El gobierno uruguayo otorgó ayer a Ence la primera autorización para que la empresa española construya en el departamento de Colonia su planta de celulosa. La papelera, que inicialmente iba a funcionar en Fray Bentos, fue relocalizada en Conchillas a raíz de las protestas argentinas. Al otorgar el permiso, llamado “viabilidad ambiental de localización”, las autoridades orientales señalaron que la planta “puede producir impactos ambientales negativos”, por lo que les pidieron a los españoles una serie de nuevos requisitos para seguir adelante con la tramitación de la licencia.

Con el conflicto por la próxima inauguración de Botnia como caja de resonancia, en el anuncio de esta habilitación los funcionarios remarcaron con un énfasis especial la rigurosidad de los controles uruguayos, a punto tal de que en la página de la presidencia fue presentada con el título “Gobierno exige a Ence estudio ambiental completo”. No parecía el anuncio de una autorización, aunque lo era.

“La primera etapa fue cumplida (por Ence) en forma favorable, pero tengamos en cuenta que es apenas la primera instancia, el primer paso de una sucesión de análisis para cumplir con una normativa altamente exigente”, declaró Mariano Arana, el ministro de Vivienda y Medio Ambiente, al dar a conocer la noticia.

El funcionario explicó que el proyecto “fue categorizado con la letra C, que es la que exige mayor pulcritud y detenimiento”. Ence deberá presentar por esto (como ya lo hizo cuando pidió instalarse en Fray Bentos) “un estudio de impacto ambiental completo”. También deberá realizar “una nueva instancia de audiencia pública”, para “difundir las características y el plan de acción ambiental para la realización de las obras y su posterior puesta en funcionamiento”. El viceministro de Medio Ambiente de Uruguay, Jaime Igorra, informó que Ence iniciará en octubre el “movimiento de tierras”, previo a las obras.