EL PAíS › EL ESPAÑOL YAÑEZ BARNUEVO SE REUNE HOY CON FUNCIONARIOS DE CANCILLERIA
El enviado del rey se reunirá en Santiago de Chile con Susana Ruiz Cerruti y Alberto D’Alotto, dos funcionarios de la Cancillería que se ocupan del tema papeleras, en busca de una fórmula de acuerdo que pueda ser anunciada durante la Cumbre de Chile que empieza mañana. Pero en el gobierno argentino insistían en desalentar las expectativas.
› Por Fernando Cibeira
El esforzado facilitador español, el embajador Juan Antonio Yáñez Barnuevo, se reunirá hoy en Chile con dos funcionarios de la Cancillería –la directora de Asuntos Legales Susana Ruiz Cerruti y el jefe de Gabinete del ministerio Alberto D’Alotto– en un intento contra reloj de encontrarle una solución al conflicto por las papeleras. El sueño español es que el rey Juan Carlos pueda anunciar un acuerdo junto a los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez como clímax de la Cumbre Iberoamericana que comenzará mañana en la capital trasandina, pero en la Casa Rosada aseguraban que los sueños sueños son. “No hay ninguna posibilidad de firmar nada en Chile”, descartaban anoche. Con todo, los encuentros de segundo nivel que a principios de semana eran negados con el mismo énfasis, hoy sucederán.
Como un topo de una novela de Graham Greene, Yáñez Barnuevo se encontraría desde el fin de semana pasado en algún lugar de Santiago de Chile no identificado desde el que expande sus “buenos oficios” para conseguir el final feliz. Ayer, el emisario del rey mantuvo “una reunión preliminar” con la representación uruguaya preliminar” con la representación uruguaya que trata el conflicto por Botnia, integrada por el secretario general de la Cancillería, José Luis Cancela, y la directora nacional de Medio Ambiente, Alicia Torres.
Hoy será el turno de los argentinos. Estaba la posibilidad de reunir bajo un mismo techo a ambas partes, pero no había nada en firme. “D’Alotto y Ruiz Cerruti fueron convocados a una reunión con el facilitador únicamente”, aclaraban en Cancillería.
Otro punto que remarcaban era las “bajas expectativas” con las que los argentinos concurrían al nuevo cónclave por las papeleras, y que lo hacían como una muestra de los “múltiples esfuerzos” realizados en pos de favorecer la tarea de facilitación. En los últimos meses se dieron periódicos contactos –en Madrid y en Nueva York– para discutir el asunto, pero los avances fueron casi nulos.
Hay un punto donde todo se traba. Uruguay quiere conseguir un acuerdo en base a lo que ya se ha conversado –monitoreo conjunto de Botnia, un compromiso de protección de medio ambiente– y que la papelera empiece a funcionar el lunes que viene. Argentina no quiere ningún acuerdo porque sostiene que aceptar cualquier compromiso sería una contradicción con el reclamo realizado en la Corte de La Haya, donde sostiene como argumento central la violación al Estatuto del Río Uruguay. “Uruguay dice que el estatuto es insuficiente, y si aceptáramos el monitoreo conjunto le estaríamos dando la razón”, argumentaban en la Casa Rosada.
Pase lo que pase, está claro que el problema de las papeleras volverá a teñir toda la Cumbre Iberoamericana, tal como sucedió el año pasado en Montevideo, cuando Néstor Kirchner solicitó la intervención del rey.
La delegación argentina que encabezarán Kirchner y la presidenta electa Cristina Fernández llegará a Santiago de Chile mañana a la tarde. También irá con ellos el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que tendrá la misión especial de encargarse de las negociaciones reservadas sobre el asunto con uruguayos y españoles. Fernández mantuvo el pulso del conflicto a través de conversaciones periódicas con su amigo y tocayo, el secretario de la Presidencia uruguaya, Gonzalo Fernández.
Obviamente, el canciller Jorge Taiana compartirá varios espacios mañana con su par uruguayo, Reinaldo Gargano, y con el español Miguel Angel Moratinos. Alberto Fernández seguramente alternará con españoles y uruguayos. Lo que de ninguna manera veían posible en la Casa Rosada era el mentado encuentro entre Kirchner y Tabaré. La secretaria de España para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, comentó entusiasmada el espacio libre de dos horas a puertas cerradas que tendrán los presidentes el viernes como el momento adecuado para la reunión entre el mandatario argentino y el uruguayo, de manera de no desairar la tarea mediadora del rey.
“La facilitación del rey tenía como misión conseguir que ambos países se sentaran a dialogar, y eso lo hicimos varias veces. Así que la facilitación del rey fue exitosa y se la agradecemos mucho”, respondían ayer en el gobierno argentino, pero no descartaban que hubiera una foto con sonrisas para la ocasión. Agregaban que ahora había que mantener la relación bilateral separada del conflicto, que no tiene otra forma de dirimirse que con un fallo de la Corte de La Haya. Con suerte, ese fallo podría producirse a fin del año que viene. Muy lejos de las urgencias con que los uruguayos y los españoles quieren ponerle punto final a la cuestión.
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