Jue 14.02.2008

EL PAíS  › ADVERTENCIA POR LOS DERECHOS HUMANOS AL PRESIDENTE DE GUINEA

Un llamado de atención de Cristina

Fue durante un acto en la Casa Rosada. Firmaron un acuerdo de cooperación en materia de derechos humanos y gobierno.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner le expresó a su par de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasango, su “honda preocupación” por la situación de los derechos humanos en su país, en el mismo sentido que ya lo denunciaron en 2002 las Naciones Unidas. La Presidenta lanzó su advertencia durante el acto de firma de acuerdos bilaterales anoche en la Casa Rosada, luego de que la oposición y varias ong criticaran la presencia de Obiang, un dictador que está en el poder desde hace casi treinta años. En el Gobierno se había tomado la llegada del mandatario de Guinea Ecuatorial –un país rico en petróleo y gas y muy escaso en alimentos– como una buena oportunidad para hacer negocios, pero se le transformó en un dolor de cabeza que capeó como pudo durante el discurso.

Obiang llegó en el marco de una visita regional que seguirá en Brasil entrevistándose con Luiz Inácio Lula da Silva. Guinea Ecuatorial tiene una historia atípica: fue colonia española e incluso formó parte del Virreinato del Río de la Plata, por lo que es el único país hispanoparlante de Africa. Pero lo más interesante para la Argentina es que es el tercer exportador de hidrocarburos de la región subsahariana y es la capital financiera de Africa central.

La disponibilidad de exportar combustibles –de los que en Argentina son escasos– más su liquidez de petrodólares –”compran todo”, definían en Gobierno– lo volvían un objetivo apetecible en materia de comercio exterior.

El problema es que Obiang llegó al poder mediante un golpe de Estado en 1979 y varias organizaciones internacionales de derechos humanos lo acusan de torturas, desapariciones, mantener presos de “conciencia” y por motivos políticos. Su llegada al país generó rechazos (ver aparte).

Por eso, temprano, el canciller de Guinea, Micha Ondo Bilé, dio una conferencia de prensa para resaltar “el gran ejemplo” de Argentina en “materia de transición a la democracia, protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales” y su “gran satisfacción” por los vínculos entre las dos naciones. Según Bilé, el espejo argentino inspiró a Guinea para “encarar un proceso de cooperación”.

En la Cancillería resaltaban esta posición, en la que Guinea Ecuatorial se mostraba como pidiéndoles colaboración a Argentina y Brasil en materia de protección a los derechos humanos, reconociendo el liderazgo argentino en la problemática.

Por la noche, fue el acto en la Casa Rosada, donde Cristina Kirchner y Obiang firmaron varios memorándum de entendimiento en materia económica y social. Uno de ellos, lo resaltó la Presidenta en su discurso, fue para el “fortalecimiento de la cooperación en materia de derechos humanos y buen gobierno”.

“En base a nuestra política de absoluta sumisión a lo que establece Naciones Unidas, no puedo dejar de expresarle señor presidente nuestra honda preocupación por la situación denunciada por Naciones Unidas en el 2002 en cuanto a la situación de los derechos humanos en su país”, dijo la Presidenta a su colega de Guinea Ecuatorial. Cristina Kirchner resaltó que para la Argentina el respeto “irrestricto” a los derechos humanos “es una política de Estado”. “Espero que los memorandos sean el punto de partida para lograr una mejor complementación entre ambas economías y también una mejor vigencia del sistema de derechos humanos que la humanidad necesita”, enfatizó.

Y no terminaron allí los cuestionamientos al régimen de Guinea Ecuatorial. Cristina Fernández le pidió a Obiang que considerara la posibilidad de permitir la presencia de veedores argentinos en las elecciones presidenciales que se celebrarán allí el año próximo.

Bastante menos puntual y más general, el presidente guineano –que habló antes que Cristina– prefirió poner el acento en la historia de su país y las curiosidades históricas que lo unen a Iberoamérica y, más específicamente, al Río de la Plata.

Obiang tuvo un día difícil. No sólo tuvo que escuchar las advertencias en el discurso de Cristina Kirchner. También fue de visita al Congreso, donde fue recibido por el vicepresidente Julio Cobos, quien le dedicó otro párrafo: “El desarrollo de los pueblos debe hacerse sobre bases sólidas que significan el respeto de las instituciones y la permanente vigencia del Estado de derecho”.

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