EL PAíS › UN RADICAL K Y UN OPOSITOR DEBATEN SOBRE EL FUTURO DEL PARTIDO
› Por Santiago Rodríguez
ERNESTO SANZ, JEFE DE LA UCR EN EL SENADO Imagen: Sandra Cartasso “Si nos puteamos con los radicales K por los diarios y la televisión, los Kirchner nos miran desde arriba y se cagan de risa.” Así piensa el jefe del bloque de la UCR en el Senado, Ernesto Sanz, y por eso mide sus referencias a los hombres del radicalismo que hoy adhieren al Gobierno. De todos modos, marca las diferencias entre unos y otros, respalda “a muerte” a Gerardo Morales al frente del Comité Nacional y se muestra convencido de que los radicales K no les arrebatarán el control de la UCR: aunque reconoce que en los días siguientes al reencuentro de Roberto Lavagna con Néstor Kirchner “nos tenían shockeados y medio groggry”, evalúa que sus adversarios no pudieron ganarles por “nocaut en el primer round y ahora en la mitad de la pelea estamos ganando por puntos”. –¿Qué futuro le augura al radicalismo? –El radicalismo está ante el inmenso desafío de sobrevivir a todas las crisis por las que ha pasado en los últimos quince años y no puede seguir del mismo modo en que lo ha hecho hasta ahora. La renovación partidaria es una asignatura pendiente; hay que convocar a muchísima gente que en las elecciones de octubre fue candidata de la UCR y que se ha posicionado en la sociedad. El ejemplo más claro y contundente de que se puede ser radical, quedarse en el partido, gestionar bien y ganar elecciones, incluso en la patria de Kirchner, es el intendente de Río Gallegos, Héctor Roquel. –¿Cuál es la clave para hacerlo? –Tener una gran valentía de asumirse no oficialista, lo cual es un riesgo por la discrecionalidad del Gobierno en el manejo de la plata, una gran convicción política de que la historia no se agota con los Kirchner y que este país necesita reconstruir su sistema político con un equilibrio entre un oficialismo y una oposición fuertes. –¿Se puede reordenar el radicalismo si antes no se reorganiza la UCR bonaerense? –El desafío es hacerlo en paralelo. El radicalismo bonaerense está enfermo y ha sido la razón de muchos de nuestros males; tiene que mirar más allá de los Stolbizer, de los Moreau, y provocar una fuerte renovación, fundada en una fuerte democracia interna con reglas de juego claras y transparentes. –¿Los radicales K o los que se fueron a la Coalición Cívica tienen retorno dentro de la UCR? –Dependerá de ellos. El partido no puede andar lloriqueando detrás de los que se fueron. –¿Qué opinión tiene de Margarita Stolbizer? –Ya eligió irse del radicalismo y trabajar por afuera; se equivoca, como se ha equivocado agraviándonos a muchos de nosotros, pero allá ella. Le reconozco que siempre fue coherente en plantear una construcción opositora a Kirchner, pero estoy muy dolido con sus últimas actitudes: ha sido tremendamente injusta y ha demostrado a la vez que le falta visión de construcción hacia el futuro. Yo creo en un modelo de construcción en el que los opositores de buena fe debemos encontrar denominadores comunes y no poner resentimientos personales en el medio. –¿Con los K hay posibilidad de establecer algún tipo de diálogo? –Por supuesto que sí. En estos días tomé un café con Pablo Verani y los dos terminamos muy satisfechos. El problema es que unos estamos posicionados en el oficialismo y otros en la oposición, pero no estoy dispuesto a mantener una campaña de agravios permanentes por los medios y tampoco creo que esto se resuelva con sanciones. Tenemos que dedicarnos a construir cada uno por su lado y algún día tal vez volvamos a estar juntos. Si nos puteamos con los radicales K por los diarios y la televisión, los Kirchner nos miran desde arriba y se cagan de risa. –¿No pueden dirimir las diferencias con los K en una interna y listo? –Vamos a bancar a muerte la institucionalidad del partido y el mandato de las actuales autoridades porque fueron elegidas correctamente; la renovación de autoridades será al final del mandato de Morales. Las denuncias sobre la falta de legitimidad de Morales son interesadas. ¿Por qué los K no arremetieron contra Morales cuando lo eligieron? –¿Por qué? –Porque en el medio ocurrió la ida de Lavagna, que fue un episodio de debilitamiento de la conducción que trató de ser utilizado por el Gobierno y los K. Ellos salieron la semana pasada a querer ganar la pelea de entrada porque sabían que si no iban a perder; se había ido Lavagna, tenían al Gobierno fogoneando y la verdad es que nos tenían shockeados y medio groggy, pero a diez días de ese episodio ya pasamos el chubasco; no nos ganaron por nocaut en el primer round y ahora en la mitad de la pelea estamos ganando por puntos. |
Por S. R. HORACIO QUIROGA, FUNCIONARIO EN CANCILLERIA Imagen: Télam “La sociedad argentina ha dejado de considerar al radicalismo”, advierte el radical K Horacio “Pechi” Quiroga y hace responsable de esa situación a la actual conducción de la UCR, encabezada por Gerardo Morales. El ex intendente de Neuquén se desempeña ahora como subsecretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería y se muestra plenamente compenetrado con el Gobierno. “Decimos con absoluta claridad que somos el oficialismo”, remarca Quiroga y adelanta que pedirán a las autoridades partidarias la convocatoria a internas. Admite también dialogar habitualmente con Enrique “Coti” Nosiglia, aunque asegura que no están “haciendo ninguna operación política” para recuperar el control del partido. –¿Va a cumplir con la ratificación de “fe doctrinaria” a la que convocaron las autoridades de la UCR? –Creo haber honrado a la UCR en la gestión pública. Ahora ha llegado el momento de jerarquizar la política a través de los partidos y con esta conducción del radicalismo no va a ser posible porque sólo ha sido eficiente para lograr menor representatividad. –¿El problema del radicalismo pasa sólo por su conducción? –El problema es que el radicalismo ha dejado de representar algo. Predestinar al radicalismo a ser segundo, cuando el que apuesta a ser segundo sale tercero porque así lo muestra la historia, hace que uno deje de estar en la consideración pública. La sociedad argentina ha dejado de considerar al radicalismo y en eso tiene mucho que ver la actual conducción. Las autoridades del partido deberían aprovechar la situación de horizontalidad para nutrirse de las opiniones diversas, pero tomaron el atajo y a los que no pensaban como ellos los intervinieron y los expulsaron para que no los molestaran. –¿Cuál es su situación en ese sentido? –Yo me enteré que me habían suspendido por los medios, pero nunca me hicieron llegar ninguna notificación; ahora dicen que está en marcha el proceso de expulsión. Espero que a pesar de haber perdido tanto el rumbo de los principios fundacionales de la UCR, le den derecho a la defensa a cada uno que expulsan. –¿Qué futuro imagina para el radicalismo? –Nosotros conformamos la Concertación a la que te criaste, porque no había margen para hacerlo de una manera distinta. El peronismo no era el peronismo, sino el kirchnerismo, y nosotros no éramos el radicalismo, sino los radicales que gobernábamos provincias y municipios. A la Concertación hay que perfeccionarla de cara al futuro. –¿Cómo? –Hay que analizar su proyección en el tiempo. En Chile hace dieciséis años que están gobernando y hasta han producido la alternancia dentro de la misma Concertación. Tanto el Partido Comunista, como el Socialista y la Democracia Cristiana manifestaron su pertenencia a la Concertación. Nosotros pertenecemos a un sector del radicalismo que pretende ser conducción y ratificamos nuestra pertenencia a la concertación, con lo cual decimos con absoluta claridad que somos el oficialismo. –¿Por qué el radicalismo debe ser alternativa dentro de la concertación y no desde la oposición? –La Concertación da la posibilidad de una conformación plural que ofrece una imagen mucho más panorámica que la que puede tener un solo partido y que de la mano de la eficiencia sirve como herramienta electoral y como instrumento de gobierno. En la Argentina debe darse, además, un claro alineamiento de las fuerzas de centroizquierda versus las fuerzas de centroderecha. Hay que cuidar la herramienta, que es la Concertación, y a la vez generar condiciones de democracia interna para que dentro de la Concertación se opte por la mejor propuesta. –¿Piensan darles pelea interna a las actuales autoridades de la UCR? –Vamos a pedir que haya internas en un plazo razonable y reafiliación y a solicitar, además, que se levanten todas las sanciones. –¿No están de acuerdo entonces con la campaña de afiliación y refirmación de “fe doctrinaria” que impulsa la conducción del radicalismo? –Copiaron mal nuestra idea. Planteamos una reafiliación porque los padrones están inflados producto del cambalache del que se han aprovechado muchos dirigentes para mantenerse en el poder. Pretendemos reglas de juego claras y un proceso transparente. –¿Tienen desde el radicalismo K diálogo con dirigentes del partido? –Se ha publicado que yo hablo con (Enrique) Nosiglia; chocolate por la noticia. Con Nosiglia somos amigos y siempre hablamos de política porque tiene una gran claridad y vale la pena escucharlo; nos vemos cada tres o cuatro días, pero no estamos haciendo ninguna operación política. |
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