El represor de La Perla, Ernesto “Nabo” Barreiro, será extraditado de los Estados Unidos a la Argentina. Las autoridades norteamericanas no le renovarán el visado que le permitía estar en ese país, ya que comprobaron que había mentido cuando le preguntaron si tenía causas penales en su contra. Los estadounidenses lo acusarán de fraude migratorio. Una vez que finalice ese proceso, lo entregarán a las autoridades judiciales argentinas para que enfrente cargos por violaciones a los derechos humanos en La Perla, uno de los más crueles campos de concentración de la dictadura.

Más allá de los formalismos del caso no dejó de llamar la atención el tono de las declaraciones de los funcionarios norteamericanos. La subsecretaria de Seguridad Nacional, Julie Meyers, confió ayer a la agencia de noticias ANSA que “no descansaremos en nuestro esfuerzo de asegurarnos que los violadores de los derechos humanos comparezcan ante la Justicia y salgan de nuestras comunidades”. Una información del servicio de inmigración de los Estados Unidos dijo que Barreiro fue detenido “en el transcurso de la semana”.

Tal como adelantó este diario, Barreiro fue detenido el 1º de abril. Se encontraba en las tierras del Tío Sam desde 2004. Fue apresado en Arlington, el mismo condado en el que tiene su sede el Pentágono. La Oficina de Migraciones norteamericana tiene acreditados varios viajes de Barreiro desde Virginia a Washington. La detención del ex mayor se produjo luego de que Interpol diera curso al pedido que partió del juzgado de Cristina Garzón de Lascano. La magistrada cordobesa reclamó su detención por la causa en la que se investiga el fusilamiento de Diego Hunziker, un estudiante de 17 años de la Escuela Montserrat de Córdoba que fue secuestrado en septiembre de 1977 y posteriormente asesinado en un simulacro de enfrentamiento armado.

A través de un comunicado, la embajada norteamericana en la Argentina destacó que el ex carapintada y hombre fuerte en el campo clandestino cordobés fue detenido “gracias a una estrecha cooperación entre la embajada de EE.UU. y los jueces del Juzgado Federal 3 de Córdoba”. La declaración oficial de la sede diplomática estadounidense en nuestro país destacó que “el embajador Earl Wayne se muestra complacido por la cooperación en este esfuerzo conjunto”.

Extraños vientos para los represores latinoamericanos. Formados en la norteamericana Escuela de las Américas, un centro especializado en la contrainsurgencia y la guerra sucia, hoy son repudiados por sus maestros. El comunicado de la embajada norteamericana difundido ayer destacaba que en su visita a nuestro país, el subsecretario Nicholas Burns “expresó su admiración y apoyo a los esfuerzos del gobierno argentino tendientes a defender los derechos de las víctimas del gobierno militar”. En esa ocasión, Burns había dicho que en la defensa de los derechos humanos “Estados Unidos son los campeones”. No aclaró cuándo y cómo ganaron el campeonato. Seguro que en Irak no fue.