Aunque hoy habrá subtes, los trabajadores de las cinco líneas y el premetro decidirán en asamblea si toman nuevas medidas de fuerza, que implementarían la semana próxima. Los delegados lo anunciaron con una conferencia de prensa en la estación Constitución, en la que acusaron a los popes de la Unión Tranviarios Automotor de haber firmado con Metrovías un acuerdo “a espaldas” de la voluntad de la mayoría. También insistieron en que consideran insuficiente el aumento dado por la empresa. Si bien la compañía asegura que dio una mejora del 24,4 por ciento, los trabajadores dicen que el aumento real es menos de la mitad, porque un alto porcentaje de él “es, en realidad, dinero que ya veníamos cobrando en negro” y ahora se blanquea en el básico.

El conflicto se da en medio de una durísima pelea entre la conducción de la UTA y el cuerpo de delegados, que ayer denunció “amenazas verbales y agresiones físicas” del sindicato. La nueva cúpula de la UTA está integrada por Roberto Fernández, Ricardo Alí, Andrés Arrejoría y Miguel Bustinduy, quienes según los delegados los apretaron en una reunión en el ministerio de Trabajo para que aceptaran el acuerdo.

En diálogo con Página/12, Beto Pianelli, delegado de la Línea E, contó cómo se llegó al paro.

–¿Qué reclaman?

–Empezamos la paritaria en marzo, con un pedido de cuatro puntos, el primero que se hiciera un reordenamiento de las escalas salariales. Ocurre que el año pasado nosotros conseguimos que los trabajadores tercerizados fueran incorporados a nuestro convenio colectivo; cuando los pasaron, la escala salarial quedó completamente desfasada y por esa razón pedimos el reordenamiento. El segundo punto era el blanqueo de las sumas que cobramos en negro, un tema que venía muy atrasado. Los aumentos que Kirchner dio por decreto, por ejemplo, seguían en negro. El tercer punto era que nos paguen el 2 por ciento por año de antigüedad, un derecho que teníamos y que nos quitó la dictadura. El cuarto punto era el pedido de un 20 por ciento de aumento.

–Metrovías sostiene que les dio un 24,4 por ciento de aumento en promedio.

–Sí, si se mide en masa salarial. Ellos llegan a ese porcentaje porque pasaron al sueldo básico todos los aumentos de sumas fijas que ya veníamos cobrando en negro. A eso suman las mejoras por reordenamiento y la antigüedad y llegan al 24 por ciento sobre la masa salarial.

–¿Por qué no lo aceptan?

–Porque el aumento nominal es alto, pero el real no. En el bolsillo, un peón se lleva sólo 200 pesos de mejora, con diez años de antigüedad. Y un conductor que venía ganando 2800 pesos obtiene un aumento de 400, con tickets. Los aumentos reales van de 200 pesos en el escalón más bajo a 450 en el más alto. En realidad, lo que nos dieron no es un 24 sino un diez por ciento al básico y el resto en tickets. El aumento real no es del 24; por otra parte, al blanquear una suma que cobrábamos en negro recibimos menos, porque de 100 pesos que se blanquean entre 14 y 18 van a la jubilación. .

–¿Cómo se hizo el paro? Metrovías los acusó de haberse tirado a las vías para impedir la salida de los trenes.

–No nos tiramos, no hubo necesidad. No había nadie que manejara.

–¿Al no firmar el acuerdo éste quedó sin aval?

–No, quedó avalado. Esa es la garantía jurídica de la burocracia sindical.

–La viceministra de Trabajo, Noemí Rial, advirtió que la empresa está habilitada para sancionar a quienes hicieron huelga. ¿Recibieron alguna?

–Hasta ahora no, que sepamos. Pero si hay sanciones vamos a retomar los paros.

–¿Cómo sigue el conflicto?

–Mañana (por hoy) vamos a hacer asambleas para discutir qué hacer. Lo más probable es que anunciemos medidas para la semana que viene.

Como el acuerdo salarial ya está cerrado, es posible que los próximos reclamos pongan el centro en otras mejoras, que podrían incluirse con más facilidad en una nueva negociación. Entre los temas posibles figuran el reconocimiento de la jubilación anticipada (debido a la insalubridad del trabajo en los subterráneos) y la recuperación del 82 por ciento móvil.