El candidato del PRO habló sobre seguridad en Villa Ortúzar, donde se mostró con un farmacéutico que denunció que lo asaltaron “más de 200 veces”. Dijo que no pensaba modificar su estrategia.
El candidato a jefe de Gobierno de PRO, Mauricio Macri, retomó su rutina habitual: habló y habló de seguridad y esquivó las críticas del presidente Néstor Kirchner con una sonrisa a prueba de balas. El diputado sólo se molestó cuando le insinuaron que había abandonado su estrategia de propuestas barriales al contestarle a Kirchner: “No soy amigo de Menem, los que fueron funcionarios son ellos”. Nada de eso: “Yo no ataqué; sólo recordé quiénes trabajaron en los ’90; en cambio, para nosotros, ésta es la primera oportunidad para estar en la política”, aseguró. “Nunca digo las cosas malas que hicieron otros”, se contuvo el presidente de Boca.
“Nada, no cambiamos nada”, repitió Macri, quien no quiso saber nada del supuesto paso en falso que había dado al responder a las críticas del Presidente. Y retomó su estilo: “La gente no quiere campaña sucia, sino propuestas, convivencia y respeto. Quiere el cambio que viene de la mano de la noagresión y de la no-campaña-sucia”.
Luego retomó su tema predilecto: la seguridad. Para eso visitó una farmacia en Villa Ortúzar, cuyo dueño, Salvador Carmuccio, aseguró que fue asaltado “más de 200 veces”. Entusiasmado por robar cámara, Carmuccio se tomó largos minutos para contar su experiencia. Luego interrumpió varias veces al candidato mientras formulaba sus propuestas. “Antes había un policía en cada esquina”, se quejó, antes de pedir “más vigilantes”.
–Vas a sacar el 80 por ciento en el ballottage –le regaló el farmacéutico.
–Espere, Salvador, que lo van a votar a usted, si sigue hablando... –lo cortó Macri, con renovado humor.
El candidato reclamó que “funcione de verdad la inclusión social, de la mano de gente que sepa cómo administrar el dinero público y no a través de punteros”. “Que la ayuda social llegue también a través de becas escolares para que los chicos terminen el colegio y tengan una salida laboral”, propuso el dirigente, que tiene pensado que el control de los planes sociales y las becas escolares sean realizados por una Agencia de Prevención del Delito.
Macri remarcó que se deben “urbanizar las villas para frenar el avance de la droga”. “Vamos a invertir en una policía de calidad, con mapas del delito para que Salvador, por ejemplo, sepa qué es lo que pasa en su barrio”, dijo el empresario, antes de fustigar a los okupas. “Las casas tomadas agravan la convivencia en la ciudad”, advirtió. “Hay que terminar con lo que destruye el tejido social de cada barrio y, para eso, hay que construir más viviendas y darle una vida digna a la gente”, explicó.
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