Aunque se preocupó por mantener la sorpresa, la candidatura era un secreto a voces. Roberto Lavagna aprovechó el Día del Periodista para regalar una noticia: el jujeño Gerardo Morales lo acompañará como postulante a vicepresidente en la fórmula de la concertación Una Nación de Avanzada. “Como soy peronista, siempre dije que mi vice tendría que ser radical”, comentó el ex ministro al hacer anuncio.

Frente a un atril con la sigla de la coalición UNA, Lavagna señaló a los periodistas que se habían acercado a sus oficinas de la calle Cerrito: “Siempre sostuve que debía ser un candidato joven, del interior y con trayectoria. Le hice la propuesta a Morales y aceptó”.

A esa altura, Morales no había llegado a las oficinas del ex ministro. El hecho no lo tomaba por sorpresa, ya que el fin de semana Lavagna le había adelantado el tema. “Ahora falta que se haga la consulta a los convencionales de los distintos distritos, como resolvió la Convención de Avellaneda”, confió Morales en diálogo con este diario. La ronda es una tarea que desarrollarán Florentina Gómez Miranda y el radical porteño Manolo Canals. El diálogo finalizaría alrededor del 20 junio y el resultado podría conocerse en julio. Aunque ése será el cierre formal, no será un obstáculo para que la fórmula continúe con sus actividades de campaña. Algo que vienen realizando juntos desde hace unos meses y que el propio Lavagna reivindicó cuando propuso la candidatura de Morales.

Desde que Lavagna se presentó oficialmente como candidato a presidente en un acto en el Gran Rex, el nombre de Morales sonó con más fuerza que nunca para acompañarlo. La especie cobró fuerza unos días más tarde, cuando el mendocino Ernesto Sanz fue presentado como el compañero de Roberto Iglesias en la fórmula con la que la UCR competirá por la gobernación de Mendoza.

Aunque el nombre del diputado Federico Storani también fue uno de los que se habían tirado al ruedo, esa chance nunca tuvo posibilidades ciertas de concretarse. Dentro de las filas del radicalismo repiten que detrás de la mención del nombre de Storani existía cierto intento del legislador de posicionarse en la discusión sobre el armado de las listas.

Luego de la deserción de Storani y de Sanz, el nombre que nunca dejó de estar en carrera fue el de Morales. Su candidatura parecía haber quedado stand by cuando trascendió que el jujeño no descartaba ser candidato a gobernador de Jujuy. Ayer después de poca expectativa, Lavagna dio por terminadas las especulaciones.

“Definitivamente no seré candidato en Jujuy”, afirma Morales para dar por cerrado el tema. En diálogo con Página/12, el actual titular de la UCR señala: “Tenemos mucho que hacer. A pesar de los problemas que hemos tenido en el armado político, problemas que no siempre fueron por errores nuestros, sino por la injerencia de otras fuerzas, estamos en un momento propicio para desarrollar un espacio político nacional”.

En el escenario que Morales tiene en mente, la candidatura de Lavagna y la suya podrían ocupar el terreno de la oposición. Espacio que de cara a las elecciones presidenciales de octubre considera como despejado luego de los resultados del domingo pasado en la ciudad de Buenos Aires.

“Después del resultado de Elisa Carrió en Capital tenemos un espacio vacante para ocupar. Si hacemos las cosas bien, creo que lo podemos ocupar. Estamos concentrados en esas actividades y en que quienes se sumen adhieran a nuestro programa, que es un programa progresista”, afirma Morales.

Disciplinar a los radicales será una de las tareas no menores que le esperan a Morales. Dispuesto a enfrentar a los denominados radicales K, el jujeño afirma que el gobernador mendocino Julio Cobos “ha sincerado una situación, ya no es un dirigente del radicalismo”. El ruido interno está lejos de haberse apagado. “La decisión fue personal”, contestó Lavagna cuando se le preguntó si la postulación de Morales había sido consensuada con la pata peronista de la concertación. Crecer con mayor perfil peronista es otro de los desafíos de Lavagna. Pero ésa es otra historia.