“Amigos radicales”, comenzó. Y enseguida quedó claro lo que se venía. El Presidente iba a aprovechar el anuncio de las obras hídricas en Temperley y Lanús, para dirigir un mensaje a la última incorporación del oficialismo. Los radicales K, o como prefieren que se los llame, los radicales G (porque “gobiernan”). “Agradezco a los amigos del radicalismo que muestran la voluntad de trabajar todos juntos. Los argentinos hemos sufrido mucho y soportado de todo, pero es demasiado que el simple gesto de buscar pluralidad los ponga tan nerviosos. Mi profundo agradecimiento a los intendentes y gobernadores del radicalismo que han tenido la valentía de pensar primero en el país y después en ellos”, dijo desde el atril.

La frase de ayer fue el primer pronunciamiento público de Kirchner sobre el “encuentro federal de radicales que gobiernan”, como se llamó el acto del sábado convocado por los dirigentes del radicalismo cercanos al Gobierno. En esa reunión, a la que asistieron los gobernadores Miguel Saiz (Río Negro), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Julio Cobos (Mendoza) y Arturo Colombi (Corrientes), más el vicepresidente del radicalismo de Catamarca en representación del gobernador, junto con unos 180 intendentes de todo el país, los dirigentes anunciaron su respaldo a la propuesta del Presidente de construir una concertación pluripartidaria.

De esta manera profundizaron la brecha interna abierta dentro de la UCR donde la conducción formal del partido se inclina a apoyar la candidatura del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, que levanta el ex presidente Raúl Alfonsín. El respaldo a Lavagna quedará resuelto en la reunión de la Convención Nacional convocada para dentro de diez días en Rosario.

Kirchner también adelantó que no responderá los cuestionamientos que le dirijan por el debate interno del radicalismo. “Yo, a cada agravio, un gesto de amor. Y a cada agravio, los brazos abiertos para construir una Argentina distinta. Si algunos quieren decir algo de mí, que lo digan. Yo sé dónde debo estar y lo que tengo que hacer. Yo tengo que servir al pueblo argentino”, aseguró. El acto se realizó en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Además del Presidente, estuvieron el ministro de Planificación, Julio De Vido; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el intendente de Lomas de Zamora, el ex duhaldista Jorge Rossi. En ese municipio hubo masivas movilizaciones contra Rossi en reclamo de un mayor acceso al servicio de agua potable.

En el tramo final de su discurso, Kirchner cargó contra la oposición y respondió las críticas a su convocatoria a una concertación. “Si la promueve el Gobierno es un acto de cooptación y si ellos lo hicieran sería un acto de profundización democrática. A mí me parece que se tienen que tranquilizar. Hay que mostrar proyectos alternativos, hay que mostrar calidades”, afirmó. Luego se refirió a las obras hídricas. Anunció que se construirá una red de agua potable entre Lanús y Temperley por 25 millones de pesos.