Beatriz Michelini, masajista de María Marta, aseguró que su voz no es la que se escucha en una cinta comprometedora, cuando Carrascosa llamó a la ambulancia. El viudo había dicho que la mujer que habla con su cuñado era ella. El fiscal cree que es Irene Hurtig.
En el último día de declaraciones del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, la más importante ocurrió afuera del tribunal. La masajista Beatriz Michelini, procesada por el encubrimiento del asesinato, aseguró ayer por intermedio de su abogado que no es suya la voz femenina que se escucha en la grabación del llamado que el viudo Carlos Carrascosa realizó, el día del crimen, a un servicio de emergencias médicas. Esa grabación había sido escuchada en la sala de los tribunales el pasado miércoles, como parte de las pruebas. Horas antes de la aclaración de Michelini y adentro de la sala, Carrascosa había señalado que al momento de esa llamada la única mujer que había en el lugar era la masajista. Además aprovechó para reiterar que es “totalmente inocente” y pedir que termine el juicio, porque ya se le torna “insoportable”.
El abogado de Michelini, Eduardo Ludueña, fue el encargado de expresar la aclaración de la mujer y lo hizo durante una entrevista con Telefé. “Me dijo que obviamente ella no estuvo en ese diálogo. Lo que se ha dicho ahí no coincide con su forma de hablar, no coincide con su terminología”, señaló, para luego afirmar que “la aclaración quisiera hacerla ella en forma personal, pero en este juicio se determinó que no puede hacerlo ni como testigo ni como imputada”.
El diálogo en cuestión es el que se escucha en la grabación de la llamada que Carrascosa realizó aquel 27 de octubre de 2002 a las 19.07 a la empresa OSDE para pedir una ambulancia. Allí se escucha la voz de una mujer que habla con el cuñado de la víctima, Guillermo Bártoli, mientras Carrascosa solicita la asistencia. Las pericias no pudieron determinar a quién pertenece esa voz. El diálogo es el siguiente:
Mujer: –¿No la ves?
Bártoli: –¿Alguien va a llamar?
M.: –Tenela.
M.: –Tocala y te vas a dar cuenta.
B.: –Cerrá la puerta.
B.: –Sí, está muerta.
M.: –Dale, vamos.
El fiscal del caso, Diego Molina Pico, cree que esa voz –la misma que en otra parte de la grabación solloza– pertenece a Irene Hurtig, esposa de Bártoli y hermanastra de María Marta, y no a Michelini, como siempre aseguró la familia. Por eso pidió una pericia que aclarara a quiénes pertenecían esas voces, análisis que el 27 de abril pasado se inició en Gendarmería con el fin de “filtrar” el audio. Como resultado se definió que la voz masculina es de Bártoli, pero no se pudo aclarar de quién es la femenina.
Por su parte, durante la declaración que realizó en la jornada judicial de ayer –horas antes de la aclaración de la masajista–, Carrascosa había afirmado que, al momento del famoso llamado a OSDE, Hurtig no estaba en la casa y que esa voz femenina que se escucha en la grabación pertenece a Michelini, quien hablaba en tono de confianza con Bártoli. “Irene no estaba, Bártoli estaba al lado de María Marta”, aseveró Carrascosa cuando el fiscal le preguntó directamente en qué lugar se encontraban Bártoli e Irene Hurtig cuando hizo ese primer llamado a OSDE.
Después de eso, Molina Pico le preguntó al viudo quién era la mujer que estaba en la casa, cuya voz se escucha en la grabación de la llamada, y Carrascosa sostuvo que era Michelini, la masajista de María Marta. Esa afirmación fue realizada en el contexto de la tercera declaración del viudo de María Marta ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 de San Isidro en lo que va del juicio.
Además de referirse a este tema, durante la jornada –la última antes del comienzo de los alegatos, el próximo martes–, Carrascosa expresó su deseo de que el juicio finalice cuanto antes. “Estoy esperando, deseando que termine este juicio, es insoportable esto; quiero que esto termine de una vez y quiero que, pase lo que pase, se reabra la investigación. Yo soy totalmente inocente”, enfatizó ante los jueces.
Luego de eso, la jornada se diluyó en discusiones entre la fiscalía y la defensa sobre la validez del sistema VAIC de entrecuzamiento de llamadas, una pieza clave sobre la que –se supone– se basará a la hora de acusar al viudo de María Marta.
Molina Pico detalló cómo funciona ese sistema, la defensa planteó dudas sobre su eficiencia y aseguró que hay puntos de disidencia entre los informes que remitieron las compañías telefónicas. Todo derivó en una discusión de casi tres horas. Ya cansado de tantas idas y vueltas, el tribunal aceptó que se tenga en cuenta todo lo relacionado con las llamadas al momento de los alegatos.
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