Dom 13.05.2007

EL PAíS  › CLAUDIO LOZANO, MOVIMIENTO POR BUENOS AIRES

“Tienden al dogma y al gueto”

› Por Werner Pertot

La imagen del sindicalista Germán Abdala es lo primero que se ve al entrar a la oficina de Claudio Lozano. En su despacho del Congreso, algunos diarios de la CTA están esparcidos en desorden sobre la mesa, junto con las propuestas del Movimiento por Buenos Aires. Según las encuestas, el candidato a jefe de Gobierno disputa el cuarto lugar con Patricia Walsh. “Tenemos vocación de mayorías. Y los compañeros de la izquierda tienen más una tendencia a refugiarse en guetos y en dogmas”, se diferencia, en tanto que les apunta a Daniel Filmus, Aníbal Ibarra y Jorge Telerman como el “progresismo indolente, que se está terminando”.

Lozano empezó a militar durante la dictadura con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y luego se acercó al sector de Víctor De Gennaro, como economista de la CTA. También fue uno de los fundadores del Encuentro de Rosario. Hoy considera que ese espacio está en revisión. En tanto, se queja por la polarización entre tres candidatos: “Las encuestas te construyen el voto útil y la opinión con una facilidad asombrosa”.

–Y dicen que usted compite por el cuarto lugar.

–Primero, eso lo dicen encuestas que, en general, tienen demasiado que ver con quien las paga. Hay que romper este “voto útil” que pretende adelantar en la primera vuelta lo que se puede discutir en la segunda. Hay que darse el gusto y votar lo que uno cree mejor.

–¿Qué lo diferencia de los tres primeros candidatos?

–Las tres opciones que se presentan son las que han venido cogobernando la ciudad hasta ahora, con los que han pasado por el Ejecutivo (Telerman, Ibarra y Filmus) y con quienes han dominado la Legislatura en los últimos cuatro años: Macri. Y lo que hay detrás de las propuestas de esos candidatos es pensar una Buenos Aires para los que tienen dinero y para los turistas. Hay que estar por fuera de esos intereses.

–Ese afuera lo representan también otros: ¿por qué votarlo a usted y no a Patricia Walsh, por ejemplo?

–Esa es una pregunta incómoda. No habría que plantearle a la gente una opción entre esos espacios, porque las diferencias son secundarias. De hecho, le propusimos a Patricia Walsh que fuera nuestra primera candidata a legisladora, pero no se pudo llegar por los tiempos electorales. Nuestra propuesta es más amplia y tiene más definiciones en concreto sobre la ciudad. Y tiene vocación de construir una mayoría. No nos interesa simplemente cuestionar la realidad sino transformarla. Los compañeros de la izquierda tienen más una tendencia a refugiarse en guetos y en dogmas.

–¿Cómo se definen ideológicamente?

–Somos portadores de una concepción que hace de la igualdad y de la democratización en las relaciones sociales una clave en nuestra intervención política. Es obvio que tenemos que ver con las tradiciones que vienen de la izquierda. Pero, para nosotros, es un momento de revisión de la tradición del peronismo, el radicalismo y la izquierda. Deben confluir en una construcción nueva. El progresismo que comenzó con Ibarra y que decanta con Telerman y Filmus, ese progresismo indolente, anodino, subordinado al poder, que quedó preso de los noventa, se está terminando.

–¿Cómo analiza el lugar que ocupan hoy Héctor Polino o Carlos Heller, vice de Filmus, que vienen del Encuentro de Rosario?

–La verdad es que es una pena que muchos de lo que habían tomado la tarea de construir una nueva expresión política aparezcan hoy presos de las experiencias tradicionales. Y en el caso de Heller, del operativo retorno de Aníbal Ibarra. Hubiera sido más interesante que persistieran en el intento. Pienso lo mismo del triste papel de Elisa Carrió al sumar al ARI a esta suerte de cocoliche que expresa Telerman, que va desde Pereyra de Olazábal (UCedé) pasando por macristas, menemistas, kirchneristas, por todas las estaciones del sistema político.

–¿Los puentes con Carrió están definitivamente rotos?

–No tengo nada que ver con esas posturas que hacen acuerdos con sectores de una perspectiva mucho más conservadora y, por lo tanto, no me siento en condiciones de poder compartir esta propuesta de la Coalición Cívica. No tengo nada que ver con Patricia Bullrich ni con (Nicolás) Gallo, ni los que aparecen en esa foto maravillosa diciendo que son una opción cuando jamás lo fueron.

–¿Qué va a hacer en el ballottage?

–No vamos a votar en ningún caso a Macri. Si hay consenso, veremos la posibilidad de plantear algún acuerdo programático en torno de privilegiar algunos ejes, como compromiso con quienes estén frente a Macri.

–¿Con cuál preferiría ese acuerdo: con Filmus o con Telerman?

–No, no me parece... Ambos están expresando los estertores de ese progresismo fracasado, sobre la base de revolearse hechos de corrupción entre sí, aunque el gobierno nacional y el de la ciudad comparten las mismas empresas con las que dibujan el desvío de recursos públicos para financiar la práctica política. Son proyectos individuales: el de Telerman de quedarse, el de Ibarra de volver, el de Filmus de ser el mejor alumno de Kirchner, pero le están abriendo el paso de manera agigantada a Macri para que se quede con la ciudad.

–No se me escape: Filmus o Telerman.

–Con cualquiera de los dos.

–¿Le da lo mismo?

–No lo defino yo.

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