EL PAíS › ENTIDADES DE CONSUMIDORES CONVOCARON A NO COMPRAR PARA NO CONVALIDAR PRECIOS ABUSIVOS
El kilo de tomate llegó a cotizar 15 pesos el kilo, un 250 por ciento más que hace un año. Llamamiento a no comprar para obligar a una caída en el valor. Ya inició una leve retirada, pero los especialistas adelantan que no será sencilla la capitulación.
› Por Fernando Krakowiak
Las asociaciones de consumidores le declararon la guerra al tomate. Ayer iniciaron un boicot, convocando a no comprar para forzar una baja del precio. La medida se suma a la decisión de los supermercados de origen chino, que el viernes decidieron dejar de ofrecer el producto hasta que se consiga a valores “razonables”. La “resistencia civil” contra uno de los componentes centrales de la ensalada está motivada por la espectacular suba de las últimas semanas, que lo llevó a cotizar entre 12 y 15 pesos en verdulerías y supermercados, hasta un 250 por ciento más que hace un año. Sólo durante la hiperinflación de 1989 se había registrado un aumento similar, pero nunca había superado el valor de los principales cortes de carne vacuna.
El boicot fue convocado por Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco), el Centro de Educación al Consumidor (Cec), la Asociación de Defensa de Usuarios y Consumidores (Adduc), la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij) y la Unión de Usuarios, que ayer por la mañana se manifestaron en el mercado de San Telmo, en la esquina de Carlos Calvo y Bolívar, donde entregaron bolsitas con un tomate y les pidieron a los vecinos que apoyen la medida. También se sumaron algunos restaurantes que decidieron empezar a excluir al tomate de sus menúes. Las protestas seguirán hasta el viernes en distintos puntos de la ciudad. Ayer ya se comenzaron a registrar bajas de precios en el Mercado Central, por la fuerte disminución de la demanda y la necesidad de desprenderse de una mercadería perecedera que no soporta más de una semana stockeada, pero los especialistas aseguran que los precios no se normalizarán hasta fin de año.
La suba del tomate responde a una restricción de la oferta provocada por las heladas y a la especulación de productores y minoristas, que en las últimas semanas aprovecharon la situación para cotizar el producto a valores estratosféricos. “Rechazamos las prácticas abusivas de los empresarios que aumentaron el precio del tomate a valores inaccesibles para la mayoría de los argentinos”, aseguró ayer Pedro Busseti, titular de Deuco. Además, los manifestantes solicitaron al Gobierno que hiciera valer el polémico 3,99 por kilo que informó el Indec la semana pasada.
En esta época del año, el tomate que se consume en Capital y Gran Buenos Aires proviene fundamentalmente de Salta, Jujuy y Corrientes. El noroeste aporta el 65 por ciento de la oferta entre agosto y septiembre y luego comienza a ser reemplazado por la producción correntina que entre octubre y noviembre concentra el 50 por ciento. Ambas zonas fueron duramente afectadas por las heladas, lo que provocó una disminución de los ingresos que hizo subir los precios a partir de septiembre, cuando el kilo de tomate ya cotizaba por encima de los 8 pesos.
En las últimas semanas, la situación empeoró aún más porque la producción del noroeste se terminó antes de lo habitual y las partidas provenientes de Corrientes van a ingresar más tarde. En Goya y Santa Lucía, principales zonas tomateras del Litoral, la mayor parte de las plantaciones están bajo cubierta, pero el frío de julio y agosto retrasó la formación de los frutos. “Las chacras ya se están normalizando y para noviembre vamos a estar enviando más producción”, señaló a Página/12 Jorge Duto, tomatero de Santa Lucía.
Ese ingreso hará bajar un poco los precios, pero la situación no se normalizará porque la oferta de Corrientes es menor a la del año pasado. Por lo tanto, es probable que el kilo se estabilice cerca de 8 pesos, como en septiembre. Ese valor representará un alivio para el consumidor, que ahora se niega a pagar entre 12 y 15 pesos, pero seguirá estando muy por encima de los valores habituales. Los especialistas recién esperan una baja significativa para fin de año, cuando ingrese la producción de La Plata y Mar del Plata, donde las plantaciones se empezaron a realizar después de las heladas. En diciembre el 70 por ciento de la oferta de tomate del Mercado Central es provista por Buenos Aires.
El boicot de las asociaciones de consumidores busca acelerar estos plazos, forzando a los distintos eslabones a recortar sus márgenes de ganancia. El productor está cobrando actualmente entre 4,50 y 5 pesos por kilo, cuando el promedio habitual oscila entre 1,20 y 1,50 pesos. Sobre esos elevados valores, puesteros del Mercado Central aplican casi un 100 por ciento y verdulerías y supermercados un porcentaje similar, que no redujeron cuando los precios comenzaron a subir. Los márgenes son tan elevados que hasta importando tomates, de Brasil y Paraguay, mantienen ganancias elevadas.
Los especialistas preveían la suba del tomate y otros productos sensibles de la canasta de frutas y verduras, como la papa, desde que comenzaron las heladas en julio. Algunos solicitaron que el Gobierno implementara una campaña de difusión para desalentar el consumo, que coordinara el comercio entre los distintos eslabones de la cadena para evitar abusos y previera la posibilidad de importar mercadería con anticipación para no tener que enfrentar una coyuntura como la actual, pero lo único que se hizo desde la Secretaría de Comercio Interior fue intervenir en el Mercado Central para tratar de poner freno a las subas intimidando a los puesteros. Las espectaculares subas de la papa y el tomate dejaron en evidencia el fracaso de la estrategia oficial. Ahora son los consumidores los que intentan ponerles un freno a las hortalizas.
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