EL PAíS › POR 10 PUNTOS SUPERABA A LA OPOSICION ENCABEZADA POR UN RADICAL K
Desde el Movimiento Popular Neuquino, anoche se imponía Jorge Sapag con cerca del 46 por ciento de los votos, según datos extraoficiales. La Concertación opositora llegaba al 30 por ciento.
› Por Miguel Jorquera
desde Neuquén
Jorge Augusto Sapag es el nuevo gobernador de Neuquén y prolongará por otros cuatro años los 44 que el Movimiento Popular Neuquino lleva en el poder provincial. Según datos extraoficiales, el MPN se imponía anoche por al menos 10 puntos de ventaja a la kirchnerista Concertación Neuquina por la Victoria, que llevaba como candidato al radical K Horacio Quiroga. En medio de la confusión por la falta de datos oficiales desde el centro de cómputos montado en la gobernación, se calculaba que el MPN reunía el 46,5 por ciento de los votos, sobre el 30,24 de la oposición. El presidente Néstor Kirchner felicitó desde Buenos Aires al triunfador y Quiroga hizo lo propio en Neuquén, en clara señal de que la diferencia sería indescontable. Jorge Sobisch quiso sumarse a los festejos y llegó hasta el bunker partidario –como lo había anunciado tras votar–, pero Sapag desairó al gobernador, prolongó la conferencia de prensa que brindarían juntos y finalmente –al cierre de esta edición– iba a brindar sólo flanqueado por sus candidatos.
Sapag se impuso con un importante aporte de tres partidos provinciales que le habrían sumado 9 puntos a su candidatura, entre ellos los ex menemistas que no tuvieron cabida en la Concertación kirchnerista. Para la mayoría de la oposición “la gente identificó a Sobisch como el hombre a vencer, pero no ubicó a Sapag como una continuidad de su administración”.
Cerca de Horacio Quiroga admitían la derrota, pero el candidato opositor guardó sus palabras “hasta tener todos los datos de la elección en sus manos”.
Recién después de las 9 de la noche, los militantes del MPN empezaron a concentrase frente al centro de cómputos partidario para dar rienda suelta a los festejos tras algunas horas de incertidumbre. “Nunca dudamos de que íbamos a ganar”, se defendían quienes se juntaban haciendo flamear banderas con la leyenda “Sapag gobernador”. Los más entusiastas comenzaron a cantar contra el rival de la Concertación Neuquina para la Victoria, Horacio “Pechi” Quiroga. “¡Pecho frío!”, coreaban burlándose del apodo del candidato de la coalición kirchnerista.
Una gran parte de ellos se juntaba en la Avenida las Cuadras, casi sobre la costanera del río Neuquén, en el mismo lugar donde el MPN cerró su campaña en la capital provincial. Allí esperaban festejar el triunfo junto a Sapag, pero el gobernador electo decidió dirigirse a sus partidarios desde el escenario que se montó en tiempo record frente a su propio centro de cómputos. Aunque, al cierre de esta edición, todavía no lo había hecho.
Tras el cierre de los comicios, los neuquinos –especialmente los jóvenes– salieron a la calle no para festejar sino para disfrutar los 19 grados de “un día primaveral”, en el otoño patagónico, que pocas horas atrás se había mostrado frío y ventoso. En los bunkers partidarios se preparaban para empezar a recopilar los datos de sus fiscales, que serían fundamentales para conocer el resultado de la elección.
La huelga de los trabajadores informáticos de la gobernación, en demanda de mejoras salariales, dejó al gobierno provincial sin posibilidad de transmitir resultados de la elección. La contratación a último momento de una compañía privada –que, según trascendidos, sería Conexia, vinculada con funcionarios provinciales– para volcar en la página web de la gobernación los datos de la junta electoral, generó aún más dudas entre las listas opositoras. Susana Dalton, la presidenta de la junta electoral, ratificaba que irían entregando la información al centro de cómputos que funcionaría en la Casa de Gobierno, pero cuyos datos eran previamente procesados con el software de una empresa privada.
Por esas horas, el dato más buscado por los periodistas era el resultado de la encuesta en boca de urnas que la consultora Analogías, que dirige Analía del Franco, realizó en Neuquén, y que todas las listas negaban haber contratado. El sondeo que habría sido encargado por el gobierno nacional se guardaba como un secreto de Estado, aunque una cadena cordobesa de noticias divulgó “extraoficialmente” desde Córdoba que el boca de urna daba triunfador al MPN por 10 puntos de ventaja.
Pasadas las 8 de la noche, el centro de cómputos de Sapag divulgaba los mismos guarismos, pero con apenas el 1,3 por ciento de los votos provinciales recolectados por sus fiscales y sin especificar la procedencia. La puja por la difusión de los datos ya amenazaba con extenderse hasta altas horas de la noche.
Poco tiempo después, los voceros de Sapag eligieron la forma más elegante de mostrar su victoria sin cuestionamientos: “El presidente Néstor Kirchner llamó a Jorge Sapag para felicitarlo por el triunfo”, dijeron sin más comentarios. Luego empezaron a recibir uno a uno el saludo de los demás candidatos. Todo era moderación y prudencia, aunque puertas adentro del bunker ya se había desatado la alegría.
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