Lun 11.06.2007

EL PAíS  › LA AGRESION DE UN PASAJERO LLEVO A ANULAR 28 DESPEGUES DE AEROLINEAS

Ding dong, se cancelan los vuelos

Un pasajero, enardecido por las demoras que se venían tolerando en el Aeroparque desde el jueves, por la niebla, agredió a un empleado y terminaron ambos detenidos. El hecho desató una medida de fuerza del gremio. Aerolíneas canceló 28 vuelos y no se sabe qué ocurrirá hoy.

› Por Horacio Cecchi

A media tarde de ayer, en el Aeroparque Jorge Newbery se producía la curiosa situación de que mientras los aviones de Aerolíneas Argentinas y Austral sólo bajaban, el microclima en la aeroestación sólo subía. Tamaña paradoja del subibaja porteño se desató alrededor de las cinco y media de la tarde, cuando la empresa dispuso cancelar los vuelos de partida desde el Aeroparque, en lo que quedaba del día. Motivos: varios y según el propietario de la versión. A los efectos prácticos, la medida dejó en tierra 28 vuelos, lo que representa, según cálculos estimativos de la propia empresa, alrededor de 5 mil pasajeros varados en las instalaciones de la Costanera. Al mediodía, la tensión desató una lucha libre entre pasajeros y empleados (ver aparte) que terminó con intervención policial y detenciones. Los delegados de la APA en Aeroparque, el gremio que agrupa a los empleados de mostrador, decidieron retirar a sus trabajadores “por falta de seguridad por parte de la empresa”. Lo que derivó en la posterior cancelación de todos los vuelos del día. La empresa toma la medida como un paro y deriva responsabilidad sobre la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Marcelo Saín, titular de la PSA, respondió que “no estamos para cubrir la pésima comunicación de una empresa con sus pasajeros. Esa es una cuestión privada”. Hoy, el ding dong de las departures está en veremos. El gremio no pudo confirmar si continuarían con el reclamo porque no sabía si habría seguridad y la empresa no pudo confirmar nada sobre los vuelos porque no sabía si habría empleados. A las 9 se realizará una reunión en el Ministerio de Trabajo. Entretanto, en el Aeroparque no vuela ni una mosca.

Desde un aspecto puramente climático-fenomenológico, podrá decirse que los acontecimientos de ayer comenzaron a despuntar entre el jueves y el viernes, cuando la niebla empezó a transformar los escenarios porteños en pinturas londinenses, incluyendo Aeroparque y Ezeiza. Las demoras obligadas se fueron reprogramando en la medida en que el clima abría alguna ventana. El sábado por la noche, las reprogramaciones de vuelos y la cortina sobre el cielo porteño ya llevaba la situación a extremos. Una paradigmática llamada de atención del clima que se gestaba fue el golpe de teléfono (sic) que recibió o que intentaron dar a una empleada de mostrador de Aerolíneas Argentinas, cuando a la nerviosa pregunta de un pasajero sobre “¿cuándo carajo va a salir mi vuelo?”, la empleada respondió con un “están cancelados por la niebla”. Los delegados de APA en Aeroparque dijeron a Página/12 que “advertimos a la empresa que si se repetía la situación retiraríamos a los compañeros por seguridad”. Y el nerviosismo de los pasajeros continuó porque los vuelos venían demorados. No modificó demasiado que el domingo amaneciera sin niebla. O peor: condensó el problema, porque ante los ojos de los pasajeros ya no había justificación, pero los vuelos siguieron con retrasos. Al mediodía se desató el trompis, se llamó a asamblea, se retiraron los empleados hasta nuevo aviso y a partir de ahí la cancelación de vuelos era cuestión de tiempo.

Pero se pueden encontrar versiones menos climatológicas. “Los empleados reclamaron que hubiera mayor seguridad porque algunos de ellos sufrieron lesiones por parte de los pasajeros”, reconoció un vocero de la empresa a este diario. “Hasta ahora, el problema sólo se concentraba en el Aeroparque y en lo que se refería a los vuelos que partían –añadió–. Los que llegaban lo hicieron sin inconveniente. Pero, con todo, las demoras que se venían produciendo por la niebla, levantar la gente de atención y despacho no es una solución. Llama la atención porque justo pasó cuando había disponibilidad de naves y personal, cosa que no pasaba el sábado porque las tripulaciones vencían su horario esperando la partida y se retiraban”.

Los delegados de APA en Aeroparque, según fuentes gremiales en oposición a la conducción nacional, tras el trompis del mediodía llamaron a asamblea y decidieron retirarse. “Hasta que nos garanticen que se puede trabajar con garantías de seguridad física”, dijeron. De paso incorporaron en el petitorio dos reclamos más que exceden lo coyuntural del trompis y el golpe de teléfono: pidieron reducir de 45 a 36 las horas de trabajo semanal, y designación de más personal.

La empresa lo consideró como un paro encubierto y presentó la denuncia ante el Ministerio de Trabajo. “Hay una interna gremial –arrojó una fuente empresarial en off–. A las 15.30 había una reunión de conciliación con APA nacional y ahora los delegados del Aeroparque se meten en otra negociación.” La fuente se refería a la reunión que se organizó por el conflicto en Aeroparque, para las 9 de la mañana también en Trabajo.

–Pero, ¿fueron agredidos o no?

–Sí –respondió la misma fuente.

–¿Y cómo se evita que vuelva a ocurrir una agresión?

–La empresa mandó todos los vigilantes privados que pudo, pero eran muy pocos y además no pueden intervenir como fuerza de choque. Pedimos a la Policía Aeronáutica, a través de la jefatura de base. Pero no había policías y pasó esto. La PSA se vive quejando por la cantidad de gente, dicen que son pocos y que más que lo que hacen no pueden hacer (ver aparte). Los pasajeros, equivocados o no, se las agarran con los empleados, que son los que están en el mostrador. Eso es lo que pasa.

Desde el gremio nacional la versión es diferente. “Los pasajeros están muy violentos, no entienden que son situaciones que nosotros no podemos manejar y la empresa no nos garantiza ninguna seguridad –apuntó el secretario gremial Pablo Dolagarats–. Este es un reclamo que venimos haciendo desde hace mucho tiempo y la empresa nunca dio respuesta.”

–¿Quién es responsable de la seguridad en los mostradores, la PSA o la empresa?

–La empresa. Ahí adentro es terreno de nadie. La PSA no va a entrar. Y la empresa te manda unos vigiladores que no alcanzan y no van a intervenir en caso de conflicto.

–¿Y por qué se producen las agresiones?

–Los pasajeros se enojan porque nadie les dice nada sobre lo que pasa con las demoras. La empresa tendría que manejar un poco mejor las comunicaciones y además poner la seguridad para que no nos peguen.

Según Dolagarats, del trompis que se desató ayer en la oficina de Aerolíneas resultaron detenidos dos pasajeros y dos empleados. “Los detuvieron por averiguación de antecedentes, pero los pasajeros mintieron, dijeron que la agresión la sufrieron ellos”, aseguró Dolagarats.

Aunque en lo que se refería al pronóstico climático el cielo estaría despejado, para hoy la niebla se trasladó a los mostradores de la empresa. Nadie pudo responder a este diario qué sucedería con los vuelos programados para hoy. “Si hay seguridad, trabajamos, pero no sabemos”, dijo Dolagarats. “Si vienen los del turno mañana, habrá vuelos”, dijo un vocero de la empresa. La lógica permite especular que, agendada la reunión en Trabajo para las 9, nada hace prever que la niebla se levante de los mostradores hasta el mediodía.

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