No será Kramer versus Kramer, aquella película sobre divorciados con Dustin Hoffman y Meryl Streep, pero sí K versus K. Las elecciones en Río Negro enfrentarán a un radical K, el gobernador Miguel Saiz, quien se declara partidario de la concertación plural que creó el Presidente, con otro kirchnerista, nada menos que el jefe del bloque oficialista en el Senado, Miguel Pichetto, de muy buena relación con la primera dama y también senadora Cristina Fernández de Kirchner. Anoche, los dos candidatos cerraron sus campañas con actos simultáneos en General Roca y Bariloche. Cada uno eligió el terreno más favorable: Saiz optó por la ciudad del Alto Valle –donde nació y donde el radicalismo es muy fuerte– mientras que Pichetto prefirió Bariloche, que en las dos últimas elecciones locales otorgó sendos triunfos al Frente para la Victoria.

El final de la campaña –hoy empieza la consabida veda electoral– encontró a los dos contendientes separados por cientos de kilómetros. Anoche, el radical Saiz encabezaba un acto en el club El Progreso de General Roca; Pichetto hacía lo propio en el centro cívico de Bariloche, postal obligada de todo turista que quiera fotografiarse junto a un perro San Bernardo. Como durante los últimos meses, Saiz dedicó su discurso a resaltar lo que consideró logros de su gestión. Pichetto se mostró junto a su compañero de fórmula, el ex intendente de Cipolletti, Julio Arriaga, y dos dirigentes con mucho arraigo en Bariloche, el intendente Alberto Icare y la primera candidata a legisladora Silvana García Larraburu.

Esta tercera prueba electoral del año –ya se eligió gobernador en Catamarca y Entre Ríos– no mostrará a ninguna fuerza opositora con posibilidades de ganar. Según las encuestas, la pelea está concentrada exclusivamente en Saiz y Pichetto. A pesar de que el diputado Fernando Chironi –rionegrino, jefe del bloque radical en Diputados– suele hacer declaraciones críticas al Gobierno y a nivel nacional está alineado con Roberto Lavagna, la UCR de Río Negro asumió la convocatoria a la concertación plural como una de sus banderas de campaña. También desde el kirchnerismo, Pichetto contesta con el argumento de que él tiene una excelente relación con CFK –la conoce del Senado– y con el Presidente. De hecho, en el último tramo de la campaña intentó capitalizar una visita a la Casa Rosada en la que Kirchner lo recibió en su despacho.

Tras veinticinco años ininterrumpidos de gobierno radical, la provincia muestra cierta polarización geográfica en sus preferencias electorales. En el Alto Valle, donde vive medio millón de personas, la UCR mantiene su predominio histórico. La excepción es Cipolletti, donde el paso de Arriaga por la intendencia dejó un buen recuerdo: titular del Frente Grande (que ahora se llama Encuentro por los Rionegrinos), Arriaga comparte la fórmula con Pichetto. A juzgar por los últimos resultados, la ciudad más propicia al Frente para la Victoria es Bariloche, que ha tenido un fuerte crecimiento económico (boom turístico mediante) . Tanto en 2005 como en 2006, cuando se convocó a elecciones para modificar la carta orgánica municipal, el FPV se impuso con cierta comodidad.