El misionero Ramón Puerta reclamó ante la Justicia electoral que se habilitara al justicialismo a presentar “neolemas” bajo el mismo paraguas, como en el 2003. Los Rodríguez Saá, en cambio, quieren el partido.
› Por Martín Piqué
La estrategia comienza a salir a la luz. Tras una serie de movimientos lentos, disimulados para no alertar demasiado al enemigo, los dirigentes del PJ antiK dieron ayer otro paso hacia su objetivo final. El objetivo de máxima es quedarse con la estructura partidaria del Partido Justicialista a nivel nacional, para luego competir con ese sello en las elecciones de octubre. La alternativa de mínima es lograr que la Justicia autorice la presentación de “neolemas” peronistas en las presidenciales, como sucedió en 2003 con Adolfo Rodríguez Saá, Carlos Menem y Néstor Kirchner. Aunque hasta ahora se han mostrado juntos (como los retrató la foto de Potrero de los Funes, San Luis) el misionero Ramón Puerta y el resto de los antiK optaron por caminos diferentes. Mientras Puerta espera que la Justicia electoral habilite el uso de los “neolemas”, los hermanos Rodríguez Saá confían en quedarse con la estructura completa del PJ. Pero Adolfo y Alberto van por más: piensan intervenir al PJ de cada distrito del país.
“En San Luis reunimos a la mayoría de los congresales, se presentaron 428. La representación del justicialismo la tienen Adolfo, Puerta y Menem. Y el PJ va a tener una sola fórmula presidencial, que va a surgir de esa mesa de conducción”, dijo anoche a Página/12 un estrecho colaborador de Adolfo Rodríguez Saá. Tras la reunión del congreso partidario que se celebró en Potrero de los Funes, donde los organizadores desconocieron a las autoridades nacionales del PJ y nombraron otras nuevas, un juez de San Luis firmó un fallo que avaló todo lo resuelto. El juez en cuestión se llama Juan Esteban Maqueda.
El aval del juez puntano, que pudo actuar porque el congreso de Potrero de los Funes había fijado el nuevo domicilio legal del PJ en la provincia de San Luis, fue otro paso de la estrategia antiK. La siguiente etapa será la intervención del justicialismo en todos los distritos del país. El primer paso de ese objetivo se concretará mañana, cuando los Rodríguez Saá, Puerta y Sobisch se reúnan en la Bombonerita (el estadio cubierto de Boca Juniors, un dato que sugiere la colaboración en las sombras de Mauricio Macri) para designar una nueva junta promotora del PJ para la provincia de Buenos Aires.
En el encuentro de la Bombonerita, los disidentes desconocerán a la conducción del diputado José María Díaz Bancalari, actual presidente del peronismo bonaerense. “Queremos darle vida al PJ porque es un país histórico. El PJ tendría que ser el partido que gobierna pero no lo es. Kirchner ha apostado a otra cosa y está bien. Pero nosotros sí queremos al PJ”, dijo a Página/12 el colaborador de Rodríguez Saá. El ex presidente que gobernó tan solo una semana estará en Montevideo los primeros días de la semana que viene. En Uruguay participará de las reuniones preparatorias del Parlamento del Mercosur. Antes de viajar a Montevideo, el Adolfo ubicará a un hombre suyo, Carlos Dellepiane, en la junta promotora que posiblemente sea designada como máxima autoridad del PJ bonaerense. El otro integrante de la junta, Aníbal Leguizamón, responde a Puerta.
Si la estrategia de los Rodríguez Saá es ir por todo el PJ, el misionero apuesta por una opción más cauta. Ayer presentó un escrito ante la jueza electoral María Servini de Cubría en el que solicitó que el justicialismo pueda competir en octubre con los famosos “neolemas” que se usaron en el 2003. Según Puerta, esa alternativa permitiría superar la imposibilidad de realizar elecciones internas y elegir a un candidato único (los disidentes del PJ suelen machacar con que la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner no surgió de ningún comicio interno). Tras recibir el escrito de Puerta, Servini se lo reenvió al fiscal electoral Jorge Di Lello. El fiscal se pronunciaría sobre el asunto la semana que viene.
La estrategia político-judicial del sector antiK del peronismo no está exenta de aparentes contradicciones. Mientras los Rodríguez Saá apostaron a quitarle la jurisdicción a Servini para que los asuntos del PJ los resuelva el juez Maqueda, coprovinciano de ambos, Puerta pareció reconocer la potestad de la jueza electoral con su presentación de ayer. ¿Serán contradicciones o movidas simultáneas para garantizar un mismo objetivo? En unas semanas se sabrá la respuesta.
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