Con críticas a “la dedocracia”, varios diputados de la fuerza que fundó Elisa Carrió resolvieron no sumarse al interbloque de la Coalición Cívica. El partido podría decidir expulsarlos.
› Por Miguel Jorquera
La rebelión de varios diputados del ARI contra la política de alianzas trazada por Elisa Carrió no se detiene. Los ocho legisladores díscolos volvieron a reunirse ayer y ratificaron su cuestionamiento oponiéndose a otras decisiones de Lilita. Resolvieron mantener el bloque del ARI y su independencia política, no integrar un interbloque con el resto de las fuerzas de la Coalición Cívica y rechazar la designación de Adrián Pérez como presidente de la bancada partidaria. Hoy, la discusión se trasladará al pleno de los diputados aristas, donde los rebeldes propondrán una reunión con todos los legisladores electos el 30 de octubre para adoptar una determinación conjunta. “No nos queremos ir, pero tampoco enterarnos de las decisiones partidarias por los diarios. Queremos un ámbito de discusión más amplio”, dijo a Página/12 el jefe del bloque del ARI, Eduardo Macaluse. El congreso partidario, controlado por los incondicionales de Carrió, podría resolver la expulsión de los disidentes.
Por la tarde, todos los diputados disidentes se recluyeron para darle forma a su resistencia a las “decisiones inconsultas de Carrió”. Apagaron sus celulares y hasta sus colaboradores más directos desconocían el lugar de la reunión, que en principio iba a ser en el hotel Bauen. Del encuentro, que finalmente se produjo en la sede de la Federación Judicial, participaron Macaluse, María América González, Delia Bisutti, Carlos Raimundi, Lidia Naim, Leonardo Gorbacz, Emilio García Méndez, Marta Maffei (que termina su mandato) y Verónica Benas (electa por el ARI santafesino).
“Pretendemos para el ARI la misma autonomía que tendrán los socialistas que participaron de la Coalición Cívica (CC) y que formarán su propio bloque”, resumió Macaluse ante este diario, al término de la reunión. Pero los reclamos van más allá del intento de ratificar la identidad partidaria. Tampoco comparten “el rumbo que Carrió le imprimó a la CC” y demandan “una mayor discusión interna y democrática” a la hora de tomar decisiones. “No queremos recibir más órdenes, vengan de donde vengan”, concluyó Macaluse.
El descontento creció con la decisión de Lilita de armar un bloque de la CC y poner al frente a Adrián Pérez. Los disidentes no comulgan con las ideas de muchos de los integrantes de la CC que llegarán en diciembre a la Cámara de Diputados y consideran que “Pérez es Carrió, por lo tanto las directivas las seguirá impartiendo Lilita”. La rebelión terminó de estallar cuando Carrió le puso nombres y apellidos a la línea sucesoria de los posibles candidatos presidenciales en 2011: el propio Pérez, el economista Alfonso Prat Gay y Santiago Del Sel.
Los disidentes expresaron su malestar porque Carrió dejó afuera del listado a dos candidatos que ratificarían el “rumbo histórico que dio origen al ARI”: la arista Fabiana Ríos, que gobernará Tierra del Fuego desde el 17 de diciembre (se adelantó la asunción prevista para enero), y al socialista Hermes Binner, que asumirá la gobernación de Santa Fe también en diciembre. Por ahora, los díscolos quieren preservar a Ríos de la disputa interna “porque tiene que gobernar”, aunque tampoco dejaron pasar por alto que los dos senadores fueguinos del ARI no compartirán la bancada con los porteños María Eugenia Estenssoro y Samuel Cabanchik.
María América González –que se había rebelado contra Carrió acompañando a Claudio Lozano en la elección para jefe de Gobierno porteño– asoció los candidatos de Lilita al “lobby de grupos económicos”. “Prat Gay es la Banca Morgan y Del Sel es el Vaticano y Zurich” (por su vínculo con la Iglesia y la compañía en la que trabajó), dijo González. “Para Carrió, nosotros somos sus herederos, sus hijos. Yo le pido que no mate a sus hijos”, repitió María América, para afirmar que los disidentes “hacemos lo que ella nos enseñó: oponernos a la dedocracia”.
La embestida contra los disidentes ya tomó forma en territorio bonaerense. Un grupo de legisladores, con Horacio Piemonte al frente, pidió la renuncia de Raimundi como presidente del ARI de Buenos Aires. Para analizar el tema, esta semana también se reunirá la Mesa Nacional del ARI, compuesta en su mayoría por incondicionales de Carrió. La propia Lilita apuraría una decisión para terminar con la rebelión, que podría fracturar la fuerza que fundó.
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