Vie 12.01.2007

EL PAíS

Un croquis y cien mil pesos para encontrar el lugar del secuestro

El Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires espera hallar el galpón que describió Luis Gerez en su testimonio. Lo volverían a citar por precisiones. Dudas de un sector de los investigadores y malestar en el entorno del testigo que declaró contra Patti.

› Por Alejandra Dandan

El Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires decidió salir a sumar voluntades en la investigación por el secuestro de Luis Gerez con un llamado público y la difusión de un croquis del galpón donde él estuvo secuestrado. Para los investigadores, el lugar los llevará directamente a los responsables. La búsqueda hasta ahora fue un fracaso: estuvo en manos de un superescuadrón de 4 mil hombres de las policías Federal y Bonaerense y de la SIDE que barrieron milímetro a milímetro los alrededores de Pilar y de Escobar sin ningún resultado. Ahora, la provincia ofrece cien mil pesos para quien lo encuentre, pero un sector de los investigadores duda de que aparezca. Ellos miran en este momento las internas políticas de la zona, ponen en duda la fiabilidad del croquis y quieren volver a citar a Gerez. En tanto, el entorno de Gerez pide el pase de la causa al fuero federal como respuesta.

A dos semanas del secuestro que disparó la intervención del presidente Néstor Kirchner en cadena nacional, la información del caso todavía es confusa, contradictoria y escasa. La investigación judicial continúa en manos de un equipo especial de fiscales de Escobar abocados exclusivamente a la causa, con la asistencia de dos auxiliares de la Procuración de la provincia y hombres de la SIDE, de la Federal y de la policía de Buenos Aires.

Hasta ahora ese equipo trabajó con la hipótesis del secuestro político, en sus dos direcciones. Por un lado, la línea que apuntaba a la responsabilidad de sectores vinculados con el ex comisario Luis Patti, blanco de las denuncias de Luis Gerez en las causas por el terrorismo de Estado. Por otro, en la línea del secuestro como producto de una interna política, alentado o no por ex sectores del pattismo.

Ambas hipótesis todavía siguen en pie, pero los fiscales parecen empezar a tomar la segunda alternativa como línea de trabajo. Creen que Gerez efectivamente fue secuestrado. Y esto lo sostienen porque lo dice una pericia médica, pero ahora aseguran que no tienen “ningún” otro “elemento” que les permita sostener la hipótesis del secuestro vinculada con el pattismo.

Los “elementos” que no tienen según esa versión de los fiscales son básicamente dos: al menos un testigo o alguien del barrio desde donde desapareció Gerez, el Lambertucci donde ningún vecino vio nada. Y el galpón, que se ha convertido en otro de los grandes misterios.

El galpón está en medio de la investigación hace unos diez días. Lo buscan con el mismo croquis que se publica en esta edición y con una descripción muy puntillosa de Gerez, producto de su oficio de albañil.

El comunicado difundido por el Ministerio de Seguridad, indica: “Teniendo en cuenta los datos aportados por Gerez, (el lugar) sería una construcción de material, de ladrillos comunes, con techo de chapas de zinc a una sola agua hacia el frente, con un portón corredizo de apertura hacia la izquierda de chapa del lado de adentro, color gris y cuyas medidas aproximadas serían de 2,80 metros de ancho por 2,10 metros de alto”. La construcción “tendría un ventiluz corredizo en la parte superior del lado izquierdo de dos hojas con rejas, sin mosquitero, de 80 centímetros de largo por 30 de alto. Un frente de aproximadamente 8 metros, 4 metros de fondo y entre 3 o 3,50 metros de alto”.

Desde el comienzo, los investigadores sabían que ante la falta de testigos y de datos, el hallazgo de ese lugar era indispensable. No sólo los conduciría a los organizadores del secuestro sino que –creen– le daría una pátina de verosimilitud a un relato que de otra forma estimaban destinado a hacer agua. Con el correr de los días, la búsqueda del galpón sumó más y más esfuerzos hasta alcanzar los 4 mil hombres de las fuerzas de seguridad. Los fiscales salieron a buscarlo personalmente, pero luego dejaron la tarea en manos de la policía: “¿Sabe cuál era la garantía que teníamos? –dice un fiscal–: El doble ascenso, la provincia les prometió un doble ascenso como un doble salto mortal para el que lo encuentre”.

El estímulo no alcanzó y tampoco saben si alcanzará ahora. Pero dicen que todavía esperan más de su testimonio. En tanto, amigos y compañeros de Gerez están que trinan. La fiscalía citó a su compañera a declarar por segunda vez y por tercera vez a Jorge Altamirano, el dueño de la casa del secuestro. Todos ellos creen que esa metodología empeora el shock postraumático de Gerez, agudiza su “agobio” e instala en un lugar de “sospecha” a sus allegados. Por eso buscan un abogado de parte y el traslado de la causa al fuero federal.


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