Vie 02.11.2007

EL PAíS

Los desafíos para el futuro gobierno

NORMA GIARRACA*.

“Nuevas formas de acción”

La organización en Gualeguaychú va a continuar, pero ahora en otra etapa. Hay demasiada inversión afectiva y política como para darse por vencidos. Hoy el desafío es encontrar nuevas formas de acción ya que las viejas están agotadas. Se fue perdiendo el apoyo de terceros y, como plantean muchos activistas, el corte del puente ha alejado más de lo que ha acercado a los uruguayos. Yo tengo confianza; siento que estamos ante un movimiento creativo y pensante que ha cambiado cuando lo tuvo que hacer, que supo buscar aliados y desprenderse de ellos y que hoy va a saber resolver este nuevo problema. La sociedad debe comprender que lógica del movimiento social, a diferencia de la de los sindicatos, no es la de las instituciones ni la del Estado. Ocurre que el espíritu asambleario no está para obedecer institucionalmente, lo que conduce siempre a cierto margen de desobediencia civil. Ni los medios ni los analistas institucionalistas deben esperar que la asamblea pare porque La Haya diga que tiene que parar.

* Socióloga especialista en protesta social. Docente e investigadora de la UBA.



NORBERTO CONSANI*.

“Hay legitimidad para avanzar”

Considero que el conflicto se debe solucionar lo más rápido posible porque es un absurdo que dos países hermanos y miembros del Mercosur tengan este tipo de confrontaciones. Luego del saludo de Tabaré Vázquez a Cristina Kirchner, todo indicaba que las relaciones tendían a recomponerse. Pero lo que pasó ahora es complicado, y pienso que la nueva presidenta debería dar una señal contundente para solucionar el tema. Lo cierto es que cuando se inicie el funcionamiento de las pasteras, los ciudadanos de Gualeguaychú se van a irritar mucho. Sin embargo, el oficialismo cuenta con la legitimidad ganada en las últimas elecciones en las que obtuvo una victoria contundente en la misma ciudad, para avanzar políticamente. En cuanto a la Corte de la Haya, creo que se va a demorar mucho. El fallo, en el mejor de los casos, puede ser salomónico; y esto significa en contra de la Argentina. Que se violó el tratado del Río uruguay no quedan dudas, pero no creo que ellos puedan imponer la cancelación de Botnia.

* Director del Instituto de Relaciones internacionales de la Universidad de La Plata.



GABRIEL PURICELLI*.

“Una nueva agenda bilateral”

Ante la puesta en funcionamiento de Botnia, el gobierno va a tener que lidiar con un hecho consumado que no permite seguir pensando en los reclamos de la Asamblea. Lo más probable, entonces, es que la agenda bilateral se mueva hacia el monitoreo ambiental conjunto, que es lo que plantea Uruguay. Con respecto al juicio en La Haya, Argentina es fuerte desde el punto de vista legal. Sin embargo, su diplomacia tuvo una conducta desprolija y perezosa, por lo que falló sistemáticamente. De cara al futuro, independientemente de lo que piense la candidata, hay que decir que una relación como la actual no se puede dar el lujo de continuar. Urge encontrar un terreno de entendimiento en el que se plantee una relación bilateral no centrada exclusivamente en las pasteras. Por otro lado, desde una visión estratégica a largo plazo, un conflicto como este no hubiera ocurrido nunca si Argentina y Brasil tuvieran una intención genuina de incentivar el desarrollo de sus socios menores promoviendo inversiones similares.

* Coordinador de Política Internacional - Laboratorio de Políticas Públicas



VICENTE PALERMO*.

“Hay multiplicidad de intereses”

Espero que las relaciones con Uruguay cambien, pero no estoy seguro de que esto ocurra. En relación con la asamblea, que posiblemente experimente una fluctuación interna cuya orientación resulta difícil de predecir, no espero ni deseo que el cambio sea “represivo”. Lo importante es que el gobierno entrante se haga cargo de la multiplicidad de intereses y posiciones que existen en esta cuestión, y se desenganche claramente de la demanda vecinal, lo que no significa desentenderse de las preocupaciones de los vecinos. En este diferendo, Uruguay y Argentina tienen mucho más que ganar cooperando, adoptando una política productiva y ambiental sostenible. El primer paso –sólo el primero– para eso sería adoptar un acuerdo de monitoreo conjunto en base a estándares que tanto la empresa como el gobierno uruguayo se han comprometido a mantener. Por lo demás, públicamente varios de los que no ocupamos del tema hemos formulado propuestas de entendimiento que son viables, aunque exigen liderazgo y coraje político.

* Politólogo, compilador junto a Carlos Reboratti de Del otro lado del río.

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