Mar 11.12.2007

EL PAíS  › HUGO CHAVEZ DESPLEGO SU VERBORRAGIA EN DISTINTOS ESCENARIOS. HOY ESTARA CON CFK

“Ella me aventaja porque es mujer”

El presidente de Venezuela habló ayer ante empresarios y estuvo en la asunción de la presidenta argentina. Elogió el discurso de la mandataria, reiteró las críticas al Fondo Monetario Internacional, reivindicó la creación del Banco del Sur y eludió referirse a su derrota en el referéndum constitucional.

› Por Martín Piqué

“Es un discurso con el corazón y la razón, que conjuga el binomio necesario y perfecto. Así hablo yo en mis discursos, pero ella me aventaja porque es mujer.” Apenas había terminado el discurso de Cristina Fernández de Kirchner ante la Asamblea Legislativa y Hugo Chávez respondía la pregunta de rigor. Lo habían consultado por las primeras palabras de Cristina presidenta. Chávez repitió entonces una imagen que el paraguayo Nicanor Duarte Frutos había usado en la presentación del Banco del Sur: la conveniencia de unir emoción y racionalidad. En esta visita a Buenos Aires, precedida por la dura derrota en el referéndum, Chávez pareció inspirarse en esa combinación. El domingo se mostró emocionado por los elogios de Néstor Kirchner, ayer desplegó sus dotes argumentativas para exponer ante empresarios e intelectuales. “Con el gobierno de Cristina las relaciones serán fortalecidas en lo político, social y económico”, aseguró. Su pronóstico será puesto a prueba hoy al mediodía: Cristina lo recibe a las 12.30 en su recién estrenado despacho de la Casa Rosada.

Había algo inédito en esta llegada de Chávez. Era la primera vez que llegaba a Buenos Aires tras haber perdido una elección. El fracaso en el plebiscito había incrementado la curiosidad, la expectativa. A la mañana, el salón principal del primer piso del Sheraton tuvo que ser ampliado a último momento. Convocada por la Cámara Venezolana-Argentina, la ponencia ante los empresarios había reunido a periodistas de toda América latina. Se oían acentos caribeños, chilenos, brasileños, argentinos.

La expectativa era que Chávez dijera algo sobre el referéndum para cambiar la Constitución, que lo llevó a su primera derrota en nueve años de gobierno. Pero no dijo nada. Al menos en forma explícita, porque de manera indirecta sí se refirió a su proyecto frustrado. Defendió, por ejemplo, la propuesta de eliminar la autonomía al Banco Central, una iniciativa que había causado mucha polémica en su país: “Nos vendieron la idea de que los bancos centrales deberían ser autónomos. Esa es la idea más nefasta desde mi punto de vista. Bancos centrales autónomos de la decisión de los gobiernos pero para nada autónomos del FMI”.

Chávez se valió de un libro para ratificar sus ideas. Esta vez fue Cómo hacer que funcione la globalización, de Joseph Stiglitz. “Stiglitz propone reformar el sistema global de reservas. Eso queremos hacer con el Banco del Sur. Venezuela propone empezar con 7000 millones de dólares de capital”, afirmó. Dijo que los países en vías de desarrollo financian el déficit fiscal estadounidense con la compra de bonos del Tesoro. El auditorio, conformado por hombres de negocios y aspirantes a serlo, lo aplaudió. “Tener dólares no es seguro”, advirtió el bolivariano. En el salón estaban el secretario de Integración Económica, Eduardo Sigal; la embajadora Alicia Castro y el presidente del Banco Credicoop, Carlos Heller, quien hizo de presentador.

Afecto a la historia, Chávez hizo un paralelo entre las luchas por la emancipación y la actualidad latinoamericana. “No fue posible que la revolución política diera lugar a una revolución social y económica. Nos dividieron en no sé cuántos pedazos”, dijo. El recorrido histórico terminó en una denuncia contra el papel de Wa-shington. “Los Estados Unidos son el imperio maldito, el imperio más nefasto que ha pasado por la Tierra”, arremetió. Luego pareció vincular la derrota en el plebiscito con la influencia norteamericana: “Ahí lo tenemos hoy, conspirando con nuestros gobiernos, con su experiencia y su dinero, tratando de detenernos”.

Pícaro, Chávez se hizo tiempo para contar una infidencia. “No le digan a nadie lo que les voy a contar”, pidió. Y contó que durante la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, en noviembre 2005, Kirchner le dijo que necesitaba ganar tiempo. Por lo que le pidió un favor. “Cuando yo necesite ganar tiempo, tú pides la palabra y hablas, hablas y hablas”, dijo Chávez que le pidió Kirchner en aquel momento. “Yo estaba distraído, con un libro, cuando Néstor dijo: ‘Tiene la palabra el presidente de Venezuela’. Yo no había pedido nada”, relató entre carcajadas del público. George Bush fue uno de los asistentes al encuentro, donde se debatió el ALCA.

Tras la jura de Cristina, Chávez volvió al Sheraton con su frenética delegación de custodios y asesores. Su jornada siguió en el Centro Cultural de la Cooperación, sobre la avenida Corrientes, donde más de cincuenta intelectuales le entregaron una carta de apoyo. Firmada por Eduardo “Tato” Pavlovsky, Leonor Manso, Atilio Boron, Adolfo Pérez Esquivel, Alberto Kornblitt, Federico Schuster y Osvaldo Bayer, entre otros, la carta respalda “los procesos democráticos participativos de Venezuela, Bolivia y Ecuador” y propone crear un “Fondo Latinoamericano de las Artes, las Letras y las Ciencias Sociales” para fomentar las industrias culturales, las artes escénicas y la literatura de América latina.

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