Néstor Kirchner y Elisa Carrió asumieron personalmente ayer la discusión en torno del caso Skanska. El Presidente acusó a la líder de la Coalición Cívica de “mirar la paja en el ojo ajeno y no en el propio”, dando continuidad así a la versión oficial que vinculó a la firma investigada por presunto pago de sobornos con el gobierno porteño, del que es aliado Carrió. Por su parte, la diputada consideró que esa versión es una “operación de prensa” del gobierno nacional.

Kirchner fue más allá y le endilgó a Carrió una postura fascista. Lo dijo así: “Hay alguna dirigente que quiere la perfección en una actitud fascista absoluta; una dirigenta opositora que dijo que se iba a venir un tsunami y yo le dije a Daniel (Scioli): menos mal que tengo al campeón de motonáutica al lado, porque me salvo”, ironizó durante el acto de entrega de certificados del Plan Nacional de Calificaciones para Trabajadores de la Construcción, que se realizó en la Casa Rosada.

El Presidente no se limitó a cuestionar a Carrió, sino también a Enrique Olivera, el hombre del ARI que secunda a Jorge Telerman en la fórmula porteña. “Sueña con De la Rúa”, lo chicaneó, aludiendo así a aquellas declaraciones del radical prometiendo implementar en la ciudad, en caso de ganar la elección, un plan similar al que aplicó en su momento el ex presidente de la UCR.

Carrió tuvo una reacción in crescendo. Arrancó el día intentando tomar distancia de la polémica. “No vamos a entrar en esa. No vamos a contestar si traen un espectáculo circense”, dijo por la mañana en declaraciones radiales. Sin embargo, horas después se metió de lleno en la pelea con el gobierno nacional y habló de “campaña sucia”.

“Estamos ante la copia exacta de la operación que le hicieron a Olivera en el 2005”, dijo desde Jesús María, en la provincia de Córdoba. En aquel entonces, el kirchnerista Daniel Bravo acusó a Olivera –quien ese año era candidato a legislador– de tener cuentas bancarias en el exterior y luego se demostró que era falso.

Al describir la supuesta operación oficialista, la candidata presidencial dijo que “primero empieza hablando el Presidente, continúa Alberto Fernández”, y advirtió que los dichos del jefe del Estado coronan “una copia patética gestada desde el Gobierno, y en especial la SIDE”.

Según las investigaciones del juez en lo Penal Tributario Javier López Biscayart, hay indicios de que Skanska habría utilizado facturación trucha para encubrir el pago de coimas por 17 millones de pesos a funcionarios públicos. Se menciona entre ellos a hombres del Ministerio de Planificación Federal.

El miércoles, el jefe de Gabinete replicó con una denuncia contra el gobierno porteño por el presunto pago indebido de publicidad a una “empresa fantasma”. Fernández sostuvo que se detectaron facturas truchas por 500 mil pesos del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, procedentes de la firma Sol Group, una de las firmas fantasmas que están siendo investigadas por la Justicia en el marco de la causa Skanska.

“Resulta ser que, cuando al Gobierno se le atribuye una responsabilidad, inmediatamente el Gobierno queda salpicado. ¿Y cuando los socios de la señora Carrió reciben facturas de empresas inexistentes, es una campaña sucia?”, se preguntó ayer Fernández, atizando aún más la polémica desatada por sus propias palabras el día anterior en el Congreso, adonde había concurrido a dar un informe.

Según el jefe de Gabinete, la denuncia “está en un juzgado y la documentación que yo presenté, el juzgado la ha confirmado como verídica”, agregó. Cuando le preguntaron si develó esa información por su vieja enemistad con Telerman, hoy competidor del candidato kirchnerista Daniel Filmus en la ciudad, señaló: “Yo no soy enemigo de Telerman. Tengo opinión formada de su conducta y de algunas cosas, pero no enemistad”.

Al insistirle sobre el tema, Fernández agregó: “Alguna vez se cruzó en mi andar, y nada más. Es todo lo que puedo decir de él”, pero insistió: la presunta relación del gobierno porteño con el caso de corrupción “es incontrastable”.