En julio de 1977 apareció flotando en el río Paraná a la altura de Manuel Derqui, Empedrado, un cuerpo desfigurado que fue enterrado como NN en el cementerio de esa localidad correntina. Treinta años después se supo que se trataba de Rómulo Artieda, un estudiante que fue secuestrado en la provincia de Buenos Aires y fue visto por última vez en el Regimiento de Infantería número 9 de la capital correntina. La identificación de esta víctima del terrorismo de Estado fue revelada ayer en una conferencia de prensa. Es la primera vez que se recuperan los restos de un desaparecido correntino.

“Esto le permite a la familia tener el duelo que los criminales le negaron durante treinta años”, dijo el subsecretario de Derechos Humanos, Pablo Vassel.

La identificación de Artieda, realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), comenzó con una investigación que abrió el fiscal ad hoc Flavio Ferrini. En esa pesquisa se logró tomar declaración a los policías que en 1977 intervinieron en el hallazgo y a empleados del cementerio. Así se recuperaron tres cuerpos que habían sido encontrados en el Paraná. Todos tenían los mismos signos de maltrato y habían sido enterrados como NN en Empedrado. En el cementerio se encontró un cuarto cuerpo. Los restos están siendo analizados por el EAAF, aunque no hay certeza de que todos sean de personas desaparecidas.

Artieda fue secuestrado el 14 de mayo de 1977 en la estación de trenes de Burzaco y luego trasladado al Regimiento 9 de Corrientes. Su caso es parte de una causa por la que están por ser llevados a juicio siete represores, entre ellos el general Cristino Nicolaides. Otros acusados son Horacio Losito y Rafael Barreiro, que estaban en actividad cuando fueron detenidos, y Juan Carlos Demarchi, quien en democracia se convirtió en terrateniente y fue presidente de la sociedad rural local. La identificación de Artieda daría lugar a la posibilidad de condenar a los represores por homicidio, lo que agravaría las penas. La causa del Regimiento 9 de Corrientes podría ser la primera en llegar a juicio en el interior del país.

“Hay muchos compatriotas que todavía esperan, pero este logro ratifica el camino que hemos emprendido hace muchos meses. Vamos a agotar nuestras energías en la búsqueda de la verdad en la provincia. Tenemos el compromiso de agotar nuestros esfuerzos por encontrarlos, en cada uno de los lugares donde un criminal se creyó amo de la vida y de la muerte; allí necesitamos la verdad y esta tarea muestra sus frutos”, señaló Vassel en la conferencia que ofreció ayer junto a los familiares de Artieda y a Miguel Nieva, del EAAF.