El desenlace de la campaña presidencial puso en primer plano la interna entre los radicales –y sus desprendimientos– que no acompañan al Gobierno y que ahora pelean por el segundo lugar en las presidenciales del próximo domingo. La mecha la encendió Raúl Alfonsín con un duro ataque a Elisa Carrió. “Ella es antirradical, de las más antirradicales que tiene el país”, afirmó el ex presidente y tildó a la candidata de la Coalición Cívica de “traidora” e “hipócrita”. Carrió no quiso entrar en polémicas, pero sus allegados expusieron qué piensa del embate de Alfonsín: “Es producto de la desesperación que tienen porque con (Roberto) Lavagna van terceros lejos. Están en estado de pánico”. En medio de la disputa entre los radicales –de la que el ex ministro de Economía asegura ser ajeno– aparece el peronista disidente Alberto Rodríguez Saá, quien dice estar también prendido en la lucha por la posición de escolta en las elecciones.

De campaña en Chacabuco en busca de sumar el voto de los radicales a la coalición que ese partido articuló con el peronismo bonaerense detrás de la candidatura de Lavagna a la Presidencia, Alfonsín la emprendió contra Carrió. “Ella dice que habla con Dios. Políticamente, yo creo que es para tener miedo. Una persona que dice que se le aparece la Virgen y que habla con Dios es para tenerle miedo para gobernar. No es una cuestión de género. Hay hombres que son así”, señaló.

Alfonsín también fue duro con la candidata de la Coalición Cívica en un acto que encabezó anteanoche en Paraná: allí la calificó de “hipócrita, porque ahora que la ambulancia pasa por el radicalismo pretende abrevar en nuestra fuente”.

Los radicales se dividen básicamente en tres opciones de cara a las elecciones del próximo domingo: los K, que acompañan al Gobierno; los que responden a la conducción del partido y adhieren a la postulación de Lavagna, secundado en la fórmula por el titular de la UCR, Gerardo Morales; y los que están alineados con Carrió.

La chaqueña le disputa el voto radical opositor a Lavagna, quien cuenta con el apoyo institucional de esa fuerza. Las encuestas que se difundieron en los últimos días la muestran mejor posicionada que el ex ministro de Economía. Carrió aprovecha la ventaja que le otorgan los sondeos para polarizar la elección con el kirchnerismo y convoca al electorado a acompañarla para disputar una segunda vuelta con la candidata oficialista Cristina Fernández de Kirchner. “Entramos al ballottage y soy presidenta”, alienta.

En el marco de esa puja, Alfonsín dijo que Carrió “es antirradical, de las más antirradicales que tiene el país, casi tanto como el Gobierno”, y le colgó el mote de “traidora” al radicalismo, tras remarcar que surgió de las filas de ese partido. También recordó que cuando la cúpula radical decidió convocar a otros partidos al armado de una coalición opositora, “la primera consulta que se hizo fue con la doctora Carrió y nos contestaron que el ARI no iba a dialogar con la UCR”. “Fue un desprecio inusitado en un partido democrático”, se quejó.

Como Carrió, también el ex mandatario trató de polarizar la elección con el oficialismo y vaticinó que la fórmula Lavagna-Morales “saldrá segunda el domingo próximo” y que “habrá segunda vuelta”. Aseguró, además, que “no hay nadie” como el ex ministro de Economía “para resolver los futuros problemas económicos”.

“El tipo labura y labura, no importa la edad. Si tiene que salir a bancar a Lavagna, va y lo hace”, fue el elogio que en la conducción del radicalismo le dedicaron a Alfonsín, quien anoche también encabezó el cierre de campaña de los radicales lavagnistas en San Miguel. Aseguraron, sin embargo, no haber acordado que saliera a disputarle el voto radical a Carrió. “No se trata –dijeron– de ninguna estrategia consensuada.”

En el entorno del candidato de Una Nación de Avanzada (UNA) reaccionaron del mismo modo. “No lo habíamos conversado. Nos enteramos por los medios”, aseveró un colaborador del ex ministro de Economía y agregó: “Lavagna se diferencia de Carrió cuando habla de política, cuando analiza su programa y la califica como representante de la derecha”.

En el reportaje que Página/12 publicó el último domingo, Lavagna manifestó que la candidata de la Coalición Cívica “hace demagogia de derecha” al pedir la derogación de las retenciones. “Carrió se derechizó”, fue justamente otra de las cosas que dijo Alfonsín, quien coincidió también con el lavagnismo en alertar que el Gobierno prefiere que sea la chaqueña quien salga segunda el próximo domingo.

Aunque procuraron mostrarse al margen de la interna radical, en el bunker de Lavagna admitieron que Alfonsín procura pelearle el voto de ese origen a Carrió y marcaron un detalle: que el ex presidente haya lanzado el ataque en Entre Ríos, un distrito donde la UCR se resistió hasta hace un mes y medio a apoyar la postulación del ex ministro de Economía y al que la candidata de la Coalición Cívica fue días atrás de campaña.

Carrió eludió deliberadamente la polémica. “Que se peleen con las sombras”, reflexionó con sus íntimos, quienes recalcaron que “seguimos muy bien en el segundo puesto pidiendo a la sociedad que nos acompañe al ballottage” y atribuyeron el embate de Alfonsín a “la desesperación que tienen porque con Lavagna van terceros lejos”.

Margarita Stolbizer, la radical que la Coalición Cívica lleva de candidata a gobernadora bonaerense, se limitó a retrucar que “todos los radicales van a votar a Carrió”. En su equipo de campaña expresaron lo que ella prefirió callar: “Lo último que esperábamos es que Alfonsín, a quien tanto acompañamos durante años, se prendiera a esta campaña sucia, pero son los nervios producto de sus propios errores porque fue él quien definió la estrategia de ir con Lavagna.”