Mar 23.07.2002

EL PAíS  › DURíSIMO ARTíCULO DEL “NEW YORK TIMES” SOBRE EL EX PRESIDENTE

Durísimo artículo del “New York Times” sobre el ex presidente

El diario neoyorquino incluyó como segundo título de tapa el testimonio de un desertor iraní que arroja sospechas de un supuesto pago de 10 millones de dólares a Menem para cubrir el atentado a la AMIA. Menem respondió admitiendo lo que siempre negó: que tiene una cuenta suiza.

› Por Martín Granovsky

Una semana después de que Anne Krueger dijera que el Fondo no busca la dolarización de la Argentina, Carlos Menem recibió ayer el golpe más duro llegado del exterior contra su candidatura a la Presidencia: el diario más influyente de los Estados Unidos, The New York Times, publicó nada menos que como segundo título de tapa un artículo según el cual Menem presuntamente habría recibido diez millones de dólares para tapar la investigación sobre los culpables de la bomba contra la AMIA en 1994.
En realidad, el diario no dice que el pago fue presunto y tampoco usa el potencial. Simplemente lo informa atribuyendo la afirmación al famoso “Testigo C.”, un iraní arrepentido del que los lectores de este diario tienen noticias hace mucho tiempo (ver en estas mismas páginas). El corresponsal en la Argentina, Larry Rohter, escribe que “una transcripción de 100 páginas de un testimonio secreto, entregado a The New York Times por autoridades argentinas frustradas por el hecho de que el caso siga sin ser resuelto, apoya las sospechas de que Irán estuvo involucrado y añade nuevos elementos a las preguntas que rodean una investigación sospechada desde el principio por numerosas irregularidades”.
Menem respondió diciendo que el diario norteamericano había publicado “una patraña” y anunciando que le haría juicio con la ayuda de un estudio de abogados con sede en los Estados Unidos. Y luego hizo una revelación. Dijo a la CNN que tenía una cuenta en Suiza, pero que la tenía para depositar la indemnización que cobró por haber estado preso durante la dictadura. Naturalmente rechazó que ese dinero fuese parte de una coima para cubrir la culpabilidad de los asesinos de la AMIA, e informó que la suma llegó a los 600 mil dólares contando intereses.
La novedad es importante. El 23 de enero último, cuando la abogada de la DAIA Marta Nercellas habló por última vez del “Testigo C.”, Menem dijo que la versión era “falsa”, además de “canallesca, disparatada y absurda”. Consultado sobre los 10 millones que tendría depositados en Suiza, el ex presidente dijo “por enésima vez” que “es falso que haya tenido algún tipo de contacto con los supuestos autores del terrible atentado contra la AMIA y también es absolutamente falso que tenga una cuenta en Suiza”.
Desde ayer, entonces, los argentinos saben que Menem tiene una cuenta que hasta ahora negaba, lo cual abre una pregunta: ¿qué otros datos que el ex presidente negaba en materia de bienes y propiedades podría confirmar en el futuro?
Según cita The New York Times del testimonio del arrepentido iraní Abdolghassem Mesbahi, nombre del “Testigo C.”, habría habido negociaciones en Teherán entre autoridades iraníes y un hombre barbado de unos 50 años, enviado por Menem. El testimonio de “C.” dice que “diez millones de dólares fueron depositados en una cuenta numerada que indicó Menem”. Según Mesbahi, Menem estuvo de acuerdo en “hacer declaraciones según las que no había ninguna evidencia de que Irán fuese responsable”.
El periodista Rohter asegura que el fiscal Eamon Mullen dijo que tenía confirmado el depósito, aunque ignoraba “quién lo había hecho y en qué fecha” y dejaba abierta la posibilidad de que el dinero proviniera –dice el diario– “de un pago por otros actos de corrupción por los que Menem fue acusado”.
Desde la bomba contra la AMIA, justamente, que un tema argentino no figuraba en una posición tan destacada, arriba, a la izquierda, en la tapa del New York Times. La importancia se entiende mejor teniendo en cuenta que ayer el principal título, arriba, a la derecha, era la caída de la empresa WorldCom, según el diario “la quiebra más grande de la historia de los Estados Unidos”.
La nota de Rohter seguía adentro, en el cuerpo principal, y su texto no ahorra comentarios sobre Menem.
Recuerda que en 1989 “consolidó su poder llenando la Corte Suprema de allegados políticos muy estrechos, incluyendo un ex socio de su estudio, yponiendo gente suya en puestos clave de los aparatos de seguridad nacional e inteligencia”.
Consigna que ilusionó a los países árabes pero construyó relaciones carnales con los Estados Unidos y fue el primer jefe de Estado argentino en visitar Israel.
Informa sobre la deficiente investigación de la Corte en el caso de la embajada de Israel y sobre la pobre pesquisa del juez Juan José Galeano sobre la AMIA.
“Después de más de siete años de demoras, finalmente un juicio oral comenzó en setiembre último, y se espera que siga hasta fines de este año, pero de las aproximadamente 20 personas que podrían afrontar largas penas ninguna está acusado de haber organizado o haber estado involucrada directamente en el ataque”, dice el New York Times.
Rohter escribe que Menem no aceptó ser entrevistado para su artículo, y tampoco Galeano y la embajada de Irán. En cambio el actual jefe de agenda de la campaña menemista para la Presidencia, Alberto Kohan, dijo que las acusaciones estaban “motivadas políticamente”.
El testimonio del desertor citado por el diario dice que Mesbahi aseguró que sus contactos con Menem comenzaron a mediados de los años ‘80, cuando el riojano gobernaba la provincia. Según el New York Times, los iraníes dieron dinero a Menem porque suponían que compartía con ellos sentimientos antisemitas. Siempre según la transcripción que cita Rohter, “las compañías que trabajaron para Menem vendieron sus productos a Irán a precios muy altos porque sabían qué estaban pagando”. Parte de esos fondos iban para la campaña electoral de Menem, de acuerdo con Mesbahi.

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