El Gobierno le pidió la renuncia de Luis D’Elía por haber llevado su solidaridad a Irán luego de que la Justicia argentina ordenara la captura de ex funcionarios de ese país por el atentado a la AMIA. La situación del subsecretario de Tierras para el Hábitat Social se definirá oficialmente en las próximas horas, ya que el funcionario pidió tener una conversación personal con Néstor Kirchner, quien retornará hoy de un fin de semana en Santa Cruz.

D’Elía se anotició del enojo del mandatario por boca de Oscar Parrilli. El secretario general de la Presidencia le transmitió el pedido de renuncia alrededor de las 18. Ambos mantuvieron una agria discusión. Los gritos sólo cesaron con un corte abrupto de la comunicación, según dijeron a Página/12 fuentes de la Casa Rosada.

D’Elía pidió saldar las diferencias con Kirchner sin intermediarios. Así se lo dijo a Parrilli en una segunda conversación, una hora después, ya sin la beligerancia verbal que caracterizó en el primer contacto. El Presidente regresa hoy de El Calafate, a donde había llegado el viernes en plan de descanso.

El tema suscitó una comedia de enredos. En un momento de la noche un vocero oficial llegó a decir que no confirmaba ni desmentía el pedido de renuncia, cuando ya era vox populi. Por su parte, en el entorno de D’Elía aseguraban que el Gobierno había “rebobinado” su decisión, cuando un comunicado del propio piquetero negaba “terminantemente” que alguien le haya pedido que dé un paso al costado. Ese comunicado enfureció especialmente a Kirchner

Recién a las 23, una alta fuente oficial señaló a Página/12 que “no hay vuelta atrás” y que D’Elía deberá vaciar los cajones de su oficina en las próximas horas. Es improbable que alguien que se presenta como ultrakirchnerista desautorice al propio Kirchner.

En rigor de verdad, el polémico subsecretario quedó con la sangre en el ojo por la propalación del pedido de su renuncia, que llegó precipitadamente a las pantallas de televisión. Responsabilizó de la misma a Alberto Fernández. En la interna K es sabida la pésima relación entre el jefe de Gabinete y el titular de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV).

Parrilli siempre fue el nexo entre la Casa Rosada y las organizaciones sociales. Ha sabido cultivar una muy buena relación con D’Elía. De todos modos, lo de ayer no fue el primer encontronazo. Enojado por haber sido desplazado de la preferencia oficial en el armado electoral, el año pasado el piquetero casi se va a las manos con el recatado funcionario.

–Pónganse los cascos porque van a saber lo que es la FTV –amenazó iracundo una tarde de 2005.

Semanas atrás, el choque fue con Julio De Vido. D’Elía se quejó de que el ministro de Planificación Federal no le facilitaba los recursos para llevar adelantes su tareas.

Lo sucedido ayer fue la gota que colmó el vaso. Kirchner se enojó con la presencia del piquetero en la Embajada de Irán. El Presidente no quería esta vez que los movimientos del funcionario quedaran ligados a un deseo oficial. De nada sirvió que D’Elía dijera que fue a la sede diplomática en nombre de la FTV y no como subsecretario de Tierras.

En rigor, el funcionario creyó estar haciendo un favor al Presidente sosteniendo en un comunicado que tanto Estados Unidos como Israel “presionan para que la Argentina rompa relaciones con Irán”, a raíz de las novedades en la causa AMIA.

El piquetero leyó el texto completo ante el encargado de Negocios iraní, Moshen Baharvand. La entrevista se extendió durante 45 minutos y también participaron el diputado nacional Juan José Cantiello, también de la FTV, y miembros de la Casa para la Difusión del Islam, Yusef Jalil y Moshen Alí.

En la Casa Rosada cuestionaron el “sentido de oportunidad” de D’Elía. Su presencia en la embajada iraní ocurrió poco después de la orden de detención dictada por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral contra el ex presidente de Irán Alí Rafsanjani, y otros funcionarios que la Justicia considera involucrados en el atentado del 18 de julio de 1994 contra la AMIA.

“Yo jugué fuerte. Si se derrumba Irán todo lo que hicimos en América latina va para atrás. Lo único que hice fue leer un documento, que es un lujo. Yo sé que el problema no fue el documento, que es impecable. No me quieren rajar por eso”, fue la frase de D’Elía al defenderse de la embestida contra su persona según pudo saber este diario.

¿Qué dice el documento del funcionario que se presenta como el “Chilavert de la política”? El texto sostiene que:

- “El dictamen judicial que acusa a la República de Irán por el tema AMIA está profundamente contaminado por circunstancias mundiales ajenas a la búsqueda de la verdad”.

- “Esclarecer y sancionar a los culpables es una responsabilidad soberana de los argentinos y no debemos permitir que la política guerrera de Bush y el gobierno de Israel determinen los pasos a seguir”.

- “No resulta serio haber retomado la acusación formulada por el juez Galeano, desplazado de la causa por corrupto, para reciclarla con información aportada por los servicios de información de dos países que no trepidan en apelar al terror para alcanzar sus objetivos”.

- “Los EE.UU. como Israel pretenden que la Argentina rompa relaciones con Irán para tratar de aislarlo internacionalmente y facilitar una agresión militar norteamericanoisraelí a la república islámica”.

- “Ni los EE.UU. ni Israel tienen autoridad moral para dictar cátedra sobre la lucha contra el terrorismo. Y no debemos dejar que nos usen para alimentar sus objetivos de destrucción y muerte, haciéndonos creer que Irán es un peligro para el mundo”.

Moshen Alí, uno de los interlocutores de D’Elía, fue protagonista en la jornada precisamente por haber cuestionado los pedidos de detención de autoridades iraníes. Vale recordar que el pedido de captura del ex juez Juan José Galeano y el fiscal Alberto Nisman fue la reacción iraní.

Alí dijo ayer que “la embajada iraní pidió aportar datos en la causa y el fiscal Nisman lo negó. Pidió una entrevista con el juez y el magistrado también lo negó. El canciller Taiana tampoco quiso hablar por teléfono con el titular de la Cancillería iraní”.

En el último año, D’Elía había sido cuestionado por autoridades de la comunidad judía por su firme alineamiento con Hugo Chávez. El presidente venezolano se manifestó amigo de Irán y crítico de los Estados Unidos en el conflicto de Medio Oriente.

Tanto la AMIA como la DAIA suelen recordar que el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, es un hombre que niega el Holocausto y tiene como objetivo “borrar a Israel del mapa”.