Rafael Correa cree “perfectamente viable” una moneda común sudamericana. El mandatario ecuatoriano, un joven economista que suele mortificar a sus pares liberales, subrayó que hace falta voluntad política para seguir los pasos que trazó la Unión Europea. Correa acaba de firmar en Buenos Aires el acta fundacional del Banco del Sur, junto a sus pares de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Venezuela. Ante una consulta de Página/12, en el marco de una conferencia de prensa brindada ayer, el presidente ironizó sobre las supuestas condiciones dictatoriales de Hugo Chávez y celebró el avance del cambio constitucional en Bolivia, pese a los que quieren “torpedear” el cambio.

Para Correa, América latina presenta condiciones mucho más favorables que la Unión Europea para tener una moneda única y sus dirigentes deben escuchar menos a los técnicos y éstos deben viabilizar más las decisiones políticas. “Hace falta voluntad política. Por supuesto, no hay que preguntarles a los técnicos y economistas: si hubiera sido por ellos nunca hubiera ocurrido la Unión Europea porque, de acuerdo con la teoría para hacer uniones monetarias –la teoría inglesa de las áreas monetarias óptimas–, Europa no reunía los requisitos.” El mandatario describe la arquitectura financiera regional. “Serían tres las instituciones básicas: el Banco del Sur propiamente, una banca de desarrollo fondeada con aportes de cada país; el Fondo del Sur, que manejaría todas las reservas que tienen los países latinoamericanos absurdamente fuera de la región y (por último), una unidad de cuenta, y luego la moneda tangible.”

En momentos en que Buenos Aires se volvió el epicentro de las gestiones internacionales tendientes a favorecer la liberación de detenidos de las FARC colombianas (ver aparte), la pregunta sobre Ingrid Betancourt resultaba insoslayable. Correa llamó a la guerrilla a que libere a todos los rehenes y en particular a la ex candidata presidencial. “Les pido a las FARC que cesen sin condiciones la aberración de tener tanta gente privada de su libertad.” Ecuador se mantendrá neutral en el conflicto entre el gobierno de Alvaro Uribe y la principal guerrilla de Colombia. Sin embargo, Correa se mostró “dispuesto a presentar buenos oficios si podemos colaborar en algo”. El mandatario recordó de todas formas las cuentas pendientes que a su entender tiene Colombia con Ecuador. Se refirió a las fumigaciones unilaterales ordenadas por Uribe en la frontera con su país y, en ese sentido, sigue en curso la demanda ante La Haya. El Plan Colombia (de lucha contra el narcotráfico financiado por EE.UU.) reprime a las FARC, pero tiene desprotegida a la frontera sur. “Exigimos que no haya más fumigaciones aéreas para erradicar la coca, porque arruinan cultivos, enferman a nuestros habitantes y matan el ganado.”

Con Correa, Ecuador forma parte de una tendencia en la región en la senda de las reformas políticas estructurales. Ante la pregunta de Página/12 acerca de si habrá un efecto en la Constituyente ecuatoriana tras la derrota electoral de Chávez en Venezuela y los inconvenientes en Bolivia, Correa lo rechazó. “El proceso ecuatoriano depende de los ecuatorianos. Sin embargo, yo estoy muy esperanzado. Creo que pasan cosas buenas. Resulta que Chávez era un dictador, que las instituciones no funcionaban, no sé en qué lugar los dictadores hacen tantas elecciones e incluso las pierden.” Enseguida, Correa, quien ha jugado la Constituyente como la carta motor de su gestión, al igual que Evo Morales, destacó el caso boliviano. “En Bolivia felizmente se aprobó la Constitución, pero la oposición ha sido la de siempre, que intenta torpedear el proceso de cambio.”