EL PAíS › EL EMBLEMATICO INGENIERO ENCABEZA EL ACTO EN LA PLAZA DE MAYO
Blumberg hablará en el acto al que adhirieron las principales figuras de la derecha. Más allá del tema de la convocatoria, la inseguridad, la manifestación tendrá inevitables lecturas políticas. A pocas cuadras, en el Obelisco, el Premio Nobel Pérez Esquivel encabezará un acto contra la mano dura.
› Por Diego Schurman
Si se toma el argumento oficial acerca de la politización de la convocatoria de Juan Carlos Blumberg, el acto de hoy amenaza con convertirse en la principal protesta opositora desde que Néstor Kirchner llegó al poder. Dirigentes de derecha como Mauricio Macri, Ricardo López Murphy y Luis Patti se estacionarán a las 19 en la Plaza de Mayo para acompañar el reclamo de mayor seguridad y será difícil, por los nombres y el escenario, escapar a las especulaciones electorales. El Gobierno no quiere mostrarse pasivo y dejó que el funcionario Luis D’Elía y el kirchnerismo porteño participaran en una contramarcha contra la “mano dura” a la que convocó en el Obelisco el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel (ver aparte).
Blumberg es una figura con presencia en la Casa Rosada. El retrato de su hijo asesinado sobresale en el escritorio de Kirchner. El fotógrafo presidencial, Víctor Bugge, solía dar fe de cómo la mirada de Axel no era susceptible de ser ignorada. “Una foto grande, de 20 por 30 centímetros, que en esa época –inmediatamente después de su muerte–, cada vez que se sentaba, Kirchner no podía más que ver”, relató alguna vez, impresionado, a este diario.
A Kirchner pocas cosas lo desvelan más que una protesta, sobre todo si se vuelve masiva. El 1º de abril de 2004, durante la primera movilización convocada por Blumberg al Congreso, el Presidente estaba en la Patagonia. Desde allí, mantuvo tensas conversaciones telefónicas con sus principales colaboradorres, buscando precisiones sobre la masiva marcha en reclamo por la ola de secuestros, uno de los cuales habían cobrado la vida de Axel.
Los diarios la calificaron como una de las concentraciones más importantes desde el regreso a la democracia. La preocupación de Kirchner era que los manifestantes rumbearan a Plaza de Mayo. Hoy no podrá evitarlo. Aunque esta marcha tendrá otros ingredientes y protagonistas respecto de aquella. El ingeniero difícilmente pueda arrogarse abstinencia política como en sus anteriores presentaciones. El remitente de cualquier mensaje emitido en la Plaza de Mayo es la Casa Rosada. Y los acompañantes de esta nueva cruzada de Blumberg son férreos opositores: Mauricio Macri, Ricardo López Murphy y Luis Patti, entre otros.
La convocatoria mostró con claridad una línea divisoria entre los partidarios de la “mano dura” y los “garantistas”. ¿Acaso la temática no es materia de un añejo debate político-ideológico? La postura de Elisa Carrió, quien desistió de participar para que nadie confunda su antikirchnerismo con un apoyo a leyes más severas, parece confirmarlo.
La líder del ARI igualmente aprovechó para cuestionar el “modelo venezolano” que le adjudica al Gobierno. Así lo explicó: “En Venezuela salían las clases medias y altas, como un modelo, y esto era rechazado diciendo que va a haber una contramarcha de los grupos de Chávez, de modo de ir generando un clima de enfrentamiento y partición de la sociedad. El modelo venezolano es de choque, no de reconciliación”.
La estrategia corporizada en las apariciones públicas de D’Elía tiene tanto de rechazo a la mano dura como de amedrentamiento a la clase media. El fantasma de una gresca entre manifestantes podía resultar una razón suficiente para espantar a quienes tenían intenciones de participar de un reclamo por mayor seguridad.
D’Elía hace el juego que más le gusta y el que más sabe. Su presente de funcionario puede resultar algo menos agitado que aquellos años de piquetero duro, pero no perdió el reflejo en esto de tensar la calle a su favor, o, en este caso, en beneficio del Gobierno.
Es verdad, como describieron numerosas crónicas, que el subsecretario de Tierras no pensaba ir más allá de la amenaza de una movilización. Pero los últimos números que manejan en la Casa Rosada sobre la adhesión a la convocatoria de Blumberg terminaron por modificar su plan original. Sumándose al acto de Pérez Esquivel, probablemente busque poner en duda la percepción de que detrás de la contramarcha está la mano oficial. Será, de todos modos, una manera gráfica que encontró D’Elía para contrastar los que, a su entender, están cercanos a la dictadura militar –no sólo por la prédica sino también por los vínculos– y los que lucharon contra ésta.
La Casa Rosada, a través de distintos exponentes, asegura que Blumberg utilizará el acto de hoy como plataforma para lanzar su candidatura a gobernador bonaerense. El rumor no es propiedad exclusiva del kirchnerismo sino de sectores que apoyan al ingeniero. Por supuesto, nadie se ha referido públicamente al tema más que para asegurar lo contrario. Es el caso de Marcelo Bragagnolo, quien viene trabajando activamente por la marcha de la Fundación Blumberg. Bragagnolo estará hoy en el palco junto a Estefanía Garay, la novia que tenía Axel, y otros familiares de víctimas.
Habrá también varias caras conocidas de la política. Cecilia Pando, la esposa del militar separado del Ejército por apología de la represión ilegal, el radical Nito Artaza y el piquetero Raúl Castells. El gobernador neuquino Jorge Sobisch mandó su adhesión.
Blumberg no logró convencer a Roberto Lavagna, a quien visitó personalmente. Alberto Coto, vocero del eventual candidato del radicalismo y sectores del PJ, recostó la decisión en el “alto grado de politización” del acto. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, a quien Blumberg le reclamó que no se desentienda de la marcha, tampoco estará.
La consigna de Blumberg es la que, con el respaldo de algunos sectores castrenses y de la Iglesia, se distribuyó en volantes: “Vos podés ser la próxima víctima. Seguridad y Justicia”. El ingeniero, único orador de hoy, justificará su desembarco en la Plaza de Mayo asegurando que con las reformas legislativas no alcanza y las que el Gobierno prometió nunca se cumplieron. ¿Qué reclamará? Una policía unificada, bajar la imputabilidad de los menores, un registro de ADN para delincuentes y violadores y la urbanización de las villas de emergencia, entre otras demandas. Difícilmente –a su pesar o no– no se profundice con ello un debate político.
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