Mié 10.07.2002

EL PAíS  › LA PLAZA DE MAYO COLMADA POR SEGUNDA VEZ EN SIETE DIAS

Si no se reactiva, hay escrache

Hubo más de 35.000 personas entre asambleístas, piqueteros, estudiantes, fuerzas de izquierda y organismos de derechos humanos. Muchos fueron sin encolumnarse. No hubo oradores, pero sí consignas para recordar. Fuerte presencia policial.

› Por Laura Vales

El 9 de Julio tuvo una plaza llena y sin oradores. Asambleas barriales, organizaciones piqueteras, estudiantiles, gremiales, organismos de derechos humanos y partidos de izquierda marcharon unidos con la consigna “Por una segunda y definitiva independencia”. En el corto espacio de dos semanas, la de ayer fue la tercera movilización masiva y polisectorial en repudio al modelo económico y por el esclarecimiento de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. La concurrencia fue tan nutrida como la del miércoles anterior, e incluso mayor: a las seis de la tarde, la plaza estaba completa mientras en la Avenida de Mayo todavía quedaban manifestantes sin espacio para entrar.
A los costados de las columnas organizadas, en las veredas, se vio durante toda la jornada de protesta mucha gente suelta.
Sobre la avenida, los contingentes de manifestantes pusieron en escena sentimientos mezclados. Alcanzaba con pararse en el cordón de la Avenida de Mayo para verlos pasar, amplificados por los cantos o teatralizados con muñecos y disfraces: bronca, hartazgo, indignación, pero también euforia por estar en la calle.
Los artistas del colectivo Etcétera se encapucharon y avanzaron contra la Casa Rosada blandiendo un tenedor gigante y una gomera de dos metros de alto. Los compañeros del colegio secundario de Maximiliano Kosteki llevaron, como la semana pasada, una pancarta de homenaje a los dos chicos. Ingresaron a la plaza cantando “No importa lo que diga el gobierno, a los caídos no los vamos a olvidar”. Atrás y adelante en la columna, distintos grupos de asambleístas fueron acompañados por batucadas. Los organismos de derechos humanos se agruparon tras el reclamo de juicio y castigo. Los militantes de los partidos políticos levantaron tanto banderas partidarias como argentinas.
La marcha de la independencia tuvo una muy alta presencia de vecinos organizados en asambleas barriales, uno de los espacios desde donde se convocó a la manifestación, junto a los partidos de izquierda. La idea de marchar surgió mucho antes que la represión de Avellaneda. Se empezó a gestar inicialmente como reacción ante las declaraciones de Eduardo Duhalde, cuando dijo aquello de que el 9 de Julio el país iba a “festejar el fin de la recesión”. Pero se potenció en las últimas dos semanas, tras los fusilamientos de la estación de Avellaneda.
Esa suma de motivos se expresó en los cantos. Contra el Gobierno: “Duhalde sos igual que Menem, lo mismo que Chupete, ajuste y represión”, “Luche que se va” y “A vos te queda poco Duhalde ladrón”. En reclamo de justicia: “Lo sabía, a los pibes los mató la policía” y “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”.
Apoyándose en la música de “Dale alegría a mi corazón”, los manifestantes también cantaron “Ya vas a ver, las balas que vos tiraste van a volver. Sí señor, vamos a llenar de ratis el paredón”.
No hubo incidentes, aunque sí un clima de preocupación ante la mayor presencia policial en la calle. Detrás del vallado que protege a la Casa Rosada se vieron tanques hidrantes y personal con perros. Desde temprano en la tarde, la policía montó operativos de control de tránsito con armas largas y sirenas en las principales avenidas de la ciudad. Sobre Belgrano, mientras los primeros manifestantes comenzaban a caminar desde los barrios alejados del centro hacia el Congreso, efectivos de la Federal instalaron operativos cerrojo que le cambiaban la cara al feriado. Ese despliegue no había sido ostentado en marchas anteriores.
Los marchantes llegaron frente a la Casa de Gobierno más mezclados que ordenados, pero siguiendo cierto orden: primero las asambleas, los motoqueros, los piqueteros, luego los organismos de derechos humanos, los centros de estudiantes y los partidos políticos.
Los asambleístas que participan de la interbarrial de Parque Centenario acordaron siete consignas, que transcribieron en su pancarta de apertura:
- Por la segunda y definitiva independencia.
- Fuera Duhalde y el FMI.
- Basta de represión.
- Por un gobierno de trabajadores y del pueblo.
- Que se vayan todos.
- Por otro argentinazo.
- Santillán y Kosteki, presentes.
“Votamos porque no hubiera oradores, como un mecanismo para asegurar la más amplia unidad de los sectores movilizados”, explicó Luis Vignes, de la asamblea Plaza Primero de Mayo.
Muchos porteños sacaron la familia en pleno, con la idea de aprovechar la oportunidad para hablar con los más chicos sobre el significado de la independencia. Sabrina, de 10 años, viajó con sus padres y sus tres hermanos desde Fiorito para estar en la marcha.
–Vinimos porque hoy es el Día de la Independencia –explicó a Página/12 –, aunque en la escuela hablamos de que la Argentina no es tan libre, porque la gente no tiene trabajo.
Los uruguayos de la Comisión de Derechos Humanos de residentes en la Argentina manifestaron con banderas orientales y carteles pegados en la espalda: “Juicio y castigo a los asesinos de Darío y Maximiliano”.
A diferencia del miércoles pasado, los piqueteros liderados por Luis D’Elía y Juan Carlos Alderete no fueron a la Plaza de Mayo (ver aparte). Sí estuvieron todas las organizaciones reprimidas en Avellaneda y sus dirigentes. El Bloque Nacional Piquetero, el Movimiento de Raúl Castells, Barrios de Pie, la Coordinadora Aníbal Verón.
Desde el Bloque, los referentes piqueteros ratificaron la decisión de acampar frente a la Casa Rosada y todas las casas de gobierno del país el próximo 15 de julio.
En las conversaciones que acompañaron el desplazamiento de las columnas, en las declaraciones públicas de las figuras políticas más conocidas hubo repetidos llamados a la unidad. Todos expresaron, a su manera, estar ante un país distinto.
La geografía los corroboraba: en las esquinas de Avenida de Mayo, las placas de homenaje recordaban a los muertos de diciembre. Sobre las paredes del Cabildo las fotografías del colectivo Argentina Arde mostraban imágenes de Buenos Aires. Las primeras, con los sucesos del 19 y 20. Las últimas, con la enorme marcha bajo la lluvia del miércoles pasado. A los costados, en todas las calles transversales, patrulleros con todas sus luces encendidas presenciaban cómo, por segunda vez en menos de una semana, una multitud contestataria desbordaba la Plaza de Mayo.

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