“El espacio no se logra con declaraciones”, respondió el gobernador electo de Santa Fe, el socialista Hermes Binner. Fiel a su estilo, no dio ningún nombre, aunque la interpretación más natural apunta a la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. En medio de las disputas por el armado de la oposición a nivel nacional, Binner aseguró que “se logra con la construcción” de una fuerza política, que “tiene que verse”.

No es la voz de un opositor cualquiera: Binner tiene por delante cuatro años al frente de una de las provincias más importantes del país. Aunque es un dirigente del socialismo y no forma parte de la CC, manifestó, en su momento, el apoyo a la fundadora del ARI como candidata a presidenta. Declaró públicamente que la iba a votar y su partido –con su titular, Rubén Giustiniani, a la cabeza– forma parte de ese espacio. Sin embargo, el gobernador electo siempre evitó meterse de lleno en la campaña y mantuvo una postura prudente al respecto. Al participar de un ciclo de conferencias convocadas por periodistas y organizadas por la fundación Konrad Adenauer, subrayó la necesidad de “presentar proyectos que superen lo que este gobierno está haciendo”, porque existe “una gran carencia de propuestas en el país”. Para el dirigente es necesaria “una convocatoria amplia para poder discutir una alternativa”.

Como ex intendente de Rosario, el futuro gobernador santafesino advirtió que “la gestión fortalece” y “la teoría se engorda y rejuvenece con la práctica”. La falta de cargos ejecutivos es uno de los puntos que más destacan los detractores de Carrió. Desde que salió segunda, por encima de Roberto Lavagna, en las elecciones nacionales, las disputas internas dentro de su armado político salieron a la luz al momento de armar los bloques en la cámara de diputados.

En un primer momento, intentó sin éxito sumar legisladores radicales a su fuerza, pero pronto se manifestaron conflictos en la unidad de los distintos sectores. Los dirigentes más críticos señalaron la “dedocracia” de la chaqueña para elegir sus aliados.

A diferencia de las definiciones de Carrió, Binner se maneja con extrema cautela cuando se refiere al gobierno nacional. “Hay posiciones frente a las cuales uno se opone y en otras uno puede estar de acuerdo pero es muy saludable que nos escuchemos”, reflexionó ayer ante la prensa. En este sentido, consideró que si toma “la política como blanco y negro se consolida una gran deuda con la política argentina”