EL PAíS
Visita guiada de cancilleres del Mercosur en zona de desastre
Los cancilleres visitaron al presidente Eduardo Duhalde en la Casa Rosada. Emitieron una declaración de apoyo por la crisis argentina.
› Por Martín Piqué
Tenían una reunión con el presidente Eduardo Duhalde. Mientras se acercaban a la Casa Rosada comprobaron los efectos de la crisis argentina. Vidrieras rotas, teléfonos destrozados. La imagen era muy fuerte, y el Gobierno lo sabía. Cuando los cancilleres del Mercosur, más sus pares de Chile y Bolivia, se encontraron con Duhalde, el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Ruckauf, se apuró a explicar lo que está pasando en Argentina. El Presidente, entretanto, disfrutó del gesto de apoyo de los países del Cono Sur. El respaldo más activo lo volvió a dar Brasil, que además de ser el socio mayor de la Argentina, está sufriendo las consecuencias de lo que sucede con su vecino: en 9 meses, el real se devaluó un 33 por ciento.
Preocupado por estos números, el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso le prometió a Ruckauf que cuando regrese de Rusia se comunicará personalmente con sus pares George Bush (Estados Unidos), Gerhard Schroeder (Alemania), Lionel Jospin (Francia), y también con el titular del FMI, Horst Köhler, para pedir algún tipo de asistencia financiera para la Argentina. Pero Brasil quiere conocer los detalles del plan económico. Ayer, el canciller Celso Lafer se interesó por dos temas:
u El futuro del sistema bancario argentino. El tema lo abordó el canciller Ruckauf, quien explicó que “el problema del corralito es un problema político que genera descontento social” y luego reveló el dilema que padece el Gobierno: levantar las restricciones produciría el quiebre de muchos bancos e incrementaría el desempleo de casi 20 puntos.
u El otro tema que obsesiona a los brasileños es la libre flotación del peso. Sobre este punto, el propio Ruckauf argumentó que será imposible de implementar mientras los organismos multilaterales de crédito no otorguen asistencia financiera. “La flotación está pendiente hasta que haya un acuerdo con el FMI –describió Ruckauf ante los cancilleres extranjeros–. Por ahora no tenemos recursos para una flotación razonable.”
Estas cuestiones se trataron recién en la reunión que se hizo al mediodía en el Palacio San Martín, donde Ruckauf, su vice Jorge Faurie, el secretario Martín Redrado y otros funcionarios de la Cancillería recibieron a los diplomáticos del Mercosur, Chile y Bolivia. El encuentro con Duhalde, en cambio, más formal, fue un gesto de respaldo al gobierno argentino, como prueba la “declaración conjunta” que suscribieron Lafer (Brasil), José Moreno Ruffinelli (Paraguay), Didier Opertti (Uruguay), Gustavo Fernández Saavedra (Bolivia) y María Soledad Alvear (Chile). Los firmantes aprobaron “la solución institucional de la crisis que culminó en la designación del doctor Eduardo Duhalde como presidente de la Nación Argentina”.
Oficialmente, la visita había sido convocada para compensar la obligada ausencia argentina en la última reunión oficial del Mercosur, realizada en Montevideo el 20 de diciembre. Al mediodía, una vez que los invitados llegaron al Palacio San Martín, Ruckauf destacó que el bloque económico es una prioridad para el país. Y subrayó que su intención es “reconstruir lazos”. “El gobierno de De la Rúa destruyó todos los lazos políticos que se habían construido con Brasil”, explicaba ayer a Página/12 un estrecho colaborador de Ruckauf. Las peleas parecen haber quedado atrás. En la reunión de ayer, Brasil escuchó los planteos argentinos, centrados en las barreras comerciales a las exportaciones. Además, se avanzó en el Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos (CCR), un mecanismo que permite compensar las necesidades de financiación de los bancos centrales. Y se coincidió en hacer viajes en conjunto para “abrir nuevos mercados”. El canciller argentino se ofreció para acompañar a Cardoso en una próxima visita a China a cambio de que Lafer acompañe a Duhalde en otro periplo a definir.
Entretanto, Ruckauf tendrá que lidiar en soledad con la tarea más difícil: preparar el viaje a Estados Unidos que se concretará a fin de enero o principios de febrero. “Ya habló por teléfono con (Colin) Powell.Pero antes de ir, tenemos que tener el presupuesto aprobado”, admitía ayer a Página/12 el asesor de Ruckauf.
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