Superada la fiebre electoral, la ex ministra de Economía Felisa Miceli finalmente tendrá que prestar declaración indagatoria por la bolsa con 100 mil pesos y 31.670 dólares encontrada en el baño privado de su viejo despacho. La jueza María Servini de Cubría la citó para el 11 de diciembre ya que a esa altura, estima, estará terminada una pericia destinada a corroborar cuál fue la ruta que siguió el dinero.

Según la investigación del fiscal Guillermo Marijuán, antes de llegar a al despacho de la ex funcionaria en el Palacio de Hacienda, la plata había salido del Banco Central y pasó por la Caja de Crédito Cuenca en un camión de Juncadella-Prosegur. Para la fiscalía, esto muestra el origen “espurio” del dinero. La financiera, investigada en otro juzgado por lavado de dinero, intentó despegarse públicamente de la supuesta maniobra.

Al momento de pedir la indagatoria, Marijuán le imputó a Miceli tres posibles delitos: encubrir una operación financiera ilegal, incumplir sus deberes de funcionaria y sustraer el acta original en la que quedó documentado el hallazgo (casual) de los billetes en su despacho por parte de personal de la brigada de Explosivos de la Policía Federal. Quien hizo lugar a la indagatoria (cuya fecha original era el 23 de agosto) fue el juez Daniel Rafecas, cuando Servini estaba de licencia.

A su regreso, la jueza desplazó a la fiscalía del dominio de la investigación y dejó la indagatoria en suspenso hasta nuevo aviso. Ordenó producir nuevas pruebas, volvió a interrogar a varios testigos y mandó hacer un peritaje del recorrido que habría seguido el dinero. Dispuso, además, algunas medidas investigativas sobre el grupo familiar de la ex ministra.

En las entrevistas periodísticas que concedió en pleno escándalo, Miceli decía que la plata se la había prestado el hermano para hacer una operación inmobiliaria que finalmente se frustró. Una línea de la pesquisa apunta a un contrato del Banco Hipotecario y la empresa constructora de su hermana Adriana. Uno de los ex directores de la entidad bancaria, Jorge March, habría sido la última persona que entró al despacho de Miceli antes de la aparición de la bolsa.