Lun 18.12.2006

EL PAíS

“Queremos que los candidatos en todos lados sean radicales”

El presidente de la UCR, Gerardo Morales, explica en esta entrevista sus expectativas por la coalición con Lavagna. El acuerdo con Macri, Stolbizer, Cobos y los radicales K.

› Por Santiago Rodríguez

Los cuadros de la presidencia del Comité Nacional remiten a épocas gloriosas del radicalismo. Las imágenes muestran a Hipólito Yrigoyen, Arturo Illia, Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, sonrientes y con la banda presidencial. No parece que el 2007 vaya a deparar más gloria para los radicales pero, como todo político que encara una elección, el titular del partido, Gerardo Morales, sólo exhibe optimismo. “El cuadro que seguro vamos a colgar es el del vicepresidente”, dice a propósito de la decoración del despacho donde recibe a Página/12. Se refiere al hombre del radicalismo que pretende que acompañe en la fórmula a Roberto Lavagna, un tema que admite haberle planteado ya al ex ministro de Economía. Cuenta también que ambos han conversado de Mauricio Macri y si bien insiste en que es Lavagna quien en todo caso debe hacer un acuerdo “táctico” con el empresario, no le cierra las puertas: “Hay que dialogar con todos”.

–¿Alguna vez se imaginó que iba a estar al frente de la UCR articulando una coalición detrás de un candidato peronista?

–El radicalismo tiene dos desafíos. Uno es reconstruirse teniendo en cuenta que somos un partido popular y, sin quedar atrapados en las ideologías, debemos volver a vincularnos con la gente. El otro desafío es formar parte de una coalición y tener un rol preponderante, porque desde la oposición debemos darles a los argentinos la posibilidad de que haya alternancia. Lavagna puede ser uno de los dirigentes que lidere ese proceso de construcción con una participación protagónica del radicalismo porque, a pesar de estar en crisis, el promedio de representación del partido en el resto del país es del 30 por ciento. Después del peronismo, somos la única estructura capaz de sostener un proyecto nacional.

–¿Qué atractivo le encuentra el radicalismo a Lavagna?

–Una de las fortalezas del Gobierno tiene que ver con la situación económica. Lavagna es justamente el padre del modelo de crecimiento y tiene mucho que ver con lo que ocurre en la economía. A partir de eso se puede construir una alternativa que agregue elementos que no tiene el Gobierno, como la falta de calidad institucional, el diálogo, el pluralismo. Eso es lo que el radicalismo le puede sumar a la coalición encabezada por Lavagna, que comparte la mirada crítica al Gobierno porque no es lo mismo que Kirchner.

–Pero Lavagna integró el Gobierno hasta hace poco más de un año.

–Formó parte de este gobierno y también del gobierno parlamentario de (Eduardo) Duhalde. Ha sido un actor fundamental en los últimos años para la recuperación.

–¿Y Duhalde qué papel juega?

–Lavagna, aparte de su capacidad de gestión, tiene una personalidad que habla de una persona que no es manejable. No creo que alguien pueda manejar los hilos de Lavagna.

–¿Entonces qué le espera al radicalismo en una coalición con Lavagna?

–No pretendemos formar parte de una coalición para manejar a nadie.

–Pero tampoco querrán que los manejen.

–Lo que pasa es que en la coalición necesitamos un candidato que tenga personalidad y marque un rumbo. Nuestro aporte debe ser formar parte del proyecto y enriquecerlo.

–¿Ya le dijo a Lavagna que para usted el senador mendocino Ernesto Sanz es el indicado para acompañarlo en la fórmula?

–Hemos planteado que el radicalismo, por su rol preponderante en la conformación de una coalición y por su nivel de representatividad territorial, debe tener un lugar en la fórmula. Los nombres hay que definirlos.

–¿Lavagna está de acuerdo con que lo acompañe un radical?

–Para nosotros es una cuestión central.

–¿Y el candidato a gobernador bonaerense? Hace un tiempo, Alfonsín dijo que también debía ser radical.

–Intimamente queremos que los candidatos en todos lados sean radicales, pero en el camino de la construcción de una coalición hay que dejar puertas abiertas. Como están las cosas, creo que posiblemente será un radical, pero no sé si tendremos la capacidad de lograr que la coalición nacional se exprese también territorialmente en todos lados.

–¿Qué definieron al respecto con los lavagnistas?

–Repetir la coalición donde se pueda e ir cada uno por su lado donde no haya puntos de contacto.

–¿Qué relación estableció con Alfonsín desde la presidencia de la UCR?

–Tengo buen diálogo. Alfonsín, aparte de lo que representa como un ex presidente que puede caminar tranquilo por la calle y de las diferencias internas que podemos tener, es un hombre de ineludible consulta.

–¿No teme que gestione en paralelo a su conducción partidaria?

–Se han dado casos, pero tenemos coincidencias en el armado y siento respeto en mi rol de conductor del partido.

–¿Cómo se salda la interna entre los que están con Lavagna, los K y los alineados con Margarita Stolbizer que pretenden candidatos propios?

–Son casos distintos. A veces le hacemos el juego a Kirchner, que nos opera para debilitarnos, pero a Margarita tenemos que preservarla porque es una dirigente fundamental para la provincia de Buenos Aires. Tiene una mirada distinta, pero también algo fundamental: da el debate adentro. Sea cual fuera la decisión que tome la Convención en relación con apoyar lo de Lavagna o ir con candidatos propios, en la medida en que ella sea parte de esta discusión, va a acatarla. Con los K es otra historia, porque hay dirigentes muy jugados, con la concertación del Presidente. De todos modos, abrí una instancia de diálogo porque tenemos que darnos otra oportunidad.

–El gobernador K de Mendoza, Julio Cobos, le reprochó que se haya juntado con Lavagna antes que con ellos.

–Alguna razón tiene, pero, bueno... En algún momento voy a tratar de sentarme con Cobos y después verá cada uno qué es lo que hace.

–¿Puede llegar a haber internas en el radicalismo?

–Siempre la interna es un camino democrático válido, pero en este estado de crisis lo óptimo sería lograr un consenso.

–¿Qué hablaron con Lavagna de Macri?

–No mucho. Nosotros no nos habíamos planteado un acuerdo programático con Macri, porque genera ruido en el partido, pero insisto que me parece lógico que Lavagna hable y hagan un acuerdo táctico de no disputar el mismo espacio. Enfrente tenemos un presidente que junta por izquierda y derecha y no se deja tocar la caja porque quiere seguir manejando discrecionalmente el dinero de la gente. Esto es lo que mostró Misiones: la lucha por la dignidad de la gente tenía que ver con que creían que al que pasa por la calle lo compran con dinero público. Cuando uno tiene algo así enfrente, hay que hacer esfuerzos para articular la oposición.

–O sea que lo que plantea es que Lavagna cierre un acuerdo con Macri y el radicalismo mire hacia otro lado.

–No sé. Si en el futuro se plantea el debate de si la coalición tiene que ser también con acuerdos programáticos, lo resolverá el partido. Sin perjuicio de esto, tengo mandato de la convención de abrir el diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales y hay que dialogar con todos.

–¿Con Macri también?

–Tendrá que resolverlo la mesa del partido. Tal vez podríamos enviarle nuestro programa como estamos haciendo con las fuerzas políticas afines.

–¿Por qué el ARI rechazó dialogar con la UCR?

–No voy a criticar a Elisa Carrió, pero es lamentable que no podamos juntos con el ARI luchar contra la intolerancia y la falta de diálogo.

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