El candidato a gobernador del kirchnerismo se reúne con todos. Pero debajo suyo comenzaron los tironeos por los lugares. Por ejemplo, discuten el perfil que tendrá su gabinete.
› Por Martín Piqué
“Con optimismo, siempre para adelante.” Los latiguillos que ya son un clásico en Daniel Scioli pueden servir para describir sus últimos movimientos. Incansable, el vicepresidente no deja de reunirse con todos los actores del kirchnerismo bonaerense. La semana pasada cenó con el bloque de diputados provinciales del Frente para la Victoria. Eran más de cuarenta legisladores, representantes de las distintas líneas del oficialismo en la provincia: los intendentes del interior, los del conurbano, los movimientos sociales. Todos lo escucharon con la certeza de que será el candidato a gobernador del kirchnerismo, por la bendición del Presidente y los números que muestran las encuestas. Así, la única duda que persiste en La Plata pasa por las candidaturas para intendentes, diputados y senadores provinciales. A diferencia de lo que sucede con Scioli, al que todos terminaron por aceptar –algunos con reticencia– en ese tema sí hay una fuerte discusión. Es una competencia velada por los espacios pero condicionada a lo que decida el propio Kirchner.
La reunión con los legisladores reflejó la actualidad del kirchnerismo en la provincia. Todas las corrientes internas se dieron cita en la residencia del titular de la cámara, Ismael Passaglia, para escuchar a Scioli. Algunos aprovecharon el contacto con el candidato a gobernador para tratar de sondear cuál será el perfil de su gabinete. Un ejemplo es el Movimiento Evita, que tiene a varios hombres influyentes en esa cámara. El interés era saber cómo será el criterio de Scioli para conformar un eventual gobierno. Entre los comensales hubo quien dijo que el vicepresidente tiene tres opciones: integrar su gabinete con “tecnócratas”, recurrir al criterio de repartir los ministerios entre las secciones electorales (un clásico de la época de Eduardo Duhalde) o incorporar a la gobernación a nuevos sectores sociales.
La tropa que dirige Emilio Pérsico espera que Scioli, si gana, sume a nuevos actores a la gobernación. Sería una reedición de lo que hizo Felipe Solá cuando incorporó a Pérsico como asesor (una iniciativa de la que no fue ajeno el propio Kirchner). Tras un desembarco de bajo perfil, el ex piquetero terminó ocupando una virtual Vicejefatura de Gabinete. Pero el Evita no es el único sector que está observando los movimientos de Scioli. También Compromiso K, la agrupación que dirigen el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el empresario de medios Rudy Ulloa Igor, está siguiendo de cerca el armado del vice. A través de sus segundas líneas, Compromiso K ya se reunió varias veces con el reducido equipo de colaboradores de Scioli. El último contacto fue en el departamento del ex motonauta, sobre la calle Anchorena, a la altura del Abasto.
Aquella vez los comensales compartieron una cena en el quincho de Scioli. Por Compromiso K estuvieron el diputado santacruceño Olaf “Pilo” Aasef; el secretario de Industria, Miguel Peirano; y el sobreviviente de la Noche de los Lápices Pablo Díaz, mientras que a Scioli –que estuvo ausente– lo representaron su hermano Pepe, su asesor Alberto Pérez y su vocero, Gustavo Marangoni. Allí acordaron que el 13 de abril organizarán una jornada de debate en Parque Norte para discutir tres temas: producción, energía e infraestructura. Durante la cena los hombres de Scioli admitieron que tienen pocos nombres para cubrir la plantilla de la gobernación. Aparte, es probable que algunos hombres de confianza del vice sean candidatos a diputados nacionales por Buenos Aires.
Aunque su figura despertó muchas resistencias –para muchos no representaba “el avance” logrado por Cristina Kirchner en 2005–, Scioli descomprimió el panorama con el peso de los números. Las encuestas lo muestran como un candidato potente. Ante esa realidad, las diversas corrientes del oficialismo fueron aceptando que el hombre que se inició en la política de la mano de Carlos Menem será finalmente el candidato a gobernador del Frente para la Victoria. Los grupos que parecían no alinearse con su candidatura ya cambiaron de estrategia: dedicarán todos sus esfuerzos a la pelea contra los intendentes ex duhaldistas. En eso están los candidatos “sin techo”, que pretenden competir por las intendencias de La Matanza, Quilmes, Esteban Echeverría y Lanús.
Mientras debajo suyo siguen los reacomodamientos, Scioli sigue conversando con todos. Por ahora su única preocupación es evitar que los cortocircuitos entre Kirchner y Solá –relación que atraviesa uno de sus peores momentos desde que ambos son Presidente y gobernador– afecten la transición institucional en la provincia. El martes, durante un acto en Pehuajó, Scioli aprovechó la ocasión para elogiar al gobernador como si éste fuera el candidato. “Felipe Solá deja la provincia mejor de lo que la encontró. Solá nos da la oportunidad de tomar la posta con una provincia donde hay más agua potable, más cloacas, trabajo y obra pública”, dijo.
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