos extremos se potencien, el ex ministro advirtió: “Cuántas veces el populismo le abrió la puerta a la derecha en la Argentina y cuántas veces el fracaso de la derecha termina trayendo a un gobierno del otro extremo. Cuánto tiempo vamos a seguir haciendo este péndulo”.